𝐂𝐚𝐩 𝐈𝐈: 𝐃𝐞𝐬𝐞𝐨𝐬, 𝐧𝐨𝐭𝐢𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐲 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐞𝐜𝐢𝐚𝐬.

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Cuatro años han transcurridos, después del baile de debutante de Luniel y su entrada a la corte seleriano de la Reina Ingrid Gallagher, siendo en sí uno de los pocos y a su vez el más joven de todos.

Ahora con 21 años cumplidos, el muchacho de cabellos blancos como la nieve disfrutaba junto con su hermana mayor Lunette teniendo ya los 28 años, celebraban de manera tranquila en uno de los cuartos más alejados de la casona del ducado D'Lune. Regocijando en el día más frío de invierno, una merienda con sus familiares e incluso cada dos por tres, pareciendo cada tanto los que atendían en la casa con regalos para los hermanos de las familias de las altas casas de Selerius.

—Lamento irrumpirlos nuevamente, jóvenes amos —. Habla un poco cansada y enfadada la ninfa de cabellos rosados claros que se ha convertido en una de las doncellas de la familia D'Lune con un pequeño cofre en sus manos —. Regalo para la señorita Lunette de la familia Von Leister.

Tras escuchar de quiénes lo enviaban, la etérea dama de ojos azul violáceas suelta en el día un nuevo suspiro pesado y ya frustrada. Con un gesto de cabeza, indica a la muchacha que puede dejarlo con los demás regalos.

—Dejádlo junto con el resto de los obsequios, Lily —. Dice ya con un tono bajo y agotado a la chica.

—Como ordenes, señorita Lunette —. Acata la orden de la dama y va a dejar otro regalo apilado con los demás en un rincón de la sala para decir —. Espero que este sea el último que reciban en este día.

—Eso esperamos Lily —. Susurra Lunette sin mirar la gran pila de regalos que han juntado desde la primera hora de la mañana para su hermano y ella.

Lily tras acabar hace una ligera reverencia y se pone detrás con las demás sirvientes, desde que comenzó el día no han dejado de recibir obsequio de casi toda la alta sociedad. Eso frustra demasiado para ambos hermanos y que cada año que pasa, se vuelve cada vez más compleja la situación ya que están en edad para forjar una familia.
Pero ninguno ciudadano de Selerius se merece estar a lado de Lunette y Luniel después de hacerles durante tantos años el gran daño en sus personas. Mientras transcurría la merienda recuperando el clima cálido y calmado del salón del té, aparece un halo de luz amarillo claro mágico la figura de un hombre con ropas de mensajero real de invierno, en sus manos sostenía un pergamino.

Todos los miembros de la familia se miraban intrigados al mensajero de la Reina Ingrid, en especial Aybek y Luniel quienes son que están en las cortes, el jefe de la casa en el Zodiacal y su hijo en la real. Este hombre hace el saludo protocolar a todos los presentes y despliega el papiro con el mensaje para los D'Lune.

Consejo de la corte real de la Reina Ingrid Belladonna Gallagher se le hace informe desde el día de la fecha que el Reino de Selerius se organizará el anual "Festival de la Luna Dorada" pero la con la primicia en que este evento será especial, ya que esta festividad se recibirá a los dirigentes y delegados de las naciones vecinas de Acadia Galaxym, Domnhall, Lyria, Ophiria y Thule —. Su potente y firme voz se hace escuchar con cada palabra que todos los presentes oían con atención —. Por primera vez en décadas seremos los anfitriones de los reinos e imperios de Auriga. La fecha será desde el quince hasta el veintitrés de septiembre. A partir del primero de agosto se solicitan que los miembros de las cortes asistan a la reunión con su majestad la Reina para empezar a preparar dicho festival. Atte: Líderes de la corte del Reino de Selerius.

Al finalizar el comunicado enrolla la epístola para hacerle entrega al señor Aybek, quien lo recibe con un gesto serio por la repentina notificación. Una vez entregado, el mensajero se retira de la misma forma que llegó y de un abrir y cerrar de ojos desaparece en la misma tenue luz clara.

Lunette mira a su hermano con una expresión curiosa de que le explique la situación dada, algo que Luniel no puede explicárselo a su hermana mayor. Luego los cumpleañeros se voltean a ver a las personas que están a su servicio que entre ellos se observan y murmuran con entusiasmo, alegría e impresionados por la noticia de los invitados de los países vecinos, eso llamó mucho sus comportamientos.

—¡No puede ser cierto!

—¿Acaso es real? —. Dice una joven shinra de ciervo mientras hablando con Lily—. ¿Van a invitar a los reyes de los países vecinos?

—¡Por las flores de la reina Anjana! ¡Seguramente vienen las altezas imperiales de Acadia!

—¿Las altezas imperiales de Acadia? —. Preguntó el muchacho de piel morena que estaba curioso con la expresión de la ninfa doncella —. ¿Estás hablando de los herederos del trono de Acadia el príncipe Aiden y la princesa Aradia?

Escuchando las charlas entre la servidumbre, los fraternos le han llamado la curiosidad al oír sobre uno de los posibles invitados para el próximo festival de la luna dorada sean los futuros monarcas del Imperio Magno de Acadia. Lunette y Luniel curiosos por saber, quiénes son las majestades del país fronterizo y sus empleados al sentir las miradas impertinentes de sus patrones, algo que solo Lily captó el mensaje de los mayores.

—Señorita Lunette, Joven Luniel ¿Qué desean saber?

—¿Quiénes son los herederos de Acadia el príncipe Aiden y la princesa Aradia? —. Pregunta el albino con un poco tono bajo tratando de evitar el contacto con sus empleados y de inmediato les da la espalda.

—El príncipe Aiden y la princesa Aradia Leyendecker son los dos de los siete hijos emperadores Zayn y Meridian y herederos al trono y del liderazgo del clan Phönix Niran —. Responde con total tranquilidad la ninfa ante la familia D'Lune en la sala del té —. Aiden es el hijo mayor y el primogénito, en cuanto su hermana Aradia es la menor de toda y es la séptima hija de la pareja. Ambos hermanos son los más querido por el imperio, también los más sobre protegidos.

—¿Sobre protegidos? —. Pregunta Phoebe intrigada a la muchacha de ojos ámbar—. Se supone que son los futuros monarcas y líderes ¿Por qué lo sobre protegen?

—Su familia al ser la más influyente de Auriga están bajo amenaza del reino Noirmort y clan Undanacht de Merihk Samael Relish Shadowren junto con sus hijos Deyanira y Ciaran.

—¿Cómo sabes toda esa información, señorita Lily? —. Pregunta Aybek con tono calmado ante la muchacha.

—Soy originaria de Acadia, pero del pueblo de Lynnaea a cercanías de la capital de Calithea —. Responde con tranquila —. Mi padre era parte del parlamento y mi madre era la dama de compañía de la emperatriz. En cambio, yo era una de las damas y amiga de la princesa Aradia.

El silencio se apodera en la habitación intentando entender a la muchacha Lily, todos se quedaron mirando a la joven con preguntas en su mente. Pero prefirieron no hacerlo, ya que pueden preguntarles cercanas a las fechas y servirles para la reunión del mes que viene para la organización del festival.

—Les puedo asegurar que a la familia imperial son bastante modestos y tranquilos cuando se trata de eventos de otros reinos.

—¿En serio? —. Cuestiona uno de sus colegas con gesto incrédulo al igual que sus mayores quienes prestaban oído en la conversación surgida —. Se rumorean que la familia imperial es de festividades extravagantes.

—Lamento informarles que ese rumor es totalmente falso —. Responde soltando una ligera risa al muchacho de cabellos castaños y a los demás —. Los que tienen esos gustos extravagantes y ostentosos son los reinos de Lyria y Galaxym.

-Qué raro —. Expreso esta vez Luniel con intriga después de estar callado todo este tiempo y preguntó curioso a la doncella —. ¿Por quélos miembros de la corona imperial acadiana prefierene que sus eventos sean sencillos y modestos en vez de los extravagantes y lujosos?

Vaya curiosidad que se expuso en torno al informe, todos miraban con un punto fijo hacia la ninfa.

—Fácil, ellos prefieren que la riqueza del imperio sea invertida a todos los pueblos y villas para la producción agrícola, ganadera, comercial, textil y pesquera, al igual que en seguridad, infraestructura, educación y salud —. Responde con confianza y calmada al ducado —. La familia imperial Leyendecker no se anda en rodeos con los pseudo valores e ignorar las necesidades de su gente.

—Eso es increíble —. Vocifera con asombro la mujer de cabellos obsidiana que mira a la chica de cabellos rosados y continúa hablando —. Por eso priorizan en usar sus riquezas para el desarrollo, crecimiento y bienestar de su imperio y de sus habitantes.

—¿Hay algo más que desean saber de la familia imperial acadiana?

—¿Tienes una idea como son los eventos sociales organizados por la corona de Acadia?

La sonrisa de la chica se agranda tras prestar oído a la pregunta del joven Luniel, de una manera u otra, este tema del próximo festival le ayudará para la reunión del mes próximo.

—A la corona imperial Leyendecker les gustan los eventos que son sencillos y alegres —. Inicia con la contestación —. Por lo general, les agradan los festivales organizados por la ciudadanía. Donde pueden salir a recorrer a ver las calles decoradas según la festividad que se dedican y los puestos de los comercios, bailar con las demás personas y disfrutar de las comidas callejeras.

Nadie esperaba una respuesta tan natural de la etérea ninfa, un nuevo silencio gobierna en el recinto. Todos los presentes, los dueños de la casa y sus criados pensaron exactamente lo mismo, que valdrá la pena la participación de los monarcas y sus herederos de la corona imperial al festival.
En ese preciso momento, la cabeza de la familia asiente con sonrisa satisfecha por la información que acaba de dar la joven Lily.

—Señorita Lily Baronni —. Con tono alegre y cordial observa a la muchacha con gratitud por su trabajo —. Les agradecemos por la información dada de la familia imperial de Acadia los Leyendecker y sus eventos. Como recompensa, será nuestra mano derecha a las reuniones de organización del festival por ser oriunda de Acadia.

«Ay no» Pensó Luniel con frustración y enojo interno ante el agradecimiento por los detalles dados recién «Recompensarle a la joven Baronni con otra cosa menos con eso»

—Estaré a su disposición en la reunión de los consejos real y zodiacal Señor D'Lune y joven maestro Luniel —. Acepta con mucha honra la petición haciendo una corta reverencia con una mueca disimulada de felicidad.

Tras pasar la tarde merendando y de charla en familia, cuando el sol baja por el oeste ocultándose entre los paisajes montañosos los hermanos que cumplen años se levantan de sus asientos y se van a prepararse para ir al gran templo de la ciudad para agradecer a sus dioses por un año más de vida, ofrendar con sus respectivos atributos, recibir sus bendiciones y pedir como todos los años sus deseos más anhelados.

Cada uno de ellos se fueron a abrigarse con sus ropas más caras y refinadas de invierno a su vez de encubierto para que nadie sepa que son los hermanos. Cada uno sostiene sus cajas con las ofrendas entre ellos están los obsequios que les dieron en el día, para aprovechar el momento se deshacen de los vacíos y codiciosos regalos de aquellas familias que anhelan su atención y pacto por conveniencia.

Al salir de su hogar con rumbo al templo de los dioses del amor cuando todos los pobladores de Selerius ya se hallan acurrucados en sus camas o a lado de la chimenea. Por más frío que hagan, Lunette y Luniel D'Lune cumple todos los años la promesa.

El trayecto resultó para Luniel un camino con los murmullos de insultos que Lunette soltaba para las personas interesadas y que no esperaba la hora de entregarle al templo como ofrendas los regalos, este santuario mayor dedicados a está ubicado cerca del paseo jardín Galaneas. Para hacer el camino más corto, tomaron aquel atajo para llegar más rápido.

Al arribar en ese lugar sagrado, los sacerdotes y sacerdotisas del templo sonríen ante las presencias de los hermanos quienes veneran al dios astado y la diosa lunar, los joviales hermanos híbridos les regalan una diminuta y sutil sonrisa cordial a los miembros mayores seguido de una ligera reverencia, ya que estos son los sabios y parte de los grandes oráculos de Selerius.

—Señorita Lunette y Joven Luniel D'Lune —. habla con un tono dulce y maternal la sacerdotisa mayor —. Bienvenidos y feliz cumpleaños, hermosas criaturas de la Gran Diosa y el Gran Dios.
—Gracias Sacerdotisa Sienna —. Fue Luniel quien regresó el cumplido con una sonrisa media cansada y la sombreada sonríe como si se tratase de una abuela con sus nietos —. Vinimos hacer nuestro ritual de cumpleaños.

Entonces, el sacerdote mayor logra observar de forma crítica y negando con desaprobación las ofrendas que han traído los hermanos albinos, notando que este resultó otro año que la población noble seleriano ha hecho de nuevo en darle regalos lujosos. No solo de modo para llamar su atención, también para aceptar ofertas matrimoniales.

—Otro año de extravagantes regalos de personas que no merecen nada de ustedes —. Expuso con un notable enojo en su voz. Mirando a los ojos azul violáceos como el menor ladea su vista hacia el suelo y la mayor hace lo mismo, pero se abrazó a sí misma —. En cualquier momento, esto será avisado a la Reina Íngrid y seguro que va a desatar una furia elemental.

—Va a ser lo mejor, Sr. Fletcher —. Discrepa Lunette con ya con ganas de tirar todas esas piezas de joyerías, destruirlas y devolver a cada familia noble que los obsequiaron con una nota de advertencia —. Estoy harta de que se nos acerquen o nos regalen cosas lujosas con sus falsas intenciones, por lástima o por la conveniencia de nuestro estatus y riqueza de ser los duques de Selerius, nosotros merecemos algo más que eso. Luniel y yo merecemos ser amados por cómo somos, que nos apoyen, nos respeten, nos den su confianza, nos ayuden y nos acompañen como personas que somos, así para hacer lo mismo a quienes sean los dichosos de ser nuestras parejas.

—Tienes toda la razón, pequeña luna —. Suspira la Sra. Sienna quien apoya su mano en su hombro —. Tarde o temprano van a llegar esas personas que tu hermano y tú merecen.

—Ahora nuestros cumpleañeros, es hora de...—. Cuando el anciano Fletcher iba a invitar a los hermanos a que hagan su rito de agradecimiento a los dioses es interrumpido por una aprendiz de sacerdotisa que entraba a toda prisa, preguntó sorprendido —. ¿Pequeña Sibila? ¿Qué ocurre?

Ella se posa frente de sus mayores toda agitada por la carrera que hizo para la notificación sobre lo ocurrido en el oráculo de Selerius. Esperaron impacientes a que se recupere y con eso, las palabras amortiguadas que salieron de sus labios fueron.

—El oráculo ha dado dos predicciones, la primera está relacionado con la posterior del festival de la luna dorada.

—¿Tan rápido? —. Expresaron los mayores atónitos y los hermanos levantaron su vista para ver a la muchacha con sorpresa en sus etéreas caras.

—¿Qué ha dicho el oráculo? —. Preguntó la mujer de alto rango con intriga.

—La primera predicción... — respondió buscando las palabras correctas sobre la predicción —. Menciona que el día que las flores empiecen a deslumbrar con alegría. Inicia una nueva era de prosperidad y abundancia con una alianza inesperada de una corona poderosa.

—¿Y la otra predicción? —. El sacerdote mayor levanta una ceja curiosa por saber el restante de la profecía.

—Esa está difusa... solo dice que esta noche unas personas de tierras muy lejanas aparecerán aquí en Selerius y será hallada hasta refugiada. Este reino será un nuevo para ellos y les darán unos grandes cambios en sus solitarias vidas a quiénes los rescataron. Pero el resto, no se pudo ver correctamente. 

La única respuesta que recibió de los presentes resultó un silencio que se instaló en aquel oscuro y gran templo. 

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¡Regresé! 

Lamento mi desaparición y que el escrito sea algo corto

 El word de mi celular me borró el manuscrito y recién ahora pude rehacerlo. Además de que volví a clases y tuve un ligero bloqueo literario que recién ahora pude desbloquearlo.

Cuando tenga más tiempo, actualizaré bien este capitulo (también que les debo algunos la de "La Dama del Mar") nos vemos en la próxima.

𝐔𝐧 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐟𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐲 𝐥𝐮𝐳 𝐝𝐞 𝐥𝐮𝐧𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora