Byler; Made For Love

2. Amor

Siempre se consideró alguien preparado para amar, siempre estuvo dispuesto a darlo todo por la persona correcta, siempre estuvo dispuesto a esperar el momento de decirle a Mike sobre sus sentimientos con la ilusión de ser correspondido finalmente.

Pero ¿qué pasa cuando el amor no estaba hecho para él?

Era una duda que rondaba por su mente cada que la palabra amor resonaba en su cabeza.

Sí, estaba listo para amar, pero ¿cuándo llegaría el amor para él?¿cuándo sería capaz de compartir bellos momentos con aquella persona especial?

Will esperaba ser parte de todas aquellas personas que regalaban cosas el día de San Valentin, que disfrutaban de aquellos momentos con sus parejas por muy efímeros que sean. Incluso siendo pequeño, deseaba el día en el que finalmente se declarará a Mike.

Todo eso se vino abajo con la llegada de Jane al grupo.

Y no lo malentiendan, él ama a Jane, es una persona muy importante para él, un pilar que lo hace mantenerse firme en este cruel mundo, luego de que pasará todo lo que pasó dieron por oficial su relación y luego fue cuando todo se vino abajo, sus sueños, esperanzas y deseos se habían corrompido por un acontecimiento para nada esperado pero muy bien recibido.

Es por esa misma razón que no se sentía capaz de confesar lo que sentía, no quería romper el corazón de su hermana que ya mucho había sufrido y tampoco se sentía capaz de perder la amistad de años que tenía con Mike, aunque poco a poco e inconscientemente estaba logrando hacer.

No sabía como sentirse o como comportarse en situaciones en las que simplemente no podía controlar sus sentimientos, no sabía ver como Jane y Mike se tomaban de las manos mirándose el uno al otro expresando su más grande cariño sin sentir envidia y pensar en que debería ser él quien deba de estar tomando la mano de Mike mirándolo como él la mira a ella.

Se sentía un idiota, un cobarde, pero por sobre todo un mal amigo.

No estaba siendo fiel consigo mismo y eso lo quemaba por dentro, pero no podía simplemente soltar lo que sentía porque le importaba más lo que Jane podría sentir a lo que él sentiría.

No podía.

Era débil y lo sabía, lo sabía muy bien.

Era un nuevo día, llegaba de la escuela y tomaba una ducha donde siempre se daba la molestia de pensar o más bien sobrepensar su situación actual y derramar algunas lágrimas ante la impotencia y el miedo.

Al salir y terminar de cambiarse Jane apareció por la puerta luego de haber tocado un par de veces, asomó su cabeza buscando algo por la habitación hasta que sus ojos dieron con los de Will, una gran sonrisa iluminó su rostro y aún sin entrar le hablo.

— Mamá dice que la comida está lista, baja enseguida o se enfriara — le sonrió por última vez antes de abandonar la habitación cerrando la puerta sin darse cuenta de que había dejado a un chico con bastantes inseguridades y miedos que según él se habían ido por el desagüe de la ducha.

No podía desaparecer esa sonrisa, no podía hacer que su hermana le viera de forma diferente, no lo soportaría.