En donde la llegada de una bella mujer a Nueva Orleans pone de cabeza la vida de Alastor, entrando en ella y causando estragos por doquier, así como nuevas e intimidantes emociones.
AlastorHuman x OcFem.
Contenido +18.
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Las mañanas eran un tanto caóticas y aceleradas en casa de papá, el era un hombre que hacia todo a la vez, siempre teniendo la cabeza llena de lo que sucedería en su dia a dia, planeando todo desde que abría los ojos.
Había olvidado eso desde que viví fuera del pais. Si bien, yo también mantenía un debido orden en mi dia, lo de papá parecia ser un trastorno. Desde que mamá falleció, el parecia haber cambiado de muchísimas maneras, pero de lo que estaba segura es de que se esforzaba por ser un buen pámá (una extraña palabra que según el significaba mamá y papá).
— ¡Sisi, cariño! ¡En 5 minutos debemos salir de casa! — grito papá desde la parte baja, haciendo que empezara a empacar todas mis cosas en un bolso e hiciese un repaso mental mientras las acomodaba.
— ¡Me voy contigo o sin ti! —grito y escuche la puerta abrirse de nuevo, me observe con rapidez en el espejo pasando un par de veces mis manos por mi cabello alisándolo un poco más y baje a pasos rapidos, casi tropezando en las escaleras— por fin.. eres tan impuntual. ¿Es un requisito para ser bailarina acaso?
— La belleza cuesta papá~ ademas, mamá tardaba muchísimo mas —me burle viéndolo negar y suspirar, salí primero pasándole por un lado y lo escuche cerrar la puerta— ¡rápido, rápido!
Papá siempre se quejaba de mamá al salir. Mi madre al igual que yo fue bailarina, ella me enseñó desde niña y al tomar pasión por ello continúe haciéndolo como oficio. Ella se retiro con apenas veinticuatro años al conocer a mi padre y casarse con el. Vivíamos en un hogar de dos pisos en un barrio bastante bien ubicado, no éramos personas muy ricas pero entrábamos dentro de la categoría. Contaba con su respectiva sala, cocina, cuarto de huéspedes y baño en el piso inferior—ademas de tener patio trasero y delantero—en el piso de arriba estaban las habitaciones de mi padre y mía, un baño y una recamara mas grande que utilice como mi espacio personal, practicaba ballet y tocaba el piano cuando tenia tiempo libre. También tenia un balcón al que me gustaba salir para leer, tomar el té o simplemente observar las calles. Era mi "sala de meditación" prácticamente.
— Entra cariño, hoy tendremos un dia ajetreado —pidió mi padre abriendo la puerta del auto. Me habia quedado de pie a un lado por esa misma razón, estaba acostumbrada al trato caballeroso. Subi al asiento de copiloto con delicadeza y el trayecto fue tranquilo mientras hablaba con el papá sobre hoy—.
Hoy seria el primer dia en el que mi voz se escucharía por toda la ciudad, estaría acompañada de Jeremy, un amigo de padre y el locutor que era como mi maestro. Lo único que haría es hablar sobre el clima y un par de noticias de parte de la seccion de entretenimiento, pero sin duda estaba ansiosa. Empezaríamos diez minutos antes de lo normal con tal de ganar la atención de los oyentes, pues había una noticia de la que estaría a cargo y sin duda iba a ser exclusivamente transmitida por nosotros; agradecía los contactos y amigos de papá, aunque tambien cargaba algo de mérito.