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Quien diría que algún día ese niño que solía bailar y divertirse iba a pasar por muchos problemas, insultos, desprecio a tal punto que llegaría a sentirse el culpable por todo. Si bueno, ese niño lleno de vida se volvió un adolescente sin luz, alguien perdido en la oscuridad de su propia vida porque si algo no sabia Minho, era salir de aquello a que el mismo llama vacío y con justas razones, ya que, a los 8 dejo su cuidad natal porque su padre había recibido una gran propuesta de trabajo en la cuidad de Seúl, lo que llevo a tuvieran que mudarse lo cual al principio estuvo bien para él, pero cuando le toco entrar a la escuela las cosas cambiaron.

Al ser el nuevo nadie hablaba con él es más empezaron a molestarlo por su apariencia y su manera de ser, algunos niños lo veían bailar en las clase de música y se le burlaban diciendo que era afeminado, esos insultos continuaron dos años más hasta que un chico extranjero llego a la escuela su nombre era Christopher Bang quien al llegar al aula unos minutos antes de que la clase iniciara, noto como un grupo de 5 niños rodeaban a uno que estaba sentado en uno de los escritorios con la cabeza agacha sin detener el mal trato que estaba recibiendo.

Chris al notar eso se acerco sin pensarlo dos veces porque sus padres siempre le dijeron que ayudar a los demás es algo que es correcto y que algunas veces no esta bien ver como alguien sufre y quedarse mirando la escena sin hacer nada.

— Oigan déjenlo en paz — el pequeño de tan solo 10 años aparto a los demás niños del otro y a pesar de que los demás le dijeran cosas pues el hacia caso omiso ante esas palabras hasta que dejaron de oírse las voces de esos niños porque no les había gustado que Chris los ignorara.

El pequeño que había mantenido la vista en su banco poco a poco fue levantándola al no oír esas voces que lo herirán y se encontró con el nuevo que le estaba extendiendo su mano, Minho dudaba en si aceptar o no hasta que Chris hablo.

— Me llamo Christopher, pero dime Chan, ¿tu cómo te llamas? — había algo en el que a Minho le resulto agradable y tranquilo, por fin alguien le habla sin insultarlo.

— Soy Minho es un placer Chan — el agarro la mano del de ojos pequeños y a partir de ese día ambos se volvieron inseparables, ahora el pequeño de sonrisa linda no estaba solo y con el tiempo llegaron dos chicos más que se les unieron a este dúo de amigos.

Primero llego Changbin un chico al cual le encanta el deporte y en una clase de educación física le toco hacer equipo con ambos amigos y se llevaron tan bien que dejaronde ser dos para pasar a ser cuatro. Luego llego Hyunjin quien amaba pintar y en una clase de arte en el patio de la escuela en la cual debían dibujar algo que vieran y luego pintarlo, el noto que luego de que la maestra fuera a buscar algo, un niño le rompió el dibujo a otro y le tiro pintura en su ropa por lo que Hyunjin se metió en el medio y decidió tirarle el pote de pintura en la cabeza al brabucón y acompañar al otro chico a limpiarse, eso hizo que hablaran en el camino y se conocieran por lo que Minho comenzó a hablarlo más y se volvieron amigos.

Con el paso de los años estos 4 amigos se cuidaban mutuamente y para Minho las cosas al menos en la escuela estaban bien, es más ahora era uno de los más deseados de los chicos junto con los demás solo que el es el rompecorazones porque hasta ahora no se había corrido el rumor de que le dijera que si a alguien, pero nadie que por la cabeza de el pasan miles de pensamientos feos, nadie sabe de sus temores y problemas salvo sus amigos, pero aun así nadie podía ayudarlo.

El se siente roto, vacío, abrumado y todas las noches es lo mismo, subir al tejado de su casa a mirar el cielo nocturno y conversar con la luna y hoy no era excepción.

— Hola de nuevo luna, hoy tampoco fue un lindo día – deja escapar un suspiro algo pesado para luego cerrar los ojos unos minutos y sentir su pecho hundirse. – los golpes y palabras aun siguen doliendo como el primer día que todo empezó...

[ Want so bad ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora