𝓟𝒊𝒆𝒏𝒔𝒐 𝒆𝒏 𝒕𝒖 𝓜𝒊𝒓𝒂 ₊ ⋆ 𝑳𝒊𝒙𝒋𝒊𝒏/𝑯𝒚𝒖𝒏𝒍𝒊𝒙

3- Jurado.

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Lo ha logrado, ¿no?

Ya no siente amor por el castaño.

Lo ha soltado.

Y lo ha entendido. Si no lo puede tener, lo tendrá que soltar.

No está a su lado, pero, realmente, le desea mucha paz y libertad. Amor.

Suspira, puede verlo de lejos. Chocan miradas.

Sus ojos negros no brillan como siempre.

Son solo ellos dos en esta aula. Están rodeados, pero son ellos.

Solo, Hyunjin y Yongbok.

Ve esa nuez bajar con fuerza. Aparta los ojos a la ventana.

Quiere que sepa que está bien, aunque sea mentira. Tiene su corazón, que ya no sabe para quién es.

No ha dormido nada. No puede ver con claridad. Como si estuviera blindado por las emociones reprimidas.

Pero ya no tiene esos celos. Esa necesidad enfermiza de antes. Ese miedo a su abandono.

El chirriante timbre suena. Todos los alumnos no esperan para salir del aula, con el profesor.

Y, como siempre, queda mirando el patio por la ventana. Con desinterés, pues no siente realmente nada.

Ha pasado por demasiadas emociones, ya no le queda ninguna reacción.

Una chica se asoma. Es su pareja, Haerin.

Tienen una conversación que no le interesa escuchar. Esta se torna en disputa.

-¡Que no, Haerin, ya vale!- la chica echa un quejido.

-¡Pero yo quiero estar contigo!- puede ver en sus ojos el enfado irracional.

-¡Que me dejes en paz!-

¿Hace cuánto que no escucha eso de su voz grave?

Yongbok da un golpe a la mesa, discutiendo con ella. Su novia saca un quejido y abandona el aula.

Mira de reojo esas hebras castañas. Esas pecas destacadas por el rojo de sus mejillas. Esos labios fruncidos. Esa expresión de rabia.

La hora en el reloj. Sabe que le está mirando. Gira la cabeza hacia el pecoso.

La baja al notar sus ojos ahora brillantes de lágrimas.

Un sentimiento en su corazón que juraba haber enterrado se despierta. Las ganas de protegerlo siguen intactas pero cubiertas.

Lo ha superado. Está seguro. Solo son secuelas.

Pero está triste si piensa en lo bueno que poco duró. En esos ínfimos momentos donde pudo abrazar su cuerpo. Donde pudo demostrar lo loco que se siente por él. El miedo que tiene a su abandono y lo aterrorizado que se siente de su belleza y frialdad.