Otro día más transcurría en mi vida, estaba nublado y era monótono. Como siempre, mantenía una actitud silenciosa y perspicaz para que nadie notará mi presencia, pues, era lo que menos quería hacer en mi liceo. El ambiente que había no era uno de los mejores, pero... yo ya no quería relacionarme con nadie más, menos con ese suceso que me dejó marcado y más cuando se trató de una persona que le brinde toda mi confianza. Era una amiga de la infancia que vivía en mi mismo barrio, nos conocimos a través de un parque que quedaba algo cerca de nuestras casas y yo... aún recuerdo eso con cariño, pero... me negaba en creer bajo sus palabras.
Cuando fuimos creciendo, cada uno fue cambiando físicamente, al igual que psicológicamente. Manteníamos una buena convivencia y comunicación, con la diferencia en como interactuábamos entre nosotros. Me agradaba pasar momentos con ella y poder solo oír su voz, su tacto o fragancia. Las pocas veces que salíamos a un lugar, cuando podía invitaba, aunque a veces ella me decía...
"Yo pago esta vez, Adam".
Yo solo le negaba en que pagará las salidas y era quien mayormente se aforraba los costos. A veces me preguntaba de donde sacaba dinero para poder pagar las cuentas, pero era lo que menos me importaba y solo pensaba en que fuera un lindo recuerdo. Mientras me mantenía pensativo, inconscientemente fui esbozando una leve sonrisa en mis labios, aunque pareciera una coincidencia de mera felicidad, era por la melancolía y nostalgia de añorar algo que ya no podía volver a vivir.
<<Mejor... ya dejo de recordar>>.-pensé.
Terminando de decir eso en mi mente, solo decidí volver a mi realidad. Me encontraba sentado sobre un pupitre algo descuidado que mantenía aún su pintura fresca, pero estaba algo deteriorado por el tiempo. A mi alrededor tenía muchos de mis compañeros/as sentados en sus puestos, algunos hablaban entre sí y otros/as mantenían sus miradas hacia el frente, pues... estaba el profesor de matemáticas explicando algunos problemas de álgebra. Era algo ajetreado, aunque si le prestabas atención eran fáciles de hacer los ejercicios.
Estaba de los últimos en la fila de la ventana, pues, me relajaba mirar el exterior para poder distraerme y a veces solo poder relajar mis pensamientos. La vista era linda, ya que era un lugar en donde se podía apreciar las hojas de los árboles que caían hacia el césped en el que estaban plantados. Las hojas eran lindas y estaban en su etapa de otoño, haciendo una paleta de colores cálidos.
<<Mhhh, por lo menos esto me generará paz... aunque sea solo por un momento>>.-pensé.
Al término de decir eso en mi mente, fui cerrando mis ojos mientras iba posando mis brazos alrededor del pupitre como un soporte para poder apoyar mi cabeza. De ahí, me fui recostando para poder descansar algo, ya que últimamente he tenido problemas para dormir y trato de lo posible dormir en las clases, para recuperar energía. Sé que está mal, pues afecta mi desempeño académico y me puedo retrasar, pero... eso era lo que menos me importaba.
Los segundos pasaban lentamente, mi cuerpo poco a poco se fue relajando y haciendo que fuera ignorando las voces a mi alrededor.
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"¡Adam!... ¡Adam!... ¡Vamos a comprar algunos de esos dulces!"
"¡Mira Adam! ¿Q-qué te parece en como me veo?"
"Lo siento Adam, había quedado con alguien más, pero te prometo que te voy a recompensar~, ¿Sí?"
"¡ADAM!, yo sabía sobre tu cumpleaños, solamente que estaba tan ocupada que no me había dado cuenta... te pido mil disculpas y por favor no te enojes conmigo!"
