Trabajo grupal (11)

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- No te quejes tanto...

- Me quejo todo lo que me dé la gana, estoy sensible e inestable por culpa de la novela.- reclamó cruzándose de brazos.

Paul no contestó, pero deseó sonreír enternecido por aquel comportamiento que Luis tenía.

Algunas veces era una armadura impenetrable que nadie podía acercarse, y otras veces, como aquella, parecía estar disfrutando genuinamente de la compañía ajena e incluso bromeando con él...

¿Acaso estaba conociendo a su verdadero él?

¿Significaba aquello que Luis poco a poco lo estaba aceptando?

Aquella dualidad de pensamientos y maneras de hacer se le hacía encantadora e irresistible hasta cierto punto.

Su hermano Eric ya le había dado su punto de vista muy claro respecto a lo que opinaba de Luis, y no se equivocaba mucho, pero Paul estaba dispuesto a jugar algo arriesgado antes que acabar arrepintiéndose de no hacer nada y lamentándose con escenarios ficticios de lo mucho que podría haber acabado siendo estar con Luis en ciertas circunstancias.

Al menos podía disfrutar de ver cómo este tenía pequeñas reacciones cuando leía, aquella expresividad de sus espectaculares y exóticos ojos que lo atraían en todo momento...

Se estaba volviendo loco...

...

Las conveniencias de la vida o tal vez eran casualidades que habían puesto al destino de su parte, le trajeron la bendición de un trabajo grupal. Genéricamente los trabajos eran horribles, eran tiempo perdido en los hobbies, estrés, agobio y tener que romperse la cabeza con algo que realmente no les importaba a los alumnos.

Pero en aquella circunstancia, aquel trabajo grupal era su única oportunidad de no necesitar de excusas tontas o súplicas que lo podrían poner en una posición casi de sumisión, para poder estar con Luis, independientemente del tema, solo quería y deseaba que aquello fuera su golpe de suerte.

La buena fortuna que tuvo respecto al tema de compañero o compañera de forma libre le dejó únicamente a él como opción plausible para Luis. Estaba tan emocionado en aquellos momentos que su cola se agitaba de lado a lado y sus emociones vividas se desbordaban profundamente. Lo inesperado fue ver a Luis alzar el brazo y pedir hacer el trabajo de forma individual. Aquello lo dejó planchado en la silla como si le hubieran dado un puñetazo en la cara. Parpadeó incrédulo, poniendo sus ojos en los de Luis o al menos intentando que este lo mirase. Incluso sus orejas se agacharon y si aquello no lo pusiera en evidencia incluso hubiera soltado un gimoteo.

- No, Luis. Este trabajo es demasiada faena para uno solo, deben ser mínimo dos y máximo cuatro.

Rechinó los dientes en respuesta, pero no de forma amenazante, sino frustrada.

- Puedes agruparte con tus compañeros vampíricos de la primera fila.- Paul notó la tensión y cómo sus dientes casi se chasquearon. Su mandíbula tensa de la impotencia y negó lentamente con la cabeza.

- Luis...- susurró en voz baja, tratando de captar su atención.

- Vete con tu hermano y tú manada. Lo haré solo.

Paul no comprendió aquella barrera tan repentina. Hacía unos veinte minutos (el tiempo que había tardado la clase en plantear el trabajo) Luis estaba genuinamente bien y hablando con él en buenos términos y de repente pareció haber algo que no supo en qué momento aconteció, que nuevamente se sentía al principio de la escalera que había empezando a subir para alcanzar a Luis.

¿Dónde había quedado ese "¿Significaba aquello que Luis poco a poco lo estaba aceptando?" que tan esperanzado había pensado al principio de la clase?

- Mi hermano tiene a sus ligues y mi manada son cuatro entre ellos...- esperanzado, trató de buscar sus ojos grises y convencerlo.- Lu—

- Paul...- palmearon su hombro y el licántropo giró la cabeza.- Eric no está, vamos a ponerlo en nuestro grupo... ¿Qué vas a hacer tú?

- ¿Cuántos sois?

- Nos hemos dividido en cuatro y dos... Puedes venirte con nosotros...- Paul se mordió el labio y se giró hacia Luis, este tenía la mirada gacha y apartada, no estaba colaborando y no iba a hacerlo.- Paul.

- Dame un segundo, Jara. Sí no, voy.

El mencionado se encogió de hombros y regresó a su sitio. Paul se armó de valor y arrimó una de sus manos para captar la atención del vampiro.

- Vente con Jara, Bull y yo...- pidió.- No te quedes solo...- suplicó.

Luis lo miró aterrado, casi con los ojos salidos de sus órbitas y sacudió la cabeza de lado a lado. Parecía que había visto un fantasma o le habían dado la peor noticia del mundo.

- No pienso rodearme de lobos.- rechazó.

- Tampoco piensas rodearte de vampiros.- se encogió de hombros queriendo contener la sonrisa irónica, pero fallando en el proceso.- Ya has oído al profe, sí o sí, vas a tener que ir con un grupo. O vas con los vampiros repipis que te están mirando por encima del hombro y deseando que no te acerques a ellos, o te vienes conmigo y al menos tienes alguien con quien hablar libremente...- sonrió un poco.- Solo vas a tener que aguantar el olor ahora, después te buscaré una excusa para no tener que reunirte con ellos, ¿Bien?- hubo un breve silencio.

Luis encarnó las cejas, parpadeó con incredulidad y desvió la mirada avergonzado por el trato tan efusivo y tan repentino. Inspiró profundamente, tentado a negarse. Pero tal y como había dicho Paul, sus compañeros vampíricos no querían que se acercara y él tampoco quería acercarse. Tampoco quería estar rodeado de licántropos, pero viendo que Paul estaba ofreciéndole alternativas para evitar reunirse con ellos, en cierta manera lo hacía sentirse aliviado, pero al mismo tiempo vulnerable y dependiente de él y ese sentimiento no le agradaba. No tenía más opciones... Su odio y repulsión hacia todo el mundo y que solo Paul hubiera ignorando aquella hostilidad le había jugado en su contra y resultaba un mar aversivo de soledad...

Solo tenía dos cartas sobre la mesa, y aunque ninguna de las dos le gustaba, tenía que elegir la evidente y la que más le convenía en aquellos momentos...

- Bien...- ahogó su voz como si fuera una derrota.

Paul se vio sorprendido por esta respuesta, pero la emoción volvió a su ser como si se convirtiera en un niño pequeño otra vez. Se giró hacia Jara y asintió con la cabeza. Tirando de Luis, sin la suficiente fuerza para hacerle daño, llevarlo arrastrando o que este pudiera resistirse... Se plantó delante de los dos licántropos.

- Adoptamos al vampiro, se quedó solo.

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Aquí las opiniones ------------>

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos leemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1100 Palabras]

68.- Un romance interespecie (Gay / Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora