Tormenta

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No me hables

del ojo de la tormenta

cuando toda la lluvia

se aproxima a mí.


Ese es el tipo de calma

del que no se puede hablar

cuando te encuentras luchando

bajo una.


Así, que me apresuro

bajo la tormenta

y en mi ser solo hay calma.


Aquella calma de la que hablan,

porque soy el centro de la tormenta.

Soy la calma,

soy la tranquilidad y la pureza,

mientras a mi alrededor

se encuentra

el ruido y el miedo de la tormenta. 

Una Vida GrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora