El Diario Rojo

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El principal testigo de la existencia de este cuaderno fue él marido de Marilyn, Joe DiMaggio. Según testigos que presenciaron la escena, ella le enseñó su diario o "libro de secretos" en julio de 1962. Mientras, bañada en lágrimas, hablaba de usar la información allí contenida contra los Kennedy por haberla usado vilmente. DiMaggio le echó un breve vistazo a las páginas. Entre otras cosas, vio que había notas sobre el complot de la CIA y la Mafia para matar a Fidel Castro a quien Marilyn se refería como Fidel C., y la recomendación de Robert Kennedy de retirar el apoyo militar de los Estados Unidos a las fuerzas invasoras de Bahía de Cochinos.

Algunos aseguran que es absurdo pensar que el Presidente de los EEUU o su hermano fueran tan imprudentes como para contarle secretos de Estado a una amante. En primer lugar, Marilyn no era una amante más: conocía al Presidente desde la época en que era senador. Además, estaba interesada en política y se preocupaba por dejar bien claro que estaba al tanto de toda la actualidad. Por consiguiente, es probable que hayan hablado de ese tipo de temas en la intimidad. En segundo lugar, los Kennedy eran absolutamente imprudentes en muchas cuestiones, sobre todo en el campo sexual, tanto, que llegaron a compartir una amante con el jefe de la Mafia de Chicago (Judith Campbell), ex novia de Frank Sinatra, y amante de Sam Giancana o, más aún, haber llegado a la presidencia gracias al estrecho margen de votos proporcionados por los sindicatos manejados por la Mafia y, acto seguido, empezar a investigarla. También están los que afirman que Marilyn era demasiado desordenada como para llevar un diario, pero quizá justamente por eso lo llevaba. Varios amigos la vieron escribiendo en él en diversos momentos de su vida. Entre otros, el periodista James Bacon, que recordaba cómo se divertía en los años '50 viéndola anotar en su cuaderno lo que él acababa de decir. Además, muchos pacientes del doctor Greenson, afirman que llevar un diario era exigencia de su terapia. Después, durante la sesión, se analizaban las anotaciones. El diario también fue visto por Lionel Grandison, ayudante del juez, que horas después de la muerte de Monroe lo guardó en la caja fuerte del juzgado, de la que sólo él tenía llave y otras tres personas: Phil Schwartzberger, Richard Rathman, y el propio juez, Theodore Curphey.

Al día siguiente el diario había desaparecido.


Norman Jeffries, empleado de Marilyn Monroe, confirmó la existencia del diario y agregó que ella lo guardaba en el dormitorio, bajo llave en un archivador de la habitación de huéspedes. Jeffries vio cómo Eunice, se lo entregó al chofer del juzgado de instrucción al día siguiente.

Otro testigo de la existencia del cuaderno fue Mike Rothmiller, que trabajaba en la Unidad de Información sobre el Crimen Organizado a finales de 1970. En un archivo dentro de la carpeta dedicada a Monroe encontró una copia del diario y dijo:

"Era eso, un diario. La mayoría de las anotaciones eran sobre conversaciones mantenidas con John F. Kennedy y Robert Kennedy. Los temas iban de Rusia, Cuba, la Mafia y Sinatra."


Pero hay más indicios para suponer que la historia del diario o, al menos, los apuntes comprometedores eran real.

Antes de morir, Marilyn había retirado los documentos que tenía depositados en la A-1 Lock and Safe Company para guardarlos en su casa, probablemente en el archivador del bungalow de los huéspedes, cuya cerradura apareció violentada en la mañana del domingo. Varias personas estuvieron revolviendo sus pertenencias esa noche. Se cree que Peter Lawford estuvo allí principalmente para limpiar evidencias que vincularan a los Kennedy; Pat Newcomb, estaba histérica buscando cosas y tuvo que ser retirada del lugar por la policía y Harry Hall que acompañó a Joe DiMaggio a la mañana siguiente, asegura que el ex marido de Marilyn anduvo buscando lo que él llamaba su libro y había desaparecido......

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