La novia del Hokage.

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El Equipo Siete era un desastre.

Durante las sesiones informativas de la misión, Sasuke se ponía firme en el medio de la sala y más o menos hablaba en nombre del equipo. Parecía que Shisui lo había nombrado extraoficialmente líder y portavoz oficial. Mientras hablaba, su sensei deambulaba por la oficina de Itachi haciendo su cosa favorita, causando suficiente caos como para resultar levemente molesto. Ningún marco de fotos o libro quedaría intacto o sin voltear.

Afortunadamente, Sakura siguió obedientemente a Shisui para poner orden en el caos de su maestro. Eso fue hasta que empezó a meterse con las cosas que estaban fuera de su alcance. Ella lo miró fijamente por un momento antes de comenzar a seguirlo con una silla.

Por último, estaba Naruto Uzumaki. Quien estaba parada al lado de Itachi con su sombrero de Hokage en la cabeza e intentando entender el foro de obras públicas que estaba encima de una pila de papeles. El conocimiento de su madre había cambiado a la niña de muchas maneras, la más notable fue que ya no usaba coletas. Más bien, dejó que su cabello le cayera por la espalda, como el de su madre.

Ella realmente tenía un cabello hermoso.

Itachi tuvo que parpadear ante ese pensamiento. Miró a Naruto y la vio inclinarse suavemente contra el costado de su silla. Tenía un poco de su cabello rubio recogido entre la nariz y el labio superior a modo de bigote falso. Lo examinó y se sintió extrañamente atraído por el color. Era único, como la miel dorada.

Se tensó y sintió un pequeño cosquilleo debajo de su oreja derecha que sólo podía significar una cosa. Shisui se divirtió con él. Itachi lo miró y observó cómo movía las cejas de arriba a abajo de manera sugestiva. Itachi respondió con una mirada fulminante. ¿Por qué su primo intentaba tenderles una trampa? ¡Tenía doce años! ¡No importaba lo hermoso que fuera su cabello!...tonterías.

"De todos modos," Itachi tosió en su mano para llamar la atención del genin. "He decidido aceptar tu solicitud. Se te asignará una misión de rango C".

En realidad, no había estado considerando su fuerza durante su silencio, solo el brillo de los mechones rubios de Naruto. Se acercó a una pila de pergaminos amarillos sobre su escritorio y examinó uno de cerca. Las líneas parecieron desdibujarse por un momento antes de volverse claras. "Tu misión será escoltar a Tazuna a la Tierra de las Olas y luego protegerlo mientras completa un puente".

Le arrojó el pergamino a Sasuke, quien probablemente era el único cuerdo en su equipo. "Y la próxima vez, ve a la sala de asignación de misiones en lugar de a mi oficina".

"¿Por qué?" Preguntó Naruto mientras ella alegremente se ponía el sombrero. Jugueteó con él hasta que quedó perfecto. "Ya terminaste todo el papeleo, así que lo único que hacías era jugar con tus bolígrafos".

Ella no estaba equivocada.

"De todos modos, debes reunirte con el constructor del puente y establecer una hora para partir. Equipo Siete, tienes tu misión. Ocúpate de ello". Sasuke asintió, Sakura hizo una reverencia, Shisui hizo un saludo burlón y Naruto se inclinó sobre la silla y le dio un suave abrazo.

"Shisui, un momento." Itachi cruzó las manos frente a su cara y se inclinó hacia adelante. Algo lo había estado molestando durante demasiado tiempo, y hoy sólo había ayudado a establecer esa noción.

La sonrisa de Shisui se desvaneció y se puso de pie, indicó a sus alumnos que continuaran sin él. "Mira, no tienes que preocuparte. Me aseguraré de que estén bien".

Itachi suspiró y sacudió la cabeza con cuidado para que su sombrero no se moviera. Naruto se había tomado el tiempo para colocarlo perfectamente; se negó a arruinarlo. "No, tengo una pregunta para ti".