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Tal vez para los humanos, el amor sea el sentimiento más hermoso que pueden experimentar en sus cortas vidas. Pero en el Inframundo, en este mundo de maldad y depravación, muy pocos se atrevían a ir por ese camino, el amor podía ser hermoso. Pero en este mundo podía llegar a ser letal, podía ser confundido con obsesión o deseo y eso llevaría a consecuencias desafortunadas, incluso los más fuertes se abstenían de aquella emoción.
Pero... Si eran fuertes, ¿Porque se prohibirían sentir amor?...
Muchos de ellos simplemente lo veían como algo ridículo e innecesario, algunos; como algo que traería problemas con el tiempo. Y otros que eran considerados poderosos, simplemente lo veían como entretenimiento. Al ser tan fuertes, se daban el lujo de tener juguetitos con lo que divertirse, prometiendo... "Amarlos"... Sin embargo, había un pequeño porcentaje que no busca nada de eso... Nada de placer... Pero tampoco amor, ¿Que es lo que buscaban entonces?, simple. Sus almas, al estar en el Inframundo no había nada con más poder que apoderarse de las almas de otros pecadores... El caso de uno de nuestros protagonistas
Conocido como La estrella maldita, ¿Lindo nombre verdad?. Era bastante conocido en el Inframundo, tenía una piel pálida, tan suave y brillante, la cuál cubría su silueta tan hipnotizante, su cabello de un dorado opaco sobre el cual se dejaba ver su parte híbrida... Pero lo que más resaltaba de él, eran sus ojos. Tan radiantes como dos zafiros, tan grandes y brillantes.
Muchos solían decir que era la lujuria hecha por lucifer, y como culparlo. Siempre se robaba las miradas de miles de demonios, quienes darían cualquier cosa por tener la oportunidad de estar a su lado... pero no todo podía ser tan bueno verdad?... Pues ni él se salvaba de eso, no faltaban los cretinos... Los repugnantes idiotas como él les decía, quienes solo quería aprovecharse de él, lo cual se torno en un inmenso odio hacia ellos.
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-El anillo de la lujuria-
Cómo su nombre lo dice, lujuria... Un lugar donde todas las fantasías más oscuras y los fetiches más morbosos eran permitidos. Y SI!, este era un círculo del cual tenías que cuidarte, aunque, ehh... Solo una mínima parte de los demonios más fuertes pertenecían a este círculo, quienes se hacían más y más fuerte consumiendo el desgaste de las pobres almas que caían en él, aunque claro. Si bien para un demonio común y corriente fueran atemorizantes, la verdad es que hablando de poder con otros anillos no eran la gran cosa, ganar poder a través de un sentimiento tan cotidiano y pagano no era más que un chiste para otros demonios con mucho mas poder que ellos.
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Pero fuera de este anillo tan perverso, existían otros... Todavía más perversos claro, pero en el infierno era algo tan común que no se ponían a pesar en los peligros que pudieran llegar a correr
Y se preguntarían, ¿a cual de estos anillos pertenecen nuestros protagonistas?. Uno de ellos era un "residente amable" del anillo de la ira, como solía decir cuando le preguntaban de dónde provenía. Suena irónico verdad?, ni el mismo podía caer en su propia mentira. Los que lo conocían bien, sabían que esto no era así... O bueno no del todo así.
A diferencia de muchos no era alguien que respetará las clases sociales o distinción de poder en los diferentes anillos, era algo tan simple como. "Se amable conmigo y yo lo seré, métete en mi camino... Y no dejaré rastro de tu existencia".
Narra Trollino.exe:
Mi nombre es Trollino.exe, llamado también "Principe del Anillo de la Ira", como tal no puedo decir mucho sobre mi vida. Como principe no tengo prohibido nada, ni siquiera el visitar el mundo humano, aunque no tiene nada de especial, solo paz y armonía; pero no todo es tan bueno, como futuro rey tengo muchos asuntos pendientes en el castillo, ya saben. Ordenar y firmar cientos y cientos Y CIENTOS... de documentos, solicitudes, nuevas normas y reglas y ahgg! Y sumarle a eso, que soy el juguete favorito del rey de este lugar.
