Park JiMin realmente no era el doncel malcriado, caprichoso, envidioso y egoísta que los rumores decían que era. Tampoco se molestó en siquiera corregirlos, simplemente dejó que todo siguiera su curzo.
Min YoonGi tampoco era el ser desalmado que los...
Lo último que JiMin ve tras estar muriendo, es aquella mirada vacía, no sabía cómo interpretar esa mueca o expresión, pues su propio asesino estaba ahí, viéndole desangrarse con aquella espada que fue empuñada en su pecho a la altura de su corazón. Escucha a lo lejos pisadas y puede divisar a su ex prometido junto a su mejor amigo y casi hermano. JungKook abraza a TaeHyung, ocultándolo en su torso para que no vea tan grotesca escena. Pero lo único que parece ver JiMin es una extraña sonrisa en los labios de TaeHyung. Y es cuando JiMin entiende que su mejor amigo se dejó cegar por ese capricho que tenía por su verdugo. JiMin con las pocas fuerzas que tenía cerró sus ojos no sin antes darle una última mirada a quien fue su casi hermano y a su ex prometido. De un momento a otro la mirada de TaeHyung cambio a una de desconcierto al instante en que sintió como unas manos le sujetaban con suma delicadeza del rostro -tal vez era solo una alucinación de su reciente agonía-, topándose nuevamente con aquella mirada y expresión que no sabía cómo descifrar en Min YoonGi, su verdugo. Y antes de que su mirada comenzara a desenfocarse pudo entender que aquel Duque despiadado lo estaba viendo con pena. Tenía que verse tan patético como para que el mismo demonio de Daegu le viera así. Aparto su mirada y la concentro en ningún punto fijo del cielo.
—Deja de verme así, imbécil.
Fue lo último que pudo articular a duras penas, para que después sus ojos perdieran aquel tenue brillo que aún conservaban.
Sintió como su alma estaba trascendiendo y dejando ese plano terrenal. La verdad era que aún tenía algo de resentimiento, pero al ver cómo era todo aquello que se le mostraba en distintas versiones suyas dejó ese pequeño resentimiento al lado y decidió avanzar. Escuchó a lo lejos el grito de TaeHyung y otro sonido que no supo distinguir. Quiso girar, de verdad quiso hacerlo y ver qué fue lo que causó tremendo grito en su ex mejor amigo. Decidió avanzar. Observó lo que parecían ser distintos tipos de vida que se le ofrecían y en todos se miraba diferente y feliz, aunque notó que en cada uno de ellos estaba TaeHyung junto a él. Sintió algo revolverse en su estómago y llevó su mano a la altura de su pecho, donde minutos atrás fue atravesado con la espada de Min. Siguió observando lo que se le ofrecía y notó en un espacio a Min YoonGi, ¿Que hacía él ahí? Muchas dudas se fueron generando su mente en cuanto al Duque demonio y despiadado de Daegu. Ignoro aquello y decidió avanzar, pero no pudo más, era como si una clase de magnetismo lo hubiese retenido. Y todo comenzó a retroceder. ¿Qué carajos estaba sucediendo? ¡Quería avanzar! Pero no podía, miles de imágenes revueltas lo rodearon y sintió como era jalado nuevamente hacia atrás. Por instinto cerró sus ojos y sintió cómo se mantuvo protectoramente en un abrazo. Quiso observar a la persona que lo estaba cubriendo de aquella manera, pero no pudo, solo sintió como la coronilla de su cabeza fue besada con apreció y devoción.
Unas palabras fueron susurradas en su odio.
"Te encontraré en otra vida."
Todo se volvió oscuro y silencioso. Los brazos que le sostenían de manera protectora ya no estaban. Comenzó a sudar frío y de un impulso abrió sus ojos topándose con su antigua habitación. Su respiración era errática y aún trataba de acoplarse a su entorno. Se enderezó y de repente vio entrar a Heechul, el mayordomo que lo cuidaba desde que era un niño.
—¿Se encuentra bien joven Park?
JiMin tardo en procesar aquella simple pregunta y solo asintió. Heechul entró y dio un abrazo reconfortante a JiMin, algo que lo tranquilizó de sobremanera. Poco después se escuchó a alguien más entrando a la habitación, fue cuando su mirada se encontró con TaeHyung. Heechul no pasó por alto la tensión en el cuerpo de JiMin, y cómo este de forma instintiva llevo su mano a la altura de su pecho.
—JiMinnie. —TaeHyung se miraba realmente preocupado—. ¿Estas bien? Escuché gritos y vine corriendo lo más rápido que pude.
El nombrado volvió a mirar su alrededor, corroborando nuevamente que si era su habitación. Enfocó su mirada en TaeHyung cuando esté se acercó y lo sujeto de las mejillas. Sin embargo, JiMin aparto su mirada de este.
—Estoy bien. —formuló por fin mientras se alejaba del toque de su amigo—. Fue un mal sueño. —volvió a recostarse dando la espalda—. Solo volveré a dormir, gracias por preocuparse.
Sin más Heechul salió junto a TaeHyung de la habitación de JiMin. Este pudo respirar de manera más tranquila cuando escuchó la puerta cerrándose. Se giró un poco quedando boca arriba y viendo el techo fijamente. Llevo su antebrazo para cubrir su frente y la otra mano a su pecho donde estaba seguro, su corazón fue atravesado con una espada. JiMin estaba seguro de que había decidido avanzar y tener una nueva vida, más nunca supo que fue lo que lo arrastró de vuelta a esta vida. Si había regresado era porque probablemente iba a morir de nuevo. Si bien no era un "villano" o mala persona como tal, siempre fue alguien caprichoso que obtenía siempre lo que quería abusando un poco de su estatus y siempre lo comparaban con TaeHyung. No era que tuviese envidia de su amigo, al contrario, lo apreciaba y quería demasiado, solo que la gente no entendía que él no era, ni podía ser como TaeHyung, tampoco podía del todo ser como le dictaban debía ser un doncel. Siempre fue bastante observador y bastante inteligente, pero la mugrosa sociedad elitista vivía con esa mentalidad cerrada donde no podían ni querían aceptar que todos los donceles eran diferentes, que cada uno tenía su propia esencia y eso era lo que lograba hacerlos únicos.
"Bueno, si volví a esta vida será por algo que probablemente pasé por alto. Tendré que ser bastante cuidadoso con todo esto sí quiero evitar morir. Tampoco puedo cambiar radicalmente de la noche a la mañana. Mi única ventaja es que tengo en mi memoria los sucesos importantes para evitar situaciones incómodas y no cometer los mismos errores..."
Se volvió a acomodar de lado haciéndose un ovillo, y cerró sus ojos. Lo mejor sería volver a dormir y descansar. Antes de caer en su profundo sueño, recordó aquella mirada felina junto al delicado tacto en su rostro que nunca pudo descifrar.
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Holi...ah yo no conozco la palabra vergüenza, eh~
Igual, esta historia aun no la actualizare, pero quise dejar un adelanto de la introducción porque es una idea que llevaba meses en mi mente y no quería dejarla por más tiempo guardada. Tal vez haga un booktrailer, solo tal vez.
