1-Lealtad

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La noticia de que Miércoles Addams tenía a un mayordomo a su lado en todo momento fue algo que pilló a todos desprevenidos. El chico siempre iba bien arreglado, con una pequeña bolsa con todo lo necesario que pudiera pedir su señor. El joven captaba las miradas de muchas chicas ya que según ellas era muy apuesto. También el clase le daba elegancia y eso acaparaba todas las miradas. Ajax no volvió a meterse con este mientras que Enid quería entrevistarlo aunque resultaba difícil ya que no solía hablar mucho sobre sí mismo. Quería ser profesional.

Enid también era la comidilla ya que al compartir habitación con él se esparcieron rumores de que en las noches, el chico realizaba algunos servicios...especiales...aunque acabaron cuando Miércoles les amenazó a las personas que dijeron eso.

Ahora habían dado inicio las clases. Miércoles estaba junto a Tn quien le servía algo de té ante las miradas de las chicas que a su edad habían leído algunos libros de amor. Y el clásico mayordomo-señora solían ser sus favoritos. La profesora al ver la situación le llamó la atención.

—Disculpe joven pero no puede estar aquí y menos hacer esa clase de cosas—dijo ella—además...me distrae a las señoritas.

Tn que iba a decir algo vio como su señora se adelantó.

—Él está por obligación, a mi servicio y el director lo aprueba. Que ese grupo de chicas adolescentes con las hormonas por las nubes se distraigan y hablen chismes no es culpa de él—dijo fría—ahora si hace el favor proceda a continuar con está asignatura.

—Cl-Claro...—la mujer tragó saliva y continuó.

—Mi señora—susurró—¿desea más azúcar?.

—No por el momento

—Como deseé.

En el descanso de la clase, algunas de ellas se acercaron aprovechando que estaban cerca ya que de normal en los pasillos no se atrevían a hacerlo.

—¿Y cómo acabaste siendo mayordomo?—preguntaba una.

—¿Me das tu número?

—Ay, ¿cuánto cobras por semana?

—¿Serías mi mayordomo?.

Miércoles les echó una mirada tan fría que se les congeló el alma.

—Lo lamento, pero solamente puedo trabajar para mi señora—al decir eso las chicas soltaron un suspiro.

—Yo también deseo que me digan así...suena tan...caballeroso...—decía una chica tocándose las mejillas—mi señora, es que es...

—Ya fuera de aquí—dijo Enid—no es un mono de feria.

—Podría cobrar entrada, te podría alquilar por bastante dinero—comentó Miércoles sonriente.

—Yo pagaría porque me dijera mi señora—una sacó cinco dólares.

—Dilo—la pelinegra agarró el dinero.

El chico suspiró y la miró.

—Mi señora—la pobre se desmayo ya que lo dijo con una mirada firme y seria que le derritió el corazón.

Pasaron un par de clases más hasta que llegaron a la clase de enseñanza de medicina para que los alumnos pudieran curarse sus propias heridas en caso de hacerse daño. El hombre sacó un muñeco que simulaba estar herido.

—Bien, ¿alguien sabe qué hacer aparte de la señorita Addams?, era conocedor de que ella sabía.

—Tn, hazlo—dijo ella pensando en que sería divertido ver al resto de chicas suspirar y alterar la clase.

—¿Me permite?—el hombre asintió.

Como contenía sangre falsa y las hemorragias eran muy parecidas. El chico se quitó la chaqueta para doblarla y dejarle encima de una mesa cercana. Luego se arremangó mientras una de las chicas olía la chaqueta y la otra hacia lo mismo.

—Hay que tomar esto—fue enseñando a los jóvenes y para sorpresa de todos, lo hizo de una manera espectacular.

—Parece que tu mayordomo es popular—le susurró Enid desde atrás.

El verlo así hacia suspirar a muchas y Miércoles observaba las caras mientras los chicos murmuraban cosas. Ajax tenía cara larga pues había recibido una buena dosis de lo que era capaz este. 

—Listo—terminó de sanar la herida y colocar el vendaje.

—Muy bien, ahora necesitaré una voluntaria para el boca a boca—pidió el profesor.

Las chicas armaron un gran jaleo y pedían a gritos ser las voluntarias. El profesor pidió calma y entonces...

—Señorita Sinclair, ¿le importa?—ella abrió los ojos y tragó saliva.

—Claro...—el resto se quejaron al no ser seleccionadas.

Ella se tumbó y estaba algo nerviosa, el chico tenía una mirada tan serena y firme que se perdía en sus ojos. El joven se acercó mientras el profesor daba la charla de como debía hacerse.

Enid sintió los labios y el aire del joven y cerró los ojos. Eran cálidos, muy suaves y un fuerte calor le entró por todo el cuerpo. Luego se retiró y hizo como que escupía el agua que había en sus pulmones.

—Excelente demostración señorita Sinclair, puede retirarse. Usted joven parece muy bueno en los primeros auxilios—comentó este mientras la loba se sentaba roja como un tomate y ante la mirada del resto de chicas de la clase.

—Debo estar cualificado para poder llevar a cabo todo el procedimiento de salvación. De no saber hacer algo tan básico sería un auténtico fracaso para mi señora—dijo.

—Lo ha dicho...ay...mi señora—la de antes suspiraba.

Cuando terminaron las clases, Tn acompañaba a Miércoles a su lado, caminando al mismo ritmo, sin decir nada y cargando su mochila. Las chicas atrás hablaban entre ellas.

—Miércoles—llamó una de ellas—¿nos prestarías a tu mayordomo?.

—Lo siento, pero no. Ahora mismo debe hacer unos recados para mí—respondió ella.

—Vamos a tener una fiesta del té pronto, bueno, una función y necesitamos a alguien de mayordomo—explicó una mujer lobo que siempre iba con Enid—por favor...

—De acuerdo, si es para eso sí—las chicas chillaron.

Luego volvieron a la habitación.

—¿Qué piensas de eso?, de la función

—Si puedo ayudar lo haré, aunque lo hago porque usted me lo ordena mi señora

—Lo he hecho también porque es amiga de Enid, de negarme me habría venido rogando porque la conozco. No puedo creer que esas chicas se mojen las bragas con tal solo decir mi señora.

Cosa se acercó y este lo saludó.

—También estoy a su servicio señor Cosa, usted es un Addams a fin de cuentas—este levantó el pulgar.

Enid llegó molesta a la habitación.

—¿Qué ocurre?—preguntó Miércoles asustada.

—Ajax—está suspiró—se ha puesto celoso por lo del...beso...

—No entiendo el motivo señorita Sinclair, usted ha obedecido al profesor y ha enseñado a los alumnos una valiosa técnica para salvar una vida

—Cuando hablas de esa forma me pone algo nerviosa...me siento una dama

—Es que lo es...señorita Sinclair.

Ella se cubrió la cara roja y se fue al baño.

—No entiendo que sucede

—No está acostumbrada. En fin, vamos a tomar algo a la cafetería, tengo hambre

—Como usted ordene mi señora.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo :D

Mi mayordomo-Miércoles x TnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora