❝𝐄𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎❞

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Alastor era un locutor de radio reconocido y famoso en Nueva Orleans, con un gran carisma y una amplia sonrisa

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Alastor era un locutor de radio reconocido y famoso en Nueva Orleans, con un gran carisma y una amplia sonrisa.

Últimamente se encontraba aburrido de su monótona vida. El asesino que estaba atemorizando a la ciudad completa nunca iba a ser atrapado, pues los detectives eran más estupidos conforme llegaban a la estación. Algunas veces el mismo participó dando pistas que los hacían creer estaban llegando a algo, pero finalmente entraban a un circulo vicioso donde acababan renunciando al caso.

— Señor, ¿lo molesto si tomo asiento en su mesa? El lugar parece estar lleno por hoy.. —musitó una voz femenina a su lado, sosteniendo un periódico entre sus pálidas manos y un pequeño pero bonito bolso.

La escaneo con rapidez, viendo que traia un vestido amarillo claro, llegando apenas unos centímetros debajo de las rodillas y un poco pomposo. Tenia unos lindos ojos grandes, similares a los de un ciervo, brillando en un radiante color verde. Su cabello era pelirrojo, levemente ondulado y caía en cascada hasta su cintura. Su cabeza era adornada con un bonito sombrero de aparente paja pero elegante, cumpliendo la funcion de cubrirle del sol gracias a su redonda figura y a su vez estar a la moda.

— ¡Siempre es bienvenida la presencia de una bella dama! Tome asiento, por favor, querida— con rapidez, se puso de pie y jalo el respaldo de una silla para dejarla sentarse. Ella agradeció con una sonrisa y tomó asiento.

— Usualmente vengo los fines de semana, pero hoy tenia antojo de unos deliciosos beignets y no conozco un mejor lugar que este—admitió con vergüenza al estar invadiendo un espacio ajeno, pero era el unico que se encontraba solo en una mesa, por lo que ambos podrian concentrarse en lo suyo sin molestar al otro—, no contaba con que estuviese lleno, permítame invitarle algo como agradecimiento.

— Oh no, no hace falta señorita, ya he ordenado de cualquier modo—expresó aun con su habitual sonrisa, aun tenia la mitad de su café en su taza y la mitad de su sandwich— no creo que tenga espacio para nada más.

La mujer solo asintió en respuesta y después de eso, aunque Alastor esperaba alguna otra pregunta o respuesta, solo recibió silencio. Despues de colocarse unos lentes rojizos, la fémina se encontraba observando el periódico con atención, esperando a que su orden fuese traída a la mesa, pues ordeno al llegar.

— Nunca la había visto por aqui, ¿se mudó recientemente? —intento hacer plática el castaño, viendo a la otra despegar su brillante mirada del papel y observarle fijamente. No podía evitar sentirse complacido al tener la atención de la mujer en su persona, habia algo en sus ojos que le agradaba mas de lo que queria admitir.

— Llegué hace tres meses por una oferta de trabajo—fue todo lo que dijo y segundos después su orden fue traída a la mesa. Un apetitoso plato de beignets y un americano se colocaron frente a ella.

— Oh, ¿puedo saber a que se dedica, bella dama? —mostró sorpresa ante aquello, pues era raro que una mujer estuviese fuera de su hogar, mas ella que tenia un porte elegante y clase.

— Soy asistente de un locutor que trabaja para mi padre, pero estoy aprendiendo para llegar a sustituirlo—admitió orgullosa, sonriendo ante esa mención—, hasta hace poco era bailarina de ballet y viajaba a cualquier parte del mundo, parís es una ciudad hermosa he de decir. Mi padre comenzó a extrañarme y decidí tomarme un año lejos del baile, pero después me propuso trabajar con él y deje mi grupo indefinidamente.

La facilidad con la que se expresaba, su tono y voz mantenían expectante al castaño, que pronto se dio cuenta de como se habia concentrado tanto en su acompañante. Después comenzó a asimilar adecuadamente las palabras que dijo la pelirroja, entrando en razón.

— ¿Así que aspira a locutora? Nunca había escuchado algo igual viniendo de una dama—admitió usando su filosa lengua contra la recién llegada. Era obvio que solo podía pertenecer a ese otro estudio.

— Me lo han dicho, pero creo que tengo lo suficiente para hacer que mi nombre resuene por la ciudad—admitió satisfecha, dandole un trago a su cafe y un mordisco al beignet—, discúlpeme caballero, pero no me he presentado adecuadamente. Mi nombre es Aesira Ronan, mi padre es Alessandro Ronan, dueño de "el otro lado", un placer conocerlo.

Si, esa definitivamente era la fastidiosa estación de radio que intentaba hacerle competencia. Gracias a el, su jefe no habia perdido oyentes, pero definitivamente el locutor rival tenia lo suyo y no podía imaginarse a alguien asesorado por esa persona.

— Mi nombre es Alastor Devane, el placer es todo mío, lamento la presentación tardía, me encontraba tan deslumbrado por su presencia que lo olvidé—observo a la otra extender la mano en su dirección, pero no pidiendo un apretón, pues exponía principalmente su blanquecino dorso.

Como toda dama de alta clase, aquello hizo sonreír a Alastor, que besó suavemente su mano sin replicar. Habia conocido mujeres egocéntricas, vanidosas y humildes también, pero era la primera vez que una mujer ofrecia su mano sin observarle con segundas intenciones o hacerlo con vergüenza. Era una dama que conocia su propio valor; aquello le gustaba.

Tenia la ligera sensación de que algo grande estaba por venir junto a su llegada, por fin tendría un nuevo entretenimiento

' 𝐄𝐋 𝐆𝐑𝐀𝐍 𝐒𝐇𝐎𝐖 ' 𝐀𝐋𝐀𝐒𝐓𝐎𝐑. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora