Capítulo 1.

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Narra la autora.

—Falown Kelvert, ese será su nombre .—La madre sonrió con emoción al cargar por fin después de cinco largos meses a su pequeña.

La pequeña niña mantenía sus ojitos cerrados oliendo todo, captando los oleras con mucha intensidad, se pegó más el pecho de su madre escucho el latir del corazón tranquilizando su agito corazón de recién nacido.

No conocía aquellos olores ni mucho menos todo aquel ruido, pero el latir y el olor de madre la hacia sentir segura.

La manada Monn black estaba de fiesta una integrante había llegado a la manada, sus lazos se estaban uniendo a los de la pequeña niña del beta de la manada.

Todo era dicha y felicidad.

El beta corría con un gran ramo de flores y en su otra mano un inmenso lobo de peluche, sentía a su hija, fuerte y sana, su corazón estaba que revosaba de dicha.

Era su primera hija, su princesa después de muchos problemas con la salud de su amada mate, tenían consigo a su retoño de amor, su luz.

Al llegar y el olor de su mate envuelto en felicidad lágrimas de alegría rodaron por su rostro, con delicadeza paso por el pasillo hasta llegar al cuarto donde ambas descansaban.

Su madre lo felicito y salió cuando él entró encontrando la escena más hermosa del mundo.

Su pequeña niña en el pecho de su mate ambas dormidas, las mejillas morenas de su princesa se encontraban con un leve sonrojo.

—Amor .—Su mate estiró los brazos al sentir a su mate cerca de ella, al abrir sus ojos, dos faros de color verde olivo oscuro lo miraron con tanto amor y cariño derritiendo el corazón del beta.

—Lo hiciste bien .—Las mejillas pálidas y blancas de su mate se sonrojan.

Ambos miran con ternura a su pequeña llena de tanta vida.

Todo miedo se esfumó al tenerla a ella en sus brazos.















°°°

La casa del beta se encontraba llena de molestia, su pequeña niña no dejaba de llorar en los brazos de su madre que hacía todo lo posible por calmar a su mate e hija.

Su suegra bajo la mirada arrepentida por haber ocultado algo tan importante a su único hijo. Pero tenía mucho miedo, no sabía que hacer, la oscuridad desde tiempos antiguos acechaba a la familia Kelvert.

Maldijo una y mil veces a su antepasado ¿Por qué tuvo que hacer eso? ¿Tanto era su egoísmo que no penso en el futuro de la familia?

—¿Por qué hasta ahora me lo dices madre?—Gruño con lágrimas en sus ojos, su enojo era tanto que su pequeña hija tenía miedo, al escuchar el acelerado corazón de Falown, tomo una respiración profunda.

—Perdoname hijo, debí decirles antes, esto es algo que llevamos en nuestra sangre, en nuestro apellido .—Su llanto quebranta el corazón de su hijo.

—Lo se, tenemos que hacer algo —

—No hay nada que hacer .—Ella niega con mucho dolor, su tiempo está cerca, su mate ya dejó este mundo ahora es su turno.

—Beta, el alfa lo necesita .—Los golpes en su puerta lo alertan.

—De acuerdo enseguida voy .—Voltea a mirar a su madre y mate.

—Nadie puede saber de esto .—Ambas asienten, se acerca su pequeña dejando un beso en su frente llenadose de su olor, junta la frente con su amada dejando un beso en la nariz.

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