FIVE

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─Oh, vamos, Tony ¿Puedes dejarlo ya? Lo estás asustando.─

Escuché la voz de Fran y lo divisé a un lado de todo el escándalo, estaba rodeado por unos
cuantos adolescentes mirones, mientras Antonio y todos sus amigos continuaban riéndose, seguro de mi rostro asustado. Jack era alto, muy alto, y cuando tomó mi brazo, no pude evitar gemir de dolor, no porque doliera en sí, sino porque no quería que me tocara, me
sentía de nuevo el estúpido omega que se dejaba llevar por todo.

─Vamos, Matías, no te resistas, no quieres que use la voz y te veamos mearte en los pantalones ¿No? Jack entrará en celo muy, muy pronto, puedes servirle bien, además según las revistas bien sabes servir hasta a millonarios ¿No?─

Mi mirada viajó por la gran cantidad de personas que nos rodeaban, incluso ahora sabía porque Fran no se acercaba, dos amigos de Anthony lo tenían bien sujeto de los brazos, impidiéndole avanzar ¿Quién más abogaría por mí? Incluso los profesores se alejaban de escenas como esta, nadie se mete con un alfa cazando a un omega, yo era el omega, Jack el alfa y su mirada era el perfecto método para hacerme doblegar.

─ Tony ¡Basta!─ La voz de Fran ya parecía algo distante, la mirada de Jack me estaba consumiendo, sentía mi cabeza doler, era yo luchando contra mi omega, tratando de la forma que sea no doblegarme ante aquella mirada.

E incluso cuando el brazo de Jack rodeó mi cuerpo, lo sentí quemar, no de la buena forma, aquel contacto me repugnaba tanto, pero ya era tarde, mis pies se estaban moviendo para cuando quise decir o hacer algo. Él ganó, el alfa siempre obtiene lo que quiere, porque eso es lo que soy, una cosa que sirve para aliviarlos, ni siquiera una cosa que deseen mantener a su lado.

Caminamos a paso tranquilo hasta donde los alfa esos tenían sus autos, suspiré, mis pies se
movían por inercia propia mientras mi mente solo se llenaba de la imagen del único alfa con
el que quizás aceptaría subirme a su auto, y de hecho, me había subido a su auto sin chistar
aquella noche. ¿Cómo estaría Enzo? Bueno, era rico ¿No? Seguro se alimentaba bien, comía
bien, dormía bien y tenía una vida de sueños.

Si lo pensaba con la cabeza un poco más fría, cuando me estaba acercando a vivir una de las
cosas más desagradables de ser la parte más baja del régimen genético, debí de haberme
imaginado que algo así pasaría, quizás habría evitado esto si hubiera traído puesta la ropa
donde aún tenía algo impregnado el fuerte olor de Enzo, no solo para protegerme, sino también porque lo extrañaba, y sinceramente sonaba enfermizo no haber lavado ese conjunto
de ropa solo para mantener su olor, pero era lo único que me quedaba de él.

Cuando ya estábamos a nada de subirnos a uno de los coches, escuché un auto viniendo a
velocidad y luego un hermoso Ferrari negro ya conocido para mis ojos se estacionó rozando
el parachoques del coche donde se supone iba a entrar. Mi corazón se detuvo y después lo
sentí palpitar con fuerza, incluso mi omega estaba aullando de felicidad, si es que eso era
posible. Enzo, era mi Enzo.

Bueno, solo Enzo.

Él bajó del auto cerrando la puerta con un fuerte golpe y se paró justo frente a nosotros, sentí su enojo, el fuerte olor que desprendía estaba seguro que nos asustó a muchos, Enzo estaba más que enojado, parecía colérico y la mueca en su rostro solo me confirmaba mi teoría.

Jadee cuando estiró su mano hacía mí y sin pensarlo dos veces la tomé, me liberé del agarre de Jack para coger la mano de Enzo mientras este rodeaba mi cuerpo después. Mi cabeza se apoyó en su pecho e incluso me atreví a frotarme contra la tela, mientras su agarre en mi cintura se hacía más fuerte, sin embargo Enzo no bajaba la mirada para verme, continuaba observando a Jack sin siquiera pestañar.

𝗧𝗛𝗘 𝗣𝗘𝗥𝗙𝗘𝗖𝗧 𝗢𝗠𝗘𝗚𝗔 | Enzo x Matías Donde viven las historias. Descúbrelo ahora