Cap. 6 Atte: Tu sexy mesera

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Por MonikSGA


Capitulo 6. Atte: Tu sexy mesera

Recuerdo que era una tarde de martes; el día de salir con los amigos del colegio.

Por lo regular solíamos visitar un lugar cerca de ahí; "Chicken wings" el mejor restaurante de las alitas más deliciosas de todo el planeta (bueno, al menos para mis amigos y yo).

Llegamos y tomamos asiento en nuestra mesa favorita, una mesa al fondo del restaurant. El dueño del lugar y los meseros ya nos conocían y hasta obteníamos descuentos por ser clientes frecuentes, algo que nos llenaba de alegría.

Pero... Aquella tarde fue muy diferente y cambio por completo mi vida.

Una mesera nueva en el lugar nos tomó la orden; una chica sumamente hermosa, de altura promedio, delgada, ojos castaños y de tez blanca, con una sonrisa encantadora delicadamente coloreada con un labial rojo y con un peculiar lunar en la mejilla izquierda... Además de que... se veía que fue hecha con mucho amor, estaba muy bien proporcionada.

Como siempre, la que ordenó fui yo ya que por lo regular escogíamos a alguien para ordenar y yo me ganaba ese "honor" todos los martes de alitas.

— Hola chicos, ¿les tomó la orden?

— Hola... -conteste con la mirada pérdida en ella- vamos a ordenar el combo del día y medio barril de cerveza.

— ¡En seguida les traído la orden!

La mesera se fue y con ella mi mirada aferrada en su bien formado trasero, cuando de pronto un golpe en el brazo me saco de mis pensamientos perversos.

— ¡Ey chica! Esa mesera esta... ¡Umm! Vaya que es linda -dijo un amigo- ¿quieres apostar a ver quién se la liga primero?

— De ninguna manera... Es demasiado heterosexual como para funcionar.

— ¡De ninguna manera! Dime el nombre de una chica que no haya cedido contigo.

Tenía razón. Algo en mi les llamaba la atención a las chicas, fuese cual fuese su orientación.

— No tiene caso... Ni siquiera me miro cuando ordene.

— ¡Chicos! Medio barril de cerveza. –Interrumpió la mesera y dejó la bebida sobre la mesa- en un momento más les traigo las alitas.

— ¡Dios mío! ¿¡ Viste ese trasero!?

— Que suerte que tengas el pene pequeño, nadie nota tu emoción -conteste en tono burlón-.

— Ja, ja, ja. Idiota.

En el transcurso de la tarde comimos, bebimos y bailamos un poco. Para ser sinceros, mis amigos en conjunto le daban ambiente al lugar, con sus charlas infinitas y bromas interminables, pero de pronto... Me llegue a sentir un poco mareada y con muchas ganas de orinar.

— ¡Ahora vuelvo! -grite a mis amigos-.

Entré al sanitario y deje fruir aquello que quería salir de mí y mientras lo hacía pude escuchar que alguien más entraba a los sanitarios. Cosa a la que no le di importancia y continúe con mis actividades pero para ser sinceros tarde un poco por jugar al candy crush.

Salí de la caseta del sanitario y comencé a lavarme las manos y posteriormente me incliné un poco para lavarme la cara, cuando de pronto sentí unas delicadas manos surcar mis caderas, en dirección hacia mi pelvis.

Levante el rostro en un dos por tres y mire hacia el espejo en frente de mi, detrás mío era ella... La sexy mesera que nos atendía.

— Perdona el atrevimiento pero creo que no soy muy obvia. Desde que te vi afuera despertaste en mí un deseo muy intenso.

Me di la media vuelta y me tomó por sorpresa cuando comenzó a besarme. ¡Demonios! Aquellos labios eran tan deliciosos y suaves, algo que nunca habían sentido en mi vida.

Pronto me introdujo en una caseta y la luz por sensor se apago. Dentro de ella comenzó a desnudarse, se quitó el delantal, el uniforme y quedo en ropa interior.

Me sentó sobre la tapa del escusado y subió en mí sin parar de besarme. Llevo mis manos por todo su cuerpo... Su suave y sexy cuerpo.

Puesto que no la podía ver del todo, me imaginaba esa hermosa lencería con encaje negros que tanto me excitaba en las chicas.

Las cosas ahí se tornaron de otro color, era mi turno de quitarme algunas prendas... Y así fue, ambas quedamos en ropa interior.

Comenzó a besarme desde el cuello, algo que simplemente me fascinaba. Poco a poco bajó hasta mi abdomen y al llegar a mi vientre me susurró "— Que lo disfrutes".

Me dio pequeños besos en las entradas de la pelvis. Mordió mi ropa interior y con suma delicadeza logró bajarla un tanto como para que ella pudiera realizarme un blow job.

Después de aquello perdí la sensibilidad en todos los puntos de mi cuerpo y se concentró en mi centro, aquel centro que ella disfrutaba de lamer con tanta energía que al cabo de unos minutos ... llegue al clímax y al casi borde del orgasmo.

Pero... No iba a dejar que me tomara y controle la situación. La arrincone y la puse de espaldas contra la pared, sus manos pegadas al muro eran plumas con tinta que marcaban historia en ese lugar. La sujete por el cabello y por detrás le metí algunos dedos en la vagina... un tanto mojada deseosa de placer el cual di sin parar mientras marcaba con algunos besos parte de su nuca y espalda.

Ella disfrutaba, gemía y con tanta euforia arañaba la pared pero pronto se dio la vuelta y frente a frente me masturbo y jugueteo con mis pechos y llego a morderlos. Un poco doloroso pero delicioso.

Todo ello terminó cuando una de las clientas del lugar entro y se encendieron las luces. Nos quedamos en completo silencio y nos despedimos con un excitante beso deseosas de más.

Me puse la ropa y me arregle un poco el cabello alborotado, me senté en la mesa y continúe conversando con mis amigos.

El mismo chico me codeo y me dijo:

— Vaya, vaya... A quien tuvo suerte con la mesera. ¡Eres una máquina!

Me quede petrificada.

— ¡Anda! No te hagas la inocente, si traes labial rojo por todo el cuello, ¡JAJAJA!

Corrí al baño de nuevo y en efecto, tenía labial y chupetones difíciles de esconder.

Mire a una esquina del espejo y había una nota que decía:

"No pude evitar marcar lo que quiero que sea mío. Llámame y te recompensaré aún más por lo sucedido, atte: Tu sexy mesera"

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2017 ⏰

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