Era una mañana cálida, el sol iluminaba toda la habitación. La alarma sono y decidió levantarse a desayunar para llegar a su trabajo, pero antes se acercó a la puerta de la habitación de su amiga para levantarla.
- Lili, levántate, ya es hora de levantarse.
Espero un rato, pero no escucho ruido así que pensó que se había quedado dormida.
- ¡Lili, despierta se te hará tarde!
Siguio sin escuchar ruido, pensó que tal vez salio en la noche y no regreso. Intento abrir la puerta pero estaba con seguro, decidió desayunar e ir al trabajo.
Llegó su hora de descanso, así que para distraerse decidió ir a un lago que estaba un poco adentrado en el bosque. Al llegar se sento a comer y a leer un libro que le habían prestado, estaba tranquila hasta que escucho un ruido por lo que busco con la mirada a ver si había alguien o algo cerca. Estaba recogiendo sus cosas para irse del lugar hasta que vio a alguien conocido acercarse a ella.
- ¡Eliot!, santo Dios, casi me das un infarto.
- Jajaja lo siento, pero no respondías a tu teléfono, asi que decidí buscarte y supuse que estabas aquí.
- ¿Paso algo?
- No, bueno es que no he visto a Lili en todo el día y no fue al trabajo.
- ¿Ya intentaste mandarle mensaje o llamarla?
- Sí pero no me responde.
- Que raro, me gustaría ayudarte pero tampoco la he visto desde ayer.
- ¿Cómo? ¿no está en la casa?
- No, pensé que habian salido juntos.
- Ay Dios, ¿donde crees que pueda estar?
- No sé, tal vez esté en la casa de una amiga, pero si se donde está te aviso.
- Sí por favor, me preocupa que no esté contestando, no te quito más tiempo, hasta luego Adeline.
- ¡Hasta luego Eliot, cualquier cosa te aviso!
El chico se fue corriendo dejándola preocupada, ya que no sabía dónde podría estar su amiga. Saco su teléfono viendo las llamadas perdidas y los mensajes que Eliot el había mandado, debió estar muy preocupado, vio la hora y se apresuró a regresar al trabajo.
Cuando regreso a casa, vio que todo está a igual, se acercó de nuevo a la puerta de su amiga y tocó. De nuevo no hubo ruido, intento abrir la puerta pero por el seguro no pudo, hasta que por fin alguien abrió la puerta.
- ¡Lilian, gracias a Dios que bueno que estés aquí!
La brazo en cuanto la vio, se tranquilizó al saber que está en casa y estaba bien.
- ¿Dónde estabas? ¿por qué no abrías?
Pero no le respondió por lo que se separa un poco para verle la cara, se volvió a preocupar pues su amiga estaba palida y tenía ligeras ojeras.
- ¿Que te paso? ¿Te sientes mal, que te paso?
- Tengo... sed
Después de decirlo, parece que perdió fuerza en sus piernas y si no fuera porque está cerca se habría golpeado contra el suelo. La llevo al sofa y le trajo un vaso de agua con algunas galletitas. Su amiga empezó a comer, parecía que no había comido en todo el día pues se acabó todo en cuestión de minutos.
- Lili ¿te encuentras bien?
No obtuvo respuesta, Lilian se quedó sentada viendo a la nada, entonces empezó a verla atentamente. Además de estar pálida y tener ligeras ojeras, se dió cuenta que tenía ligeras manchas en su mejilla de color rojo.
- ¿Te arañaste la cara?
- No
- ¿En dónde estuviste?
- En casa
- ¿Todo el día?
Su amiga solo sintió con la cabeza, pero no la veía directamente, por su tono de voz sabía que había pasado algo, su amiga suele ser alguien alegre y llena de energía. Le gustaba porque a menudo parecía una niña pequeña por su actitud, por eso al verla de esa manera le preocupaba mucho.
- ¿Por qué no me abriste la puerta en la mañana?
- No quise hacerlo.
- ¿Por qué no respondiste los mensajes o llamadas?
- Tampoco quise hacerlo.
- Lilian, estábamos muy preocupados por ti, no te vimos en todo el día y ahora no sé que te paso.
Silencio, fue lo único que recibió a cambio, vio la hora y al no ser tan tarde decidió llamar a Eliot.
- Hola Adeline, ¿ya sabes dónde está Lilian?
- Sí, necesito que vengas rápido.
- ¿Pasa algo? ¿Lili está bien?
- Hablamos cuando llegues, estamos en casa, no tardes.
- Ya estoy yendo.
