En su habitación
Rusia se encontraba envuelto entre las sábanas con una camisa del alemán, ya eran las 10pm y todavía no regresaba, lo extrañaba, así que decidió ir a verlo y de paso dejarle algo de comida, sabia que cuando estaba saturado de trabajo no comía nada.
Después de preparar una pequeña lonchera con la comida favorita del alemán, se fue a su auto y se dirigió a su trabajo, se estacionó y fue al ascensor al séptimo piso, donde está la oficina del alemán.
Alemania estaba ofuscado de tanto trabajo y unos papeles perdidos, mejor decidió ir a comprar un café de la maquina expendedora para poder despejar la mente un rato como mínimo, salió de su oficina por el pasillo y cruzo camino con una empleada apresurada que no vio el cartel de "Cuidado piso mojado" y su tacón resbaló, su primer reflejo fue agarrarse de lo primero que alcanzará, siendo justamente la camisa del alemán y este por inercia también la sostuvo, por supuesto Rusia solo vio la parte donde está ella pegada al alemán en una pose "extraña" y con la camisa desordenada.
– Lo siento! Yo me resbale no se que paso, que vergüenza
– Esta bien, no te preocupes - la empleada le dio las gracias seguida de varias disculpas y se fue muy de prisa, quedando solo el alemán con un ruso con la mirada asesina
– ¿Por qué esa zorra te estaba restregando sus jodidos pechos? Y ¿Por qué tienes la camisa así? Más te vale que respondas rápido Alemania
– Primero, hola cariño que gusto verte, segundo, tranquilízate un poco y tercero a ella se le resbaló el tacón, el piso está recién trapeado, ves ahí esta un cartel, no tienes porque esponjarte - su frustración del trabajo desapareció solo con ver al ruso, aunque estuviera "esponjado" como él decía cuando se enojaba
– Si claro y yo nací ayer, ¿sabes qué? Ya me voy
– Oyeee~¿acaso estás celoso? - dijo en un tono juguetón, le gustaba ver ese lado del ruso, pero este solo lo volvió a ver con el ceño fruncido
– Claro que no, por que lo haría - el ruso iba a seguir caminando al ascensor si Alemania no lo hubiera retenido con un abrazo por detras, con el cual atrapó sus brazos por si intentaba darle un golpe
– Oye ella resbalo y cayo sobre mi, además sabes que prefiero mil veces las tuyas - subió su mano apretando un poco su pecho
– ¡Sueltame tu enorme tonto! - sus intentos por zafarse del abrazo fueron inútiles y fue arrastrado a la oficina del alemán. Una vez adentro cerró con seguro y sin dejar de abrazar al ruso, pero esta vez de frente, le dio un beso callando sus constantes reclamos - Mmmnh! - el beso lo tomo por sorpresa arrebatandole su oportunidad de tomar más oxígeno, se sentia bien estar siendo sofocado, pero al ver que el alemán no parecía detenerse con el fogoso beso como pudo libero una de sus manos para alejar un poco el rostro del más alto y por fin respirar mejor - Ahh..tu tonto ahh..me faltaba el aire...ah
– Pero funcionó para calmarte, no es así? - le sonrió y bajo a su altura para darle un beso corto - Y dime ¿Qué haces tan tarde afuera?
– El que necesita calmarse eres tu y lo otro es que...ya era tarde y se como eres, que no comes nada cuando trabajas y te traía esto - era una loncherita con la comida favorita de Alemania
– Awww~me extrañabas...eres tan adorable cuando quieres - tomo la loncherita y la puso en el escritorio - pero en este momento quiero comer otra cosa
– Pero ¿no es tu favorito? - pregunto con inocencia a lo que el alemán se río un poco mientras se acercaba más hasta acorralarlo contra la puerta con sus brazos a cada lado