Capitulo 1. Dulce Entrevista

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Era un día soleado cuando recibí la inesperada invitación a la mágica fábrica de chocolates de Willy Wonka. Como periodista especializada en gastronomía, no podía dejar pasar la oportunidad de entrevistar al legendario chocolatero. Mi corazón latía con anticipación mientras cruzaba las puertas doradas que revelaban el mundo encantado dentro de la fábrica.

--"¡Bienvenida señorita!" -resonó la voz de Wonka, y me encontré con su sonrisa traviesa y enigmática. Caminó con determinación hacia mi mientras yo le sonría, nos estrechamos la mano y le digo de forma educada.

--"Hola, Sr. Wonka, es un placer poder estar aquí haciéndome está entrevista."

-Oh, no hay de qué, y no me trates de usted, puedes llamarme Wonka o Willy, como desee, señorita -dijo con una sonrisa carismática.

Me río un poco, de forma un tanto vergonzosa y le digo.

-Esta bien, Willy, y tú también me puedes llamar por mi nombre, soy Noemí.

-Noemí? un nombre hermoso, sabes que significa "dulzura"?

-Oh, sí, lo sé. Apropiado, ¿no? -respondí con una risa suave, mientras el aroma a chocolate envolvía el aire a nuestro alrededor.

Wonka asintió con complicidad y comenzamos la entrevista entre risas y anécdotas. Yo apuntaba lo más importante en mi libreta violeta con mucha emoción.

-Entonces, ¿cuando aprendiste ha hacer chocolate, y a hacerlo tan bien?

--"Ah, Noemí, mi querida, todo comenzó con mi madre," dijo Wonka con una mirada nostálgica. "Ella era la maestra de los dulces, la reina del cacao en nuestra pequeña cocina. Fue ella quien me enseñó los secretos más profundos de la creación del chocolate. Recuerdo esas tardes mágicas entre mezclas y aromas, uniendo ingredientes con amor y pasión".

Mis ojos brillaban al escuchar sus recuerdos. "Es maravilloso", respondí, cautivada por la historia. "Parece que la magia del chocolate corre en tu familia".

Wonka asintió con gratitud. "Sí, mi madre dejó un legado dulce que siempre he llevado conmigo. Su espíritu vive en cada barra de chocolate que creamos aquí".

A medida que la entrevista avanzaba, nos sumergíamos en la fábrica, explorando pasillos llenos de maravillas y sabores. Algo especial empezaba a surgir. Una conexión que iba más allá de las respuestas a mis preguntas, una conexión que solo el universo encantado de Willy Wonka podría forjar.

-Oye, una pregunta que nos hacemos todo el mundo, ¿de dónde salieron los Oompa Loompa? -digo con curiosidad mientras miro a varios trabajadores de la fábrica con intriga mientras ellos cantaban su famosa canción y trabajaban tranquilos.

Wonka detuvo su paso por un momento y sonrió, como si esperara esa pregunta. "Ah, los Oompa Loompa, una historia tan peculiar como ellos mismos. Proviene de una tierra lejana llamada Loompalandia. Yo no sabía nada y cogí su cacao sin que se dieran cuenta por lo que tuve que pagarles por mi robo...". -Wonka se llevó una mano a la nuca con una sonrisa vergonzosa por lo último que dijo y luego continuó- "al final los pude convencer a todos para que me ayudarán en mi fábrica, ya que tienen la misma pasión que yo por los dulces. Y ahora somos una gran familia".

Mientras escuchaba la historia de los Oompa Loompa, me di cuenta de que cada rincón de la fábrica tenía una historia única, igual que cada pieza de chocolate que producían. Seguí haciendo preguntas sin parar mientras apuntaba notas y caminábamos un poco.

Antes de acabar la entrevista le pedí un tour, y él aceptó encantado.

Dulce Romance en la Fábrica Encantada ✨🍫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora