Comenzar de cero

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Taehyung sacó a ambos de la celda en la que él mismo los había apresado, pero no les soltó las esposas. Los subió a una patrulla policial, habían destinado una de las propiedades de Jisoo para cumplir el arresto domiciliario, era las mas sencilla de todas, Jisoo había comprado aquel apartamento para remodelarlo por completo, era funcional, pero nada lujoso, muy sencillo. Al menos de cierta forma se sentía mejor al estar en un lugar conocido. El cuerpo policial les puso una pulsera en el tobillo a cada uno, solo después de eso soltaron las esposas.

- Bien, no tengo por que explicarles como funciona, supongo que ya saben que hacer, no pueden poner un pie fuera de este lugar o ese aparato me alertará

- ¿Cómo pretendes que seamos agentes encubiertos con esta maldita cosa en el pie? – dijo Jisoo

- Para tu información, la tecnología ha avanzado demasiado, podré desactivarla y activarla cuando quiera, mientras no estén en servicio estará activada, cuando estén trabajando la desactivaremos, por supuesto de todas formas los estaré vigilando – Jisoo se cansó de discutir y no quiso decir nada, Jungkook estaba harto de Taehyung también – bien me iré, mañana vendremos por ustedes, será su primer día de inducción, nos vemos – Taehyung se fue, cerró la puerta tras de él algo decepcionado, le hubiera gustado escuchar a Jisoo, aunque fuera en sus malos modos

Apenas Taehyung estuvo fuera, Jungkook abrazó a Jisoo, ambos necesitaban la contención del otro.

- Gracias, no sé qué habría hecho sin ti, y sin tu hermano

- No me agradezcas, todo fue mi culpa, yo te metí en mis asuntos, y yo traje a Taehyung a nuestras vidas – dijo con tristeza

- De todos modos, sabíamos que esto podría pasar preciosa

- Jamás creí que esto me pasaría – Jisoo soltó a Jungkook, se sentó en una banqueta que estaba ahí a la mano – creí que... - ella lanzó un suspiro – creí que hacía todo de forma perfecta, creí que era la mejor ladrona de este país

- Lo eres, si no fuera así, ese espantapájaros no se habría arrastrado de esa forma para tenerte en su equipo – Jungkook imitó a Jisoo, tomo una banqueta y se sentó a su lado

- Ya no lo soy, perdí todo lo que construí, tome riesgos y fallé, caí en una maldita trampa Jungkook, y ahora soy lo único en lo que prometí que jamás me convertiría, una maldita policía

- ¿Por qué jamás me has contado esa historia? ¿Por qué odias a los policías?

- Ellos mataron a mi padre

- ¿Qué dices? ¿un policía mató a tu padre? – Jisoo sonrió nostálgica al recordar la sonrisa de su padre

- Papá solía tener una tienda de conveniencia, un día un grupo de jóvenes, quiso asaltarlo mientras cerraba la tienda, él trató de defenderse, una patrulla de policías pasó por ahí, confundieron todo, y le dispararon a papá, lo confundieron con uno de ellos... lo dejaron en coma, eran una tropa de inútiles, se disculparon muchas veces, pero no hicieron nada mas al respecto, no les importo la vida de mi padre, ni la de su familia, apenas y atinaron a llamar a una ambulancia, el padre de Taehyung, era comisario en ese entonces, muchas veces dijo que lo sentía, pero nadie hizo nada por ayudarnos jamás, nadie se apareció en el hospital, luego de eso me alejé de él, cada vez que lo veía a los ojos, recordaba a su padre, y su padre me recordaba a lo que le hicieron al mío, papá estuvo una semana internado, y luego murió su corazón no soportó – Jisoo soltó un par de lágrimas sin perder su expresión seria – después de eso, mamá cayo en una profunda depresión, luego con los años enfermó, Nam estaba terminando la universidad, estuvo mucho tiempo luchando para que abrieran una investigación, pero lo único que logró fue que sancionaran al policía que disparó y lo dieran de baja... quizás por eso soy así... - ella meditó un segundo - una chica que va contra el sistema

- Ahora entiendo muchas cosas – dijo Jungkook con pesar, tomó la mano de Jisoo para reconfortarla – eres una chica rebelde, y muy valiente, por cierto

Jisoo recostó su cabeza en el hombro de Jungkook de forma inconsciente, Taehyung observó sus siluetas reflejadas en la cortina del apartamento, no pudo evitar sentir celos, estaba estacionado en la acera de en frente, una sensación extraña le cosquilleó en el estómago, por un segundo maldijo el día en que se le ocurrió ir tras ella, ahora debía soportar verla pegada a otro.

Misión en CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora