Kiss me

2K 104 11
                                    

---

Bajo las luces tenues de un restaurante desconocido, Enzo y Matías compartían una cena tranquila después de semanas agotadoras de tanta prensa por su reciente gran éxito "La Sociedad de la Nieve".

Jamas se imaginaron que su vida cambiaría tan de repente. Para bien o para mal, estar a la vista del ojo publico tiene sus beneficios a nivel laboral. Conferencias y entrevistas. Marcas por las cuales modelar. Te priorizan en los casting sin pasar por una presentación antes. Y mucho mas. Sin embargo, no todo es color de rosa, tu vida personal queda expuesta. De un día para otro, habían comenzado a perseguirlos, llegando a encontrarlos en lugares que solían frecuentar, lo cual hacia que tuvieran mas cuidado cada que querían salir a tomar o comer algo.

Apenas se están acostumbrando a este cambio tan brusco de la fama, pero ya extrañaban esos días en donde recién empezaban a conocerse y que poco a poco les había llevado a tener una conexión profunda detrás de las cámaras, donde algo más que una simple amistad comenzaba a florecer.

— ¿Alguna vez has experimentado la magia de una nevada nocturna? —preguntó Enzo, con una sonrisa traviesa iluminando su rostro.

Matías rió. — La magia no, pero si el terror. — dijo mientras levantaba su copa para darle un sorbo al vino casi por terminar. —Enzo, tú estuviste ahí conmigo, ¿ya no lo recuerdas?

— No me refería a eso, chiquito, — renegó.  — Si no a una experiencia personal. — El mayor se inclinó hacia adelante, mirando fijamente a los ojos del menor. — He oído que cerca de este lugar, hay una vista donde la nieve cae como si fuera polvo de estrellas. ¿Te gustaría ir conmigo?

Matías vio la intensidad en los ojos del Uruguayo y no pudo resistirse a la invitación — Esta bien — aceptó. — Pero si no esta tan cerca como dices, tú me llevaras cargando.  

— Trato.

Terminaron de comer, pagaron la cuenta y salieron juntos del lugar. Se encontraron envueltos en abrigos, caminando hacia la noche fría. La nevada comenzó suavemente, como pequeñas notas de piano que caen en el silencio de la noche. Enzo tenía razón, el lugar estaba a una cuantas cuadras del restaurante en el que estaban

— Es hermoso, ¿verdad? —dijo Enzo, con la nieve acumulándose en sus hombros.

Recalt asintió, sus ojos centelleando con la luz de las farolas, viendo los copos de nieve caer y adornar toda la maravillosa vista.

— Pero creo que hay algo aún más hermoso aquí.— Enzo tomó la mano de Matías, entrelazando sus dedos con suavidad, aprovechando que el menor se encontraba embelesado con la vista

Matías asintió con las mejillas sonrojadas por el frió, mas no por el reciente contacto con su compañero de escenas ni mucho menos por captar el mensaje.

La nieve seguía cayendo, formando un manto blanco a su alrededor mientras se quedaban allí, compartiendo risas y miradas cómplices. El silencio entre ellos hablaba más que mil palabras.

— ¿Algunas cosas simplemente están destinadas a suceder, no es así? —preguntó Matías, sus ojos buscando los de su compañero.

— Sí. Y  lo de nosotros es una de esas cosas.

Se acercó lentamente al menor, pidiéndole permiso con la mirada, para cerrar la brecha que había entre ellos con sus labios. El beso fue suave pero apasionado. La nieve continuaba cayendo, pero el mundo exterior parecía desvanecerse mientras se perdían el uno en el otro.

— No sé qué nos depara el futuro, pero estoy dispuesto a descubrirlo contigo —dijo al romper el beso, acariciando suavemente la mejilla de Matías, quien le sonrió y lo atrajo hacia él para seguir con lo que el mas alto había cortado.

Así, bajo el manto de nieve que caía como estrellas, Enzo y Matías encontraron el comienzo de su propia historia, una historia que trascendía los límites de la ficción y se convertía en algo real.

---

¿Que les pareció?

Caminos EntrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora