- Y gané otra vez! ― habló el victorioso índigo, sacando la lengua y burlándose como de costumbre.
Raiden Kunikusuzhi, o mas llamado en aquel casino Scaramouche, era un apostador compulsivo. Así como siempre se la pasaba apostando, ganaba inumerables veces y se burlaba en la cara de quienes lo perdían todo, desde millonadas de mora hasta enormes casas.
Entre los mayores apostadores, estaba él, sonriente con una mirada burlona en su rostro, pues parecía hasta tener un don para ganar tanto. No obstante, siempre había competencia, una competencia que nunca había intentado antes, el gran apostador Kaedehara Kazuha, aquél tipo no solía apostar pero cada que lo hacía se llevaba inclusive mansiones de win.
Era totalmente un hombre con talento a las cartas, cada jugada era perfecta e inesperada. Scaramouche no sabía de aquel apostador, pero estaba seguro de vencer a todo quien se lo proponga.
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- Es simplemente inútil, vamos y entrega lo que perdiste! ― habló entre risas, mientras que la persona al otro lado estallaba en rabia.
Scaramouche como siempre invicto ante unos simples juguetes, se acomodaba en la silla, esperando la cantidad de moras acordada.
- Alala.. no quieres seguir? -
-N-No! me alejaré de este casino.. n-no volveré jamás!! ― huyó despavorido, Raiden Kunikusuzhi contaba las monedas.
- qué deprimente, alguien más qué quiera? -
Entre las pocas voces que osaban a hablar de Scaramouche, una voz se hizo notar y calló a toda boca.
- Yo. ― dijo confianzudo.
- Hah, enserio? bien bien, veamos que tal! -
De repente, las voces aumentaron mas y mas, hasta que ya una montonada de gente estaba observando, Scaramouche no entendía, pero no cabía duda de que su contrincante era hermoso.
- Tengo una apuesta especial, si pierdo, soy tuyo, puedes usarse para lo que sea y quedarte con mis fortunas, pero si tu pierdes, tu.. eres mio. ― tragó saliva, pero aceptó sin pensarlo.
Se mordió el labio, no sabía como, estaba perdiendo contra aquel peliblanco, sus manos comenzaban a tiritar de los nervios y corría un leve sudor por su frente. Tiró su ultima jugada, con la que siempre ganaba, pero todo fue en vano, él había perdido.
No lo soportaba más, se largó a llorar al acabar el juego y todos se le quedaron viendo, Kunikuzushi había sido derrotado por el magnífico Kaedehara Kazuha, no lo podía creer, era imposible haber perdido de tal manera, se sintió completamente humillado.
Ahora su propio cuerpo no le pertenecía? literalmente perdió todo, cayó al suelo devastado y miró al chico de ojos rojos, que sonreía con una extraña dulzura al menor, como si le fuese adorable el puchero que se armó.
- Y bien, ahora eres mío, a donde vas Kunikuzushi Raiden?. -
- Kuni..kuzushi.. Raiden.. ― hace tiempo no oía su nombre real, tanto fue el altero que ocurrió en Scara, que cayó desmayado luego de apenas haber recordado su verdadero nombre.
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Desperto totalmente adolorido, no entendía nada, se sentía enfermo. Se dio unas vueltas por la cama y se hizo bolita.
- Vaya, parece que ya despertaste. ― Entro por la puerta Kazuha, con una mirada amable en su rostro.
El índigo sollozó en dolor y apoyo la cabeza en sus rodillas.
- Me duele.. ¿¡qué me hiciste?! ― se mordió el labio, aguantando aquellos dolores.
- Quizás fue que intentaste huir y te desmayaste mientras bajabas por las escaleras. ― dejó la bandeja que tenía en sus manos en el piso, y sacó un hielo en bolsa, con papel lo cubrió y lo se lo ofreció al menor.
Scaramouche lo tomó con agresividad y se lo puso cuidadosamente en la pierna, suspirando aliviado al sentir el frío recorrer su muslo.
A pesar de ahora pertenecer al mejor apostador de todo Inazuma, lucía muy tranquilo y amable, Scara sabía que algo iría mal pronto, todo estaba siendo extrañamente.. agradable.
Unos minutos de silencio se tomaron en la habitación, hasta que el hielo se derritió Kazuha comenzó a conversar.
- Sabes.. Es primera vez que apuesto tanto, realmente pense que perdería la oportunidad de quedarme con un chico como tú. -
- A qué te refieres?. ― miró a los ojos al peliblanco, quien sonrió.
- bueno.. me refiero a qué.. como ahora eres mío, pues pude haber perdido la apuesta y haber perdido aquella oportunidad de tenerte en mis brazos hoy.. ― lo abrazó con cuidado, incómodo, Scara intentó safarse, pero claramente no lo logró.
Con sus débiles y flacuchos brazos, volvió a abrazar a Kazuha, intentando comprobar si así este lo soltaba.
- ya es suficiente. ― se quejó.
-nop, si yo no quiero, te seguiré abrazando hasta que mueras. -
- Ay.. por los arcontes. -
Scaramouche suspiró, ahora todo su cuerpo y mente pertenecían al increíble y millonario Kaedehara Kazuha.
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Wola, no sé porque se me ocurrió tratar este tema de la ludopatía pero me parece weno.
