𝐒𝐈𝐍𝐎𝐏𝐒𝐈𝐒: Llevas mucho tiempo sintiéndote extraña de alguna forma con tu alrededor, hasta que una noche te ocurre algo te que cambiará y tiene un nombre, Blas.
Tu vida siempre fue bastante tranquila, hasta podría decirse aburrida lo que era bueno porque es mejor que tener problemas.
Vivías en un pequeño pueblo de solamente 800 habitantes, aquí la mayoría se conocían desde muy pequeños formando vínculos que duraban años, como el de tus padres que técnicamente fueron vecinos toda su vida y terminaron casándose, suena lindo y lo es, pero nunca te gustaron las cosas tan cliché.— Hija, podrías ir a comprar al negocio huevos por favor. — Dijo tu madre limpiándose las manos, ya que estaba haciendo un bizcocho.
— Claro, maa. — Tomaste dinero de un mueble y saliste de tu hogar al lugar que se encontraba a unas cuadras de distancia.
Al llegar al local saludaste al vendedor y él hizo lo mismo amablemente, pediste cinco huevos y pagaste estos.
Camino a la salida chocaste accidentalmente con un chico alto que tenía la mirada perdida hasta que te miró y quedó inmóvil al punto de observarte sin vergüenza. Decidiste salir rápidamente por la incomodidad e ir a tu hogar apresurada, hubo algo en ese chico que te puso un poco alerta.Después de horas en tu habitación sin hacer nada más que leer tu libro favorito saliste al patio trasero a tomar aire fresco, hubo un momento en el que te sentiste observada al punto de erizarte la piel.
— ¿Hay alguien por ahí? — Preguntaste a la nada como si te fueran a responder.
A los pocos minutos después tocaron la puerta principal, entraste y abriste lentamente encontrándote con una caja, la recogiste mirando a todos lados en busca de alguien, pero nada.
Cerraste con seguro todas las puertas y te dirigiste a tu habitación dejando el objeto encima de la cama, revisaste su interior y encontraste una rosa roja y otra teñida negra, peculiar.Te preparaste para ir a dormir porque tus padres no estaban en casa y llegarían en la madrugada seguramente. Reposaste tu cuerpo en las suaves sábanas y no te diste cuenta en el momento que te perdiste en el cansancio cayendo dormida.
— ¡Mierda! — Te despertaste por un fuerte ruido que venía de tu closet, tomaste lo primero que tenías a mano como reflejo de seguridad.
— ¿Quién carajos está ahí?, llamaré a la policía hijo de puta. —
Intentaste sonar enojada y dura, pero en realidad estabas temblando de miedo.
Lentamente, abriste una puerta del mueble sintiendo de inmediato que alguien te tapaba la cara con una camiseta, forcejeaste, pero era notoria la diferencia de estatura y fuerza.— No te haré daño, quédate calmada y por favor escúchame, linda. — Sin más remedio hiciste caso a la voz ajena, desconfiada obviamente. Te quitó la camiseta de la cara y toco tu cuello con delicadeza.
— Sin verte puedo sentir lo hermosa que eres, mi amor. —
Murmuró aquella voz, podías sentir su mirada penetrante en ti aún en la oscuridad.— ¿Quién... eres? — Lograste decir apretando fuertemente tus puños, hasta aquí llegó tu vida creíste.
— Soy Blas, tengo a mucho tiempo observándote, no sabes lo que provocas en mí con un siempre gesto como mirar las estrellas todas las noches. —
Algo dentro de tu estómago se removió al oír sus palabras y ver por la luz que entraba en la ventana su rostro, el chico del almacén. Ahora todo concuerda, la sensación de extrañeza, sentirse perseguida y observada.— ¿Qué me harás? — Retrocediste unos paso atrás, pero rápidamente puso una mano en tu espalda baja para detenerte.
— Créeme que nada que no quieras, solo déjame estar a tu lado, no tienes idea de cuánto lo deseo. — Entrelazo sus manos y dedos, te dejaste llevar por su tacto apoyando tu cabeza en su pecho soltando pequeñas lágrimas a lo que él comenzó a susurrar una canción con suavidad mientras acariciaba tu cabello.
Por fin te sentiste nuevamente viva.
MUCHAS GRACIAS POR LOS 10k DE LECTURAS, NO SABEN LO FELIZ QUE ME HACE Y MOTIVA PARA SEGUIR HACIENDO ESTO QUE AMO.
Besitos y abrazooos. 💗