𝐒𝐈𝐍𝐎𝐏𝐒𝐈𝐒: En una de las tantas obras de teatro que asistes conoces a Blas.
El teatro siempre fue tu pasión de que tenías memoria, desde pequeña asistías a obras de teatro junto con tu padre y sus amigos del trabajo.
Aún recuerdas exactamente el día en que conociste a uno de los hijos de esos caballeros que vestían siempre de traje y corbata, fue un viernes por la noche. Ese cabello revoltoso, altura y chaqueta de cuero negro llamaron tu atención desde el momento que lo viste entrar por la puerta de la sala con la cabeza en alta y una mirada seria e indiferente, parecía no estar ahí por gusto propio.Esa noche estabas sentada en uno de los asientos de la esquina, al lado de tu padre, como siempre lo hacías.
Por primera vez en tus 16 años de vida no tomabas absoluta atención a la obra que estaba en el escenario, claro, ¿cómo podrías cuando tenías a ese chico en la otra esquina?
Él parecía realmente aburrido con lo que estaba sucediendo, suspiraba múltiples veces y no paraba de moverse en su asiento. Llegó un momento en que el padre del joven se cansó de su actitud y le ordenó que saliera de la función, realmente no pareció importarle, al contrario, sonrió victorioso al pararse de su asiento.Fue exactamente en esos segundos que sus miradas se encontraron por primera vez, sentiste como si tu corazón se hubiera detenido en ese preciso instante, aún más cuando mueve su cabeza en dirección a la salida y te sonríe en señal de que vayas también.
Devolviste rápidamente tu vista al espectáculo al sentir tus mejillas calientes.— Iré al baño, tengo una emergencia. — Te levantaste sin ser demasiado obvia y caminaste a la salida de la sala.
No te dio tiempo ni para decir hola, pues rápidamente al verte afuera en el pasillo te acorraló en la pared.
Acarició delicadamente tu mejilla mientras te miraba directamente a los ojos con esa sonrisa que te revolvió el estómago.— No sabía que las bonitas venían a estas cosas, ¿realmente lo disfrutas? — Mierda, cuando escuchaste su voz sentiste un escalofrío por tu cuerpo.
— Yo... — No sabías que responder, es como si tu mente estuviera en blanco en ese momento.
Tomaste aire profundamente antes de hacer en lo único que imaginabas desde que lo viste, besarlo y acariciar esos rulos tan sedosos, un poco sorprendido correspondió al beso tomando delicadamente tu mentón moviendo lentamente su boca sobre la tuya en un compás.
Estuvieron unos minutos así hasta que se separó unos centímetros de tu rostro.— Dios, creo que ahora vendré más seguido. — Susurró.
Soltaste una pequeña risa y juntaste sus manos para caminar por los pasillos de ese antiguo edificio mientras charlaban para conocer al otro, siendo el inició de su historia juntos.