Dramatical Murder Mini-Historias.

Romeo and Cinderella.

Notas de la autora: Este pequeño drabble está inspirado en la canción de Romeo and Cinderella de Vocaloid. Un regalo para miss_seragaki  <3 

Esto se ha repetido tantas veces. Este raro juego lleno de nuevas sensaciones y experiencias. Cual romeo él llegó a conquistarme, con esa sonrisa boyante, galante, encantadora. Mi mundo de dulzura fue cambiando poco apoco. Las cosas que me mostró por el sendero que prometía el paraíso, terminó por enseñarme las espinas de nuestra rosa. En un inicio, tenía miedo, era demasiado para mi mente y corazón, no comprendía nada, y sin embargo lentamente, haciéndolo cotidiano, él me arrastró a nuestra dulce farsa, a nuestro cuento de ensueño. Mi romeo es dulce, mi tierno Koujaku parece tener solo ojos para mí, pero eso, es solo el sueño, la fantasía. Más que una Julieta, yo me siento como cenicienta, ya que la magia de mi encanto también desaparece. Sin embargo, la magia no se termina a las doce, empieza a medianoche y se va al amanecer, cuando me percato de que nuevamente se ha ido, llevándose todo de mí, cual ladrón infame, dejando únicamente su dulce aroma en mi cama, junto con los recuerdos de la noche anterior.

Al placer me volvió adicto, al punto de que confundí el amor con la pasión. Cuando en la noche aparecía solo para mí, listo para tomarme una vez más, mis piernas le invitaban temerosas de ser rechazadas. Esa era la única forma en la cual mi romeo me juraba su amor. Sus besos eran una promesa, sus manos sobre mi cuerpo un encanto y sus dulces palabras la maldición que me arrebataba la libertad cada noche. El mundo de los adultos, las cosas amargas y adictivas, sus besos con sabor a tabaco, la luz de la luna iluminando nuestros encuentros casuales. Todo era tan maravilloso, y a pesar de desgastar mi corazón, no podía dejarle. El mismo cuento, el mismo final inconcluso. Como amigos al amanecer, condenado a verle coquetear con otras chicas, como de costumbre. ¿Qué era yo para él? Siempre quise encararlo, hablar de frente, no obstante apenas me tomaba entre brazos para cubrirme de cándidos besos, mi mente se ponía en blanco.

La primera noche, no la olvidaré. Mi cuerpo temeroso, virgen, inexperto, bajo las manos expertas del romeo por el cual me enamoré. Cada noche, anhelo que la mañana jamás llegue, que la magia jamás acabe, que el tierno sentimiento de pertenencia se quede en mi piel. Quiero sus besos, sus palabras, sus miradas, lo quiero solo para mí. Pero no hay forma de retener a mi romeo y no hay forma de evitar el amanecer. Cual cenicienta vuelvo a mi vida tranquila, callando cuanto mi corazón grita. El anhelo de mi amor juvenil se volvió pasión, necesidad, sin su tacto ya nada tenía sentido en el mundo. Me volví dependiente de él. Es la verdad.

Si él no era mi romeo, entonces nada más importaba.

Aún si el encanto era efímero.

Yo sería su cenicienta.