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Lionel Messi era un joven normal de 22 años.
Le gustaba ir a la facultad, salir de fiesta con sus amigos, jugar fútbol, pasar tiempo con su novio y escuchar a su banda favorita.
Lionel era un gran fan de Soda Estereo.
Y su novio Guillermo lo tenía muy en claro.
Guillermo Ochoa.
Un Mexicano que por cosas del destino termino ganando un concurso (en el que sus amigos lo inscribieron por mame) para un intercambio a Argentina.
(...)
-Wey, ¿Viste lo del concurso para irse de intercambio?- Pregunto Hirving.
-Si wey, hay que inscribir al pendejo de Memo- Respondió Diego.
-No sean mamones, ¿Que pasa si se lo gana?- Ahora dijo Andrés, la voz de la razón.
-Ay príncipe, ese vato está más salado que el pozole que hicimos en la noche Méxicana- Respondió Kevin. -Una vez se metió a una rifa por una licuadora para su jefa, eran 30 boletos, compro 20 y se la ganó el Hirving que nomás compro uno-
Hirving se rió al recordar la cara de Memo cuando eso pasó.
-Y tu crees que se va a ganar un intercambio a Argentina, no mames principe- Dijo Diego.
-Bueno, si está bien salado, no creo que se lo gane- Dijo Andrés. - A ver pásenme el papel, yo lo inscribo-
Y así los cuatro amigos inscribieron a Memo al concurso.
El día que se llevó a cabo este los cuatro se estaban cagando de risa y el rizado los veía confundido.
-Bueno, ahora vamos a decir el nombre del estudiante que se ganó el intercambio por lo que resta de su carrera- Se escuchó la voz de la rectora de su facultad.
Memo no estaba poniendo atención pues a el no le interesaba, no se había inscrito ni siquiera porque ya sabía que nunca ganaba nada.
Los otros cuatro seguían riendo como pendejos hasta que volvieron a escuchar la voz de la rectora.
-De la carrera de Negocios Internacionales- Dijo la rectora e hizo una pausa mientras habría el sobre.
Ahora Guillermo si presto atención, a lo mejor alguien conocido se lo había ganado pues el estudiaba esa carrera.
Por otro lado los cuatro amigos se voltearon a ver espantados.
-Ha de ser alguien más- Susurro Andrés espantado.
Los tres restantes asintieron igual de espantados.
-Francisco Guillermo Ochoa Magaña- Se escuchó y la rectora aplaudió.
-Ha de ser otro Paco Memo- Dijo Hirving tapándose la cara.
A Memo se le bajó la sangre a los pies, eso debía ser un error.
