4.

236 30 9
                                    

-

Se había ido.

El detective encargado de darle toda la información sobre Mon había abandonado la oficina de Sam, y ésta no podía estar más desconcertada luego de oír todo aquello.

Mon no estaba en Inglaterra, Mon estaba ahí, ¡ahí con ella! Bueno, realmente no así, pero sí en la misma ciudad y eso solo la hizo feliz por un momento ya que no conocía su paradero exacto para ir a por ella.

"Cómo siempre, información a medias" pensó, "aunque ahora tengo una base".

— Estás aquí, Mon. Y te voy a encontrar.

-——— . ———

— No lo permitiré, jamás permitiré que des con la ubicación de Mon.

Decía Kirk una y otra vez, paseándose de un lado a otro en su despacho. Estaba asustado; muy asustado por la reacción de Sam y lo que parecía venirse contra él, tanto en el ámbito legal como por lo que tendría que hacer para evitar que ella encontrara a su ex pareja.

"Debo hacer algo pronto".

Se detuvo y giró a la salida para dirigirse al pasillo de empleados, pero sin siquiera anticiparlo, la puerta se abrió de manera abrupta y tras ella venía una Sam totalmente enardecida.

Enardecida y con mirada matadora.

— ¿Sam? — llamó, confundido por cómo se acercaba —. ¿Que...?

Zas.

Un sonoro golpe estalló contra su boca, partiéndole el labio inferior.

Ella lo había golpeado con todo lo que daba.

— Eres un infeliz — gritó, viéndolo apenas incorporarse y mirarla —. Maldito mentiroso, tú estuviste detrás de todo esto, ¡por tu culpa no pude encontrar antes a Mon!

Kirk agrandó los ojos como platos.

— ¿Creíste que nunca lo sabría?

— Sam, por favor escúchame.

La aludida negó con la cabeza. — Eres de lo peor. No solo te aliaste con la abuela para forzar este matrimonio, sino que también mantuviste a Mon lejos de mí para poder seguir con esta farsa y que yo jamás la encontrara, eres un...

— Lo hice por tu bien.

— ...

— Sí, lo hice por tu bien, Sam, para que no sufrieras.

Ella lo vio fijamente sin creerle una palabra.

Frente a sus ojos, él observó su propia mano y notó una gotita de sangre que provenía del puñetazo a su boca; una de las peores humillaciones que había recibido, y la cual haría a un lado solo por tratarse de Sam: su esposa.

— Mon ya tiene una familia; se casó hace unos meses, y está embarazada. ¿Entiendes ahora por qué no podía permitir que supieras de ella, Sam? Te lastimaría.

— Eso es mentira.

— Es verdad, yo todo este tiempo he ocultado esto por ti, porque te quiero Sam.

Cruces Ajenas | GAP The Series | MonSamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora