4- Reconciliación.

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Mira al castaño saliendo solo. Ya es rutina.

Rutina chocar con su mirada vacía cada vez que necesita acompañar a su primo Changbin a casa por pedido de su tía, ya que cuenta con doce años y ella cree que es "muy pequeño" para ir solo.

No sabe nada de él. Y no necesita hacerlo.

Cruza con su primo de la mano. El castaño queda mirándole en el semáforo de al lado. Se muerde el labio.

Hyunjin se limita a dejar a su primo, espera a que le permitan entrar. Le da un corto abrazo y retrocede en su camino.

-¡Hyunjin!- gira por ese llamado. Es él.

Prefiere ignorarlo y seguir.

Espera a que el semáforo pare en verde. En ese tiempo, el castaño ya está a su lado. El corazón le late rápidamente, siente la tensión.

-Hyunjin...- le da una mirada de reojo. Observa sus labios con forma de corazón, que ya hace días que no se estiran para dar a luz esa hermosa sonrisa de perlas brillantes.

Nunca fue para él.

-¿Necesitas algo, Lee?- su mano es agarrada por la suya pequeña, rodeada de pulseras y anillos. Dibujos en la palma con rotulador.

-Necesito hablar contigo.- suelta su mano cuando se pone en verde. El castaño le sigue.

-Ya hablamos hace tiempo.- él niega, con el labio fruncido. Siente sus nervios.

Lo entiende, él también está asustado por todo.

-No es suficiente. Vayamos al parque, déjame estar contigo un último momento. Será una despedida si lo deseas.- traga duro.

La cercanía de sus cuerpos rozando hace que su corazón duela.

Estar lejos de él es el infierno. Cuando se acerca, es su paz.

Si no puede tenerlo, lo dejará ir.

¿Cuándo ha acabado en un banquito del parque infantil? Entra en su mundo oscuro a lamentarse por algo que debía haber superado y aceptado hace tiempo.

Él mataba por Felix. Mataba por Yongbok, por ese ángel. Lo protegía entre sus brazos y lo guardaba en su corazón. Cuidaba sus plumas y deseaba esconderse entre ellas.

Hoy en día, él ha escapado de esa jaula agobiante. Su esencia ha quedado.

-Hyunjin, he roto con ella.- se muerde el labio.

-¿Me alegro...?- el castaño agarra su mano y le mira con desespero.

-Por favor, volvamos. Quiero que me veas como siempre lo hacías, y puedo devolverlo. No me cuesta nada. Yo... Lo siento. No me dejes solo.- chasquea la lengua. No puede ceder. Se levanta del asiento.
-¿Adónde vas...?- su grave voz le detiene. Es un llamado que le obliga a frenar.

-A mi casa.- él niega y se levanta. Le acaricia su mejilla lisa, pero se aparta de su toque de ángel.

Su pómulo pica, es un sentimiento que no notaba hacia tiempo.

𝓟𝒊𝒆𝒏𝒔𝒐 𝒆𝒏 𝒕𝒖 𝓜𝒊𝒓𝒂 ₊ ⋆ 𝑳𝒊𝒙𝒋𝒊𝒏/𝑯𝒚𝒖𝒏𝒍𝒊𝒙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora