prólogo

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Iniciamos este prólogo por un . .

Akashi que siempre recordaba su infancia con nostalgia. Había crecido en un pequeño pueblo de México, rodeado de naturaleza y tranquilidad. Su familia era pobre, pero feliz. Sus padres trabajaban duro para darle a él y a sus dos hermanas una vida digna. Sus amigos eran como hermanos, con los que compartía juegos, risas y sueños

Akashi tenía una pasión por el conocimiento. Le encantaba leer libros, aprender idiomas y explorar el mundo. Su mayor deseo era viajar a otras tierras, conocer otras culturas y contribuir al progreso de la humanidad. Por eso, cuando cumplió 6 años decidió dejar su pueblo y buscar mas y allá. Claro que sus padres se negaron por el peligro que hay afuera pero al final aceptaron. A veces debes de dejar que los hijos alzen sus alas y vuelen

Se despidió de sus seres queridos con lágrimas en los ojos, prometiéndoles volver algún día. Se llevó consigo su mochila, su espíritu aventurero y su corazón lleno de esperanza

No sabía que esa sería la última vez que los vería

Durante los siguientes años, Akashi se esforzó por cumplir sus metas. hizo nuevos amigos y viajó por  todos los lugares. Pero también sufrió mucho con la corrupción que había y la igualdad

Decidió que ya habia visto mucho y decidió volver a su hogar. No tenía la intención de combatir contra el sistema . . . . . . . O eso creia el

Cuando llegó a su destino, no reconoció el lugar. El pueblo que había dejado era un paraíso. El pueblo que encontró era un infierno

Todo estaba ardiendo en llamas. Las casas, las calles, los campos, los árboles. Todo estaba destruido, arrasado, aniquilado. El humo, el fuego, el olor a muerte. El silencio, el vacío, la soledad

Akashi corrió por las ruinas, buscando alguna señal de vida. Gritó los nombres de sus padres, de sus hermanas, de sus amigos. Nadie le respondió. Solo encontró cadáveres, cuerpos mutilados, sangre y cenizas

Akashi se desplomó en el suelo, abrazando el cadáver de su padre. Lloró como nunca había llorado, gritó como nunca había gritado, sufrió como nunca había sufrido

En ese momento, algo se rompió dentro de él. Algo que nunca se recuperaría. Algo que se transformó en odio, en rabia, en venganza

Akashi levantó la vista y vio algo que le heló la sangre. En el pecho de su padre, clavada como una burla, había una insignia. Una insignia que reconocía muy bien. Una insignia sabía bien de dónde era perteneciente

Era una insignia que era parte del imperio

Akashi la arrancó con furia y la apretó en su mano. Sintió el metal cortar su piel, pero no le importó. Solo sintió una cosa

Un juramento . . . .

Un juramento de vengar a su pueblo, a su familia, a su vida.

Un juramento de destruir a quién hizo esto

Un juramento de hacer pagar por el sufrimiento de su venganza

Akashi se puso de pie, con la mirada fija en el horizonte. Sabía que no estaría solo. Que habrá retos difíciles pero no imposibles para el

Akashi: te encontré y te haré sentir que jamás deberías hacer enojar a un mexicano

Akashi: te encontré y te haré sentir que jamás deberías hacer enojar a un mexicano

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Y así inicia una nueva historia . . . . . .

TO BE CONTINUE!

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