Heridas que sanar

Nostalgia

Los días transcurren incesantemente, y mientras avanzan tu ausencia sigue presente, espero el día en que esa despedida deje de retumbar en mi mente. Tal vez me enfrasco mucho en recordar los buenos momentos, las risas, las madrugadas de insomnio que nos llevaban a conversaciones inesperadas, los abrazos que, aunque no eran mi fuerte, aceptaba de ti con gusto y cada experiencia que tuvimos.

Afrontaré el desafío de poder entender el porqué todo lo que vivimos se irá a simples recuerdos vacíos en los cuales fuimos tanto pero, en un instante nos volvimos nada. Tendré mucho tiempo para seguir pensando el porqué de tu desaparición tan de repente.

He aprendido, con el tiempo y la desilusión, que invertir tanto en alguien sin que lo reconozcan no es algo que valga la pena. Siento que causa más preguntas en ti como ¿Que hice mal? ¿Por qué partió sin decir un adiós? o ¿Por qué no aprecio mi amistad?, solo puedo decir que no hay nada malo en ti; simplemente, las personas son efímeras, las estaciones cambian y los sentimientos también. No podemos controlarlo, solo aceptar lo que se nos presenta

Es difícil admitir las decisiones que toman los demás y mucho más cuando sabes que no ya no aguantas y quieres soltar todo lo que sientes. Aunque duele, quiero que sepas que siempre ocuparás un rincón en mi corazón. Es hora de asimilar tu elección, aun cuando el dolor sea intenso

A pesar de que llevas contigo un pedazo de mí, no anhelo regresar a ese espacio ni sentimiento. El daño persiste, y aunque te he perdonado, ya no necesito tu cercanía. Es un adiós necesario, aunque conlleve el peso de la aceptación y la resignación.