Cap. 1 ¿Te gustó?

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por Alistair W.


Capitulo 1. ¿Te gustó?

No sé cómo fue que terminé de esta manera, encima de alguien que apenas conozco, él dentro de mí, todo es tan magnífico, tan irreal, tan hermoso, que incluso parecía un sueño, jamás creí poder sentir algo así por alguien, jamás pensé sentirme así por alguien.

Mi nombre es Alexis, tengo 17 años, estudio la preparatoria, soy gay, en fin, eso es todo lo que hay que saber de mí, en general odio todo lo que sea feliz y colorido, prefiero estar solo en un rincón leyendo un libro que pasar tiempo de "calidad" con las demás personas, y pues ser así me atraía problemas que casi siempre tenían que ver con golpes.

Este día en particular había sido realmente malo. Me encontraba sentando en un rincón de la escuela no había nada que hacer, las clases habían concluido hace unos cuantos minutos, ya no había nadie por aquí, o al menos eso creía, no tenia ánimos para caminar a casa y tener que soportar las críticas de mis padres por lo que decidí quedarme hasta tarde aquí.

Pasaron varios minutos cuando pude escuchar algunos pasos acercarse a donde me encontraba.

- mira, ahí está el mariconcito - oí decir a uno de ellos, aquella voz era inconfundible, era Marcos.

- ¡Hey putito! - uno de sus secuaces grito.

- déjenme sólo, en serio no quiero problemas.

- ay el putito no quiere que le peguen, ¡no seas nena! - oí mientras sentía la primer patada.

Caí tendido al piso, los golpes comenzaron a llegar de todas partes acompañados por insultos, no podía hacer nada más que esperar a que esto acabara; de repente los golpes cesaron, pude oír como Marcos y su pandilla salían corriendo en todas direcciones y como una silueta masculina se arrodilló para ayudarme.

Me tendió una mano para poder apoyarme, me levanté con dificultad pero lo hice, me condujo hasta el sanitario para poder lavarme la sangre que de mi boca salía.

- te ves muy mal - fue lo que dijo el chico.

- gracias, no me había dado cuenta - respondí un tanto de mala gana.

- Uy perdón, a la próxima dejo que te maten a golpes.

- perdón, hoy no fue precisamente un buen día.

- No te preocupes, a propósito mi nombre es Dylan, ¿y tú eres..?

- Alexis, mi nombre es Alexis.

- Oooh, lindo nombre, sabes siempre me gustó ese nombre, Alexis - dijo poniendo sus manos frente a él y mirando al vacío.

- gracias - dije mientras soltaba unas cuantas risas.

- No te burles, es en serio.

y entonces un silencio incómodo nos cubrió a ambos, mientras terminaba de lavar mis heridas podía sentir como Dylan me miraba fijamente, no quería voltear por miedo a no sé qué cosa, simplemente no quería hacerlo, pero la tentación me gano y terminé haciéndolo, no me había dado cuenta de los preciosos ojos que tenía hasta este momento, son azules con algunos toques turquesas, no podía dejar de mirarlo, es tan guapo, sus labios son un tanto gruesos y de un tono rosado tan apetecible, es alto, pelo negro, cuerpo trabajado, en fin es perfecto.

No podíamos dejar de mirarnos el uno al otro, ambos nos manteníamos quietos sin decir ni una sola palabra, lentamente nuestros cuerpos se fueron acercando, nuestros rostros se encontraban a escasos centímetros el uno del otro, volví a mirar sus ojos luego sus labios y entonces ocurrió, pude sentir como sus labios comenzaban a moverse al rededor de los míos, no le correspondí el beso, la sorpresa era tal que no me permitía hacer cualquier otra cosa, rápidamente retiro sus labios de mi rostro y se alejo un poco.

- l-l-l-lo siento, no sé que me ocurrió, en serio perdóname - dijo mientras comenzaba a caminar hacia la salida.

- ¡espera! - fue lo único que dije, él volteo e inmediatamente me abalance sobre él, tomé su rostro con ambas manos, me acerqué lentamente y lo besé, esta vez ambos correspondimos el beso, pude sentir como su lengua trataba de entrar en mi, poco a poco lo fui permitiendo hasta que ambos explorábamos el interior de nuestras bocas.

Entonces Dylan me cargo entre sus brazos a lo que respondí enrollando mis piernas al rededor de su cintura, me cargó hasta los lavamanos donde me sentó, sus labios se separaron de los míos y comenzaron a descender por mi cuello dejando un camino de suaves y pequeños besos, se detuvo a la altura de mi clavícula donde plantó un largo y placentero beso, regresó a mis labios mientras alzaba mi playera, pude sentir como sus manos comenzaban a explorar mi delgado cuerpo, primero el abdomen, después el pecho, de ahí paso a la espalda y estando sus dedos sobre mi piel comenzó a bajar lentamente hasta llegar al elástico de mis bóxers.

Yo por mi parte levante su playera hasta quitársela, vaya que su cuerpo estaba marcado, mientras nos besábamos recorrí parte de su cuerpo con mis manos, de su pecho fui a su espalda y de su espalda baje a su pantalón y sin pensarlo dos veces lo desabroche, él hizo lo mismo conmigo y en cuestión de segundos ambos estábamos únicamente en bóxers.

Nos separamos por un momento, el se alejo un poco, al parecer para contemplarme, o al menos eso hice yo, su cuerpo era más que perfecto, su rostro, su pelo, en fin todo era hermoso, entonces mi mirada se fijo en solo una cosa, su entrepierna, por encima del bóxer ya era visible una notoria erección.

- ¿eso va a entrar en mi? - pensé

- Si tú quieres - dijo Dylan mientras se acercaba nuevamente a mí, creo que lo dije en voz alta, no pude hacer nada más que sonrojarme y morderme el labio inferior.

Volvió a besarme mientras que con sus manos recorría toda mi espalda, descendiendo poco a poco hasta que tocó mi trasero; ya no podía más, el placer me consumía por dentro, los gemidos que emitíamos los dos no tenían fin, todo era mágico.

Baje del lavamanos en el que me encontraba sin despegarme de sus labios, ambos caminamos hacia unos de los retretes donde nos encerramos, Dylan ya tenía su miembro fuera del bóxer, al mirarlo una sensación de placer y miedo recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, no estaba seguro de lo que estaba a punto de hacer, sin embargo, la cara de Dylan provocó que aquel pensamiento saliera inmediatamente de mí, tomé su pene con ambas manos y comencé a masturbarlo lentamente, se podían oír los gemidos que provenían de él, me fui agachando hasta tenerlo frente a mí, lo introduje lentamente en mi boca, fue entrando poco a poco hasta que estuvo completamente dentro mí, el vaivén comenzó, podía sentir como mi garganta se iba acostumbrando a cada movimiento que hacía.

Al cabo de unos minutos Lo sacó de mi boca me levantó del suelo en donde me encontraba y me dio un largo y dulce beso, para ese momento mis bóxers también habían desaparecido, Dylan se sentó en el excusado e hizo que me sentara sobre él, lo dude un poco pero lo termine haciendo, al principio un dolor agudo me invadió, al parecer Dylan notó mi cara porque se detuvo.

- ¿quieres que pare amor? - dios esa palabra se escuchaba tan bien, "amor", me encanta.

- n-n-no, no, sigue - dije mientras jadeaba un poco.

No lo tuve que repetir cuando ya estaba moviéndose de nuevo, podía sentir claramente como entraba y salía de mí, el dolor poco a poco fue disminuyendo hasta casi desaparecer ahora lo único que podía sentir era el enorme placer que esto me provocaba, no podía parar de gemir al igual que Dylan, el movimiento de sus caderas fue aumentando de velocidad y con él el placer que provocaba.

- Oooh dios Dylan, esto se siente t-t-tan b-b-b-b-bien - mis gemidos aumentaron en cantidad y en volumen, ahora era yo el que se movía, arriba, abajo, arriba, abajo, una y otra vez, hasta que, sin necesidad de tocarme, me corrí, mi semen salió a chorros de mí, cayó por todo el pecho y abdomen de Dylan, e incluso cayó un poco sobre su boca, él en seguida lo lamió y me dedicó una sonrisa pícara, yo solo me acerque y lo besé por un buen tiempo hasta que pude sentir como se arqueaba su espalda y sentía un extraño líquido dentro de mí, todo a nuestro alrededor se detuvo, ambos nos pusimos de pie, nos volvimos a colocar nuestros bóxers, nos miramos a los ojos por un largo rato, el se acercó poco a poco a mi oído y me susurró.

- ¿te gustó?

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