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Les comparto la continuación :)


~Max POV~


—Bueno. ¿Vas a contarme qué te pasa, babe? —David se para frente a mí y me mira fijamente. 

Son las 11 de la mañana del día viernes y estamos en mi departamento, tomando el desayuno que él mismo acaba de preparar.

—¿Pasar?... Nada, no me pasa nada. —¿A que se refiere David? A mí no me pasa nada.

— Max, cariño... Puedes hacerte el tonto con quien quieras, pero conmigo no. —Se cruza de piernas sobre su silla y toma su café—. Te conozco demasiado bien.

No me despega los ojos de encima, pero en verdad no sé de qué está hablando.

— David... no me pasa nada.

— Bien, entonces ¿a qué se debe el genio de los mil demonios que andas trayendo? ¿Y todos los regañidos de ayer en la tarde? ¿Y por qué te fuiste a acostar tan enojado?... ¿Soy yo? ¿Hice algo que te molestó?

Me pongo a pensar un momento. Yo no soy mal genio, de hecho, creo que una de mis virtudes es el buen carácter que tengo. Pero esta vez David tiene razón, si estoy molesto. Todo me molesta. Hasta esta conversación me molesta.

—Déjame en paz un rato. Mi vida ha cambiado mucho, ¿has escuchado hablar del estrés? —No tengo ganas de discutir con él ahora.

—¿Estrés? ¿Tú? ¡¡Válgame Dios!! —David toma el diario y comienza a leerlo sin volver a mirarme, haciéndose el ofendido—. Bueno, cuando quieras contarme no sé si voy a querer escucharte. 

Pero en verdad no tengo nada que contarle.

Terminamos el desayuno y nos vamos al Club. David tiene su propio auto, pero por comodidad y ahorro viajamos en el mismo.

Los viernes y sábados son los días de mayor actividad. La cocina desde temprano comienza a funcionar preparando las delicias que se servirán en la noche. El bar es reaprovisionado, el personal de limpieza trabaja a pleno a esta hora de la mañana. Sólo los bailarines no aparecen hasta más tarde. David desaparece en su proyecto de remodelación. 

Se escucha el martillar, las sierras y todo el ruido ocasionado por los maestros que trabajan apurados en la construcción de las nuevas salas. Antes, el ruido no me importaba pero ahora todo me molesta. ¿Qué me pasa?

No tengo un minuto de calma, tal parece que hoy todos necesitan algo de mi. El contador necesita la aprobación de algunas cuentas, Domingo entra varias veces a mi oficina y me pregunta una y otra cosa. ¡¿Por qué no pueden hacer algo sin mi?¡ ¡¿Y dónde está Nat?! ¡¿Por qué no está cuando lo necesito?!

Cuando estoy a punto de gritar su nombre, llamándolo, recuerdo que es viernes y aún está en el colegio. Diecisiete... Tiene sólo diecisiete años... Y quiere bailar... El próximo sábado... Delante de todos los clientes... En el escenario... Diecisiete apenas... Son todos hombres... Gays... ¿Por qué Nat quiere hacer algo así?... ¿Se da cuenta de lo que significa que todos lo estarán mirando?

—¿Y qué me dice, Don Max?— Domingo aún está esperando la respuesta a lo que me preguntó.

—Sí, disculpe... Está bien, Domingo. —Por unos instantes me olvidé de que estaba en mi oficina. 

Domingo sale y cierra la puerta. Entonces salto de la silla y comienzo a pasearme por la oficina. ¿Por qué le dije que sí?... ¡Es un niño!... Sólo tiene diecisiete años... No entiendo qué me hizo decir que sí... Estábamos hablando de recompensarlo, pero más bien económicamente. Me tomó por sorpresa. No pude negarme. ¿Qué diablos va a hacer Nat delante de todos esos hombres?...

[MaxNat] Baby PassionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora