Hogar ... ¿Qué sería de los seres vivos sin un hogar donde reposar, convivir y mantenerse abrigados durante la noche? Sin duda alguna el concepto de hogar se le podría atribuir a un lugar de paz, comodidad y calidez ¿O no?
¿Crees en los mitos y las leyendas? Ciertamente ese tipo de temas siempre dejan incredulidad en el ser humano, sobre todo si no pueden comprobarse o verse físicamente aunque realmente la mente mortal de por sí sea un caso muy complicado en cuanto a estos temas se trata. Y precisamente el lugar en el que se desarrolla gran parte de esta historia pertenece al efecto que anteriormente se menciona....
Así como las almas de los mortales tienen el infierno para ser castigadas por la eternidad, algunas de las peores entidades malignas y oscuras tienen un lugar el cual no está lejos de la tierra, es un limbo terrestre, un más allá pero en un punto perdido y misterioso en la tierra del cual si entras, jamás sales. Tan tóxico para los mortales como un veneno letal y de rápida acción.
Lleno de almas perdidas o corruptas que de algún modo perdieron el camino y se quedaron más tiempo del debido en la tierra, demonios quienes quisieron recolectarlas pero que quedaron atrapados en un lúgubre bosque tóxico donde todos los caminos cambian sus direcciones y la niebla provoca alucinaciones. Un lugar inundado de locura, dolor y arrepentimiento.
Se dice que es solo un mito pues jamás nadie ha salido de ahí para contarlo, pero está hecho para eso, para confundir, enloquecer a todo aquel que entra ahí, la prisión perfecta, incluso para semidioses.
Ahí, muy en lo profundo al centro de este gigantesco purgatorio pintado como un bosque oscuro, frío, de aire tóxico y desesperante, mora una de las creaciones más perfectas y puras que las Diosas hayan creado dentro de un domo impenetrable cargado de energía celestial y protección.
Ese era su hogar, muy al centro y en lo más profundo de aquel enorme bosque tóxico para todo lo vivo llamado "el limbo terrestre" y aunque se pueda pensar que aquel lugar dentro del domo de energía sería igual o peor que lo de afuera, realmente era todo un paraíso.
Ya después de tantos años en completa soledad, la rutina marca cuál es el hogar y pese a todo lo malo, para ella ambos muy contrastantes lugares eran sus hogares. Después de todo, el hogar podría considerarse no solo como el techo bajo tu cabeza en el cual descansas, también podría ser aquel sitio donde más tiempo pasas, dónde te descubres como persona y vives diferentes experiencias relacionadas a lo mismo, quizás... Para ella tan simple como el hecho de que solo conocía ambos lugares, y si conoce otros en tiempos pasados no se iba a acordar mucho pues pese a ser una Diosa, no era omnipotente, al menos no esa área.
El encanto del hogar ... ¿No era irónico? Repetir una y otra vez una rutina por décadas. ¿Qué era un hogar para ella? Su cuerpo de carne y hueso por ejemplo, aunque tenga la forma que tenga, era todo un palacio, uno tan desconocido para todos que el humano no hacía más que idealizar ante creencias paganas que realmente mucho no le importaban. Constantemente descubre cosas, aprende sobre el recipiente humano que fue creado a su forma y semejanza, pero que aún después de tantos años, seguía siendo fascinante para ella, y tan misterioso como el comportamiento de la naturaleza misma, la vida era todo un hogar para muchos... Pero... ¿Cómo podría un ser tan oscuro considerar como "hogar" los exteriores de una cárcel romantizada como paraíso? Peor eran los exteriores, aparentemente siempre el exterior era peor que el interior de una casa... ¿Acaso lo había escuchado antes?
Muy al centro del purgatorio estaba ahí, en los adentros de un invisible corazón protegido por un campo de fuerza impenetrable se hallaba su paraíso de atardeceres hermosos, campos de rosas rojas, blancas y rosadas, dulces aromas y una calidez inexplicable, una calma tan abrumadora como la tortura de la costumbre en el día a día, pero después de todo... Solo tenía que estar viva para que toda la belleza existente en el mundo pueda permanecer intacta ¿No?
Eran tantas preguntas...
Sumida en un sueño profundo, Kyandi dormía en la comodidad de su enorme cama queen size vistiendo un cómodo camisón blanco con estampados florales delicados, con las cortinas totalmente abiertas, dejando que la luz de la noche se viera desde la ventana. Sabía perfectamente que no necesitaba dormir o comer, pero a ella le gustaba hacerlo teniendo una apariencia casi humana, le parecía fascinante la compleja sencillez del cuerpo humano. Con sus ojos cerrados permaneció recostada relajando su cuerpo mientras intentaba mantener la mente en blanco, tarea que era mucho mas complicada de lo que podría imaginarse para un ser como ella.
Miraba desde arriba la barrera de su paraíso, tan solitaria, tan imposible de atravesar... Parte de su gran espíritu no podía viajar tan lejos de su cuerpo cuando dormía, debía lidiar con dicha penitencia de un castigo impuesto hace tantos años que era algo ya tan normal para ella como el resto de cosas que tenía limitadas a poder hacer, pero después de todo... Solo bastaba con estar viva ¿O no?
Pero luego de hacer vigilancia por unas horas decidió rendirse y volver a su cuerpo, e intentar algo que no hacía muchas veces como parte de la experiencia del cuerpo "humano"... Soñar.
Soñar siempre fue todo un tema de discusión ¿No crees? Mientras que para los verdaderos mortales soñar es nada más que recrear recuerdos o realidades ficticias en sus sueños como reflejos de sus emociones, deseos o miedos.... ¿Cuál era el equivalente a soñar para ella? ¿Era lo mismo? ¿Cuál crees tú que podría ser? ¿Acaso todos los seres vivos sueñan?
Sumida en el cálido abrazo de la inconsciencia producto del descanso temporal que era dormir, la deidad se entregó en los brazos del sueño como solía hacerlo al menos un par de veces a la semana —Aunque de esos pares de veces, la gran mayoría solo fingía estar dormida— y no pudo evitar empezar a aclarar su mente y olvidar el pesar de sus hombros sobre enormes nubes rosas y eternos atardeceres decorados por destellos amarillos como su aura misma lo era, en su sueño, se hallaba su cuerpo de apariencia humana descansando sobre nubes rosas envuelta en su aura en la forma de un hermoso cielo, mirando hacia arriba, alcanzando con sus manos la atmósfera terrestre, anhelando volver con sus superiores.
Sus suaves y brillantes cabellos rosados danzaban por mechones con la brisa templada y su suave piel blanca como la leche se bañaba de luz con los destellos, miraba hacia arriba con sus enormes ojos celeste cielo y parpadeando un par de veces reía con encanto al aparecer unos conejitos hechos de nubes saltando al rededor de ella, sentada ahora de piernas cruzadas sobre la esponjosa acumulación de vapor sobre el cielo.
Meciendo sus pies ahora miraba hacia abajo donde estaba la tierra con cierto pesar en su tierna mirada, al mundo le faltaba tanto amor luego de su encierro que le causaba una ligera sensación de culpa en su corazón. ¿No era suficiente con estar viva? Justo cuando estaba apunto de volver a jugar con los conejitos sobre el cielo, un pequeño destello verde fosforescente se iluminó con peligro hacia la distancia.
—Esto no debería ser parte de mi sueño...
Murmuró la joven deidad con extrañeza en su delicada voz dulce y pacífica, ahora caminando por el cielo sosteniendo la falda larga y ligera de su vestido rodeado de mariposas con ambas manos. Entre más caminaba con cuidado, parecía cambiar poco a poco el panorama de su cielo a algo más oscuro, más sombrío y frío...
Un estruendoso rugido grave, profundo y bestial se apoderó de su sueño junto a la figura enorme de una bestia irreconocible que parecía querer decirle algo, pero no pudo entenderle porque un pitido agudo y una luz cegadora se apoderó de su sueño cuando estuvo apunto de correr hacia la figura.
Y se despertó con un fuerte rayo de sol golpeándole directamente en la cara, pero no era como todos los días, esta vez estaba casi segura que ese rayo de luz cegadora que vio en su sueño antes de despertar con un rápido abrir de ojos y la respiración agitada era más fuerte que ese rayo de sol golpeando su rostro desde su gran ventana, podía estar casi segura que podría tratarse de aquellas fuerzas superiores intentando que no vea o piense en algo. Se sentó muy lentamente en la cama antes de observar su habitación como era de costumbre, su expresión confundida rompía con la paz de una rutina paso a paso que estaba dispuesta a seguir cada día de su longeva vida para simplemente no tener que pensar en otras cosas, llegando a su mente pequeños flashbacks de aquella oscuridad tan fría, ese bestial rugido profundo tan fuerte y abrumador, y esos destellos verde fosforescente que podrían quemar las retinas de cualquiera... ¿Qué era esa figura? ¿Por qué "ellas" le impidieron verle?
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Ácido Bendito
RomanceEn un universo donde los destinos se entrelazan entre la luz y la oscuridad, Kyandi, una joven Diosa encerrada en su propio paraíso, anhela desesperadamente un amor que sane su soledad. Mientras tanto, Fergus, un ser de origen oscuro y caótico, sumi...