prólogo

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Me acababa de despertar tirado en una camilla, bueno, nada que no fuera habitual, excepto por un detalle. Hoy, después de haber perdido la cuenta de los años que llevaba aquí, salía, por fin...

—Buenos días, Gustabo, ¿cómo se encuentra?—interrumpió sus pensamientos la doctora.

—¿Bien, doctora, y usted? - preguntó mirando cómo la doctora rebuscaba algo en sus bolsillos.

—Bien, bien, me alegro mucho, toma, tu última pastilla aquí dentro— dijo, sacando la pastilla roja y blanca de su bolsillo.

—Gracias, doctora-— se tomó la pastilla a garganta seca y se volvió a sentar.

—Vale, como ya sabes, hoy es tu último día. Recoge tus cosas, yo voy a hacer una llamada... ——dijo, dirigiéndose a la puerta.

—De acuerdo-— acato la orden de la doctora de pelo grisáceo y se puso a recoger.

Unos 20 minutos más tarde, Gustabo escuchó una voz muy familiar gritando desde fuera algo, decidió no asomarse y esperar.

—Vale Gustabo, ya lo tienes todo por lo que veo, acompáñame —dijo saliendo de la habitación.

Gustabo persiguió a la doctora hasta fuera, y allí fue cuando lo vio, tan serio, viejo, amargado, como siempre.

¿Vale, Gustabo, te acuerdas de Conway?— pregunto la doctora.

—Desgraciadamente, si me acuerdo de esa cara de perro malhumorado- respondió Gustabo con una mueca.

—¿Qué coño hace este libre? Tendría que estar en un manicomio, o en federal, no libre —dijo Conway en un tono que afectó un poco a Gustabo

—Pues no lo va a estar, Conway, Gustabo García está en sus plenas condiciones de ser un civil normal- respondió la doctora.

-Y entonces, ¿para qué coño me quieres a mí?—preguntó rabiando el superintendente.

-Pues, Gustabo se reincorporará a la policía con el mismo cargo que tenía cuando fue ingresado-— respondió la doctora.

-Ni de coña—dijo Gustabo—. Yo quiero ser un civil libre, hacer mi vida, no ser el perrito faldero de Conway- —dijo de mal humor.

Conway sacó la porra.

-Conway, guarde la porra, son decisiones de arriba- dijo la doctora.

-Neno, ¿qué está pasando? - respondió un sujeto que había estado todo el rato al lado del viejo, mirándome perplejo.

—-Ahora no, luego te lo explico, vámonos- dijo pretendiendo irse.

—-Alto ahí, Conway, o se lleva a Gustabo o lo degradan, órdenes de arriba, ya se lo he dicho- respondió la doctora.

—-Si no tengo más remedio, vámonos, Gustabo, tira a la patrulla — dijo Conway comenzando a salir por la puerta.

Gustabo se quedó un poco rezagado a darle las gracias a la doctora

—Muchas gracias, doctora, espero no verla pronto, pero en el buen sentido —dijo haciendo reír un poco a la doctora

—Lo mismo digo, Gustabo, y si te da algún porrazo, avísame, adiós- dijo yéndose.

Gustabo salió corriendo hacia fuera con la mochila de sus pertenencias y vio a Conway hablando con el sujeto que estaba dentro. Cuando llegó a escasos metros de ellos, se callaron.

-¿Perdona, cómo te llamas?—preguntó Gustabo al sujeto.

—-Me llamo Presley, un placer —dijo metiéndose a la patrulla. Conway soltó una amarga carcajada e hizo lo mismo.

El viaje a comisaría fue tranquilo, no hablaron mucho, al llegar, le mostraron las instalaciones, ya que algunas cosas habían cambiado mucho.

-Y aquí están los vestuarios, donde siempre, ves allí y cámbiate-— dijo Presley, o mejor dicho, Freddy, ya había descubierto su nombre.

Mientras se cambiaba, pasaron varios policías, pero solo uno le saludó y se presentó.

-¿Hola, eres nuevo?—preguntó el chico.

-Sí, soy Gustabo García, con B de bombón-— dijo sonriendo.

El extraño soltó una carcajada.

-¿En serio eres Gustabo?- preguntó.

-¿El mismo, porque?- —respondió.

-¿Antes trabajabas aquí, cierto?—preguntó.

-Correcto- dijo mirándolo.

-Bueno, soy James Gordon, un placer. Cualquier cosa me avisas, adiós -dijo para marcharse.

-Espera un segundo, Gordon, ¿dónde cojo la radio?—preguntó muy perdido.

El oficial Gordon le explicó qué músculos tenía que pulsar y dónde ir. Cuando terminó, se fue a patrullar.

Gustabo después de cambiarse y buscar todo lo que necesitaba, fue a por Conway y Freddy para pedir asignación.

-¿Dónde voy? - pregunté.

-Hola!!, soy nuevo, ¿cuándo empiezo? - preguntó un rubio con cara de tonto.

-Y a este, ¿quién lo ha fichado?—dijo conway

-Ah, fui yo neno, es que tenía una foto muy graciosa -dijo Freddy.

-¿O sea, fichas por la foto?—preguntó Conway decepcionado

—-Solo a este, y a otros 5 o 6- dijo Freddy.

-Bueno, Gustabin, este va a ser tu primer trabajo, hacer que esté anormal sea un poco más normal, tirando nenazas -dijo yéndose

-Suerte, Gustabo- se despidió Freddy siguiendo a Conway

-Vale, vamos a ponerte la ropa y lo que necesites- dijo Gustabo

—-Señor, sí, señor—dijo, poniéndose firme.

A Gustabo le esperaba un muy duro trabajo con el que se había presentado como Amancio...

solo tú - gortaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora