Cap 7

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Sin embargo, la calma fue efímera. De entre las sombras emergió una presencia oscura, y una voz fría y malévola cortó el silencio.

Muzan: (con siniestra calma) ¡Vaya, vaya, parece que tengo invitados!

Las miradas de Douma y Shinobu se volvieron hacia la figura de Muzan Kibutsuji, el demonio que controlaba todo desde las sombras. Su presencia emanaba un aura de puro mal y poder sin igual.

Douma: (con tensión) Muzan.

Muzan: (sonriendo de manera malévola) Veo que has derrotado a mi Tercera Luna Superior. Interesante. Pero, ¿crees que eso te hace invencible?

Shinobu apretó la empuñadura de su espada, preparándose para lo que vendría.

Shinobu: (seria) ¿Qué quieres, Muzan?

Muzan: (con descaro) Quiero que sepan quién controla este mundo. Yo. Y ahora, Pilares, escucha atentamente. Tienes dos opciones.

Douma y Shinobu se mantenían en guardia, atentos a las palabras de Muzan.

Muzan: (señalando a Douma) O se unen a mí, renunciando a su útil lealtad a los humanos, y los convertiré en los demonios más fuerte que jamás hayas imaginado.

Douma apretó los dientes, resistiendo la tentación de las palabras de Muzan.

Douma: Ya me preguntaste eso hace tres años a Daki, Gyuutarou y a mi, no aceptamos tu propuesta, crees que aceptare ahora

Muzan: (sonriendo) Como quieras. Entonces, la segunda opción es sencilla. (dirigiendo su mirada a Shinobu) Deja que la chica se una a nosotros y, a cambio, les permitiré vivir. Pero, claro, tendrán que obedecerme en todo momento.

Shinobu apretó su espada con más fuerza, mirando a su hermano con determinación.

Shinobu: (firme) No lo haré, Douma. No me uniré a él.

Douma: (con resolución) Ni yo tampoco, Muzan. No nos doblegaremos ante tus amenazas.

Muzan: (riéndose) Interesante elección. Pero recuerden, las consecuencias de desafiar a Muzan Kibutsuji son severas.

El demonio desapareció en las sombras, dejando a Douma y Shinobu con la advertencia resonando en sus oídos. La mansión, una vez más, quedó sumida en un tenso silencio mientras los hermanos se enfrentaban a la realidad de las amenazas de Muzan.

Shinobu: (mirando a Douma) ¿Qué hacemos ahora?

Douma: (serio) Nos prepararemos para lo que viene. No podemos darle la espalda a nuestra misión, Shinobu. Lucharemos hasta el final.

Ambos se dirigieron hacia el futuro incierto que se avecinaba, enfrentándose a las sombras que Muzan había proyectado sobre ellos. La determinación en sus corazones ardía más fuerte que nunca mientras se preparaban para el enfrentamiento final con el temible demonio que amenazaba con sumir al mundo en la oscuridad.

Muzan, después de su encuentro con Douma y Shinobu, continuó su búsqueda de poder y venganza. En las sombras, acechó y observó desde la distancia a los Pilares de la Cazadores de Demonios. Entre ellos, Giyu Tomioka, el Pilar del Agua, se encontraba en su solitario viaje, cumpliendo su deber como cazador.

En un callejón oscuro, Muzan emergió de las sombras, su presencia envuelta en oscuridad y malicia. Tomioka, instintivamente alerta, se giró hacia el origen de la perturbadora presencia.

Tomioka: (serio) Muzan Kibutsuji.

Muzan: (sonriendo siniestramente) Tomioka, siempre tan serio. Tengo una propuesta para ti.

Tomioka frunció el ceño, desconfiado pero dispuesto a escuchar.

Tomioka: (cauteloso) Habla, demonio.

Muzan: (condescendiente) Veo que has perdido a algunos de tus camaradas últimamente. ¿No te gustaría vengarte de aquellos que les quitaron la vida?

Tomioka apretó los dientes ante la mención de sus compañeros caídos.

Tomioka: (frío) No necesito la ayuda de un demonio para vengar a mis amigos.

Muzan: (sonriendo) Pero, Tomioka, con mi ayuda, la venganza sería más dulce. ¿No te gustaría ver a Douma y Shinobu arrodillados y suplicando por sus vidas?

Tomioka se mantuvo inmutable, pero la idea de vengar a sus amigos lo tentaba.

Tomioka: (con desdén) ¿Cuál es tu trato, Muzan?

Muzan: (deteniéndose) Es simple. Acepta mi marca y te concederé el poder para derrotar a Douma y Shinobu. Tendrás la fuerza necesaria para vengar a tus compañeros caídos y proteger lo que más valoras.

Tomioka frunció el ceño, reflexionando sobre la oferta tentadora pero peligrosa.

Tomioka: (con firmeza) No aceptaré tu marca, Muzan. Prefiero luchar con mis propias fuerzas.

Muzan: (riéndose) Como quieras, Tomioka. Pero recuerda, la venganza siempre estará a tu alcance si decides cambiar de opinión.

Con esas palabras, Muzan se desvaneció en las sombras, dejando a Tomioka solo en el callejón. El Pilar del Agua se quedó con la mente llena de pensamientos, resistiendo la seductora promesa de poder y venganza ofrecida por el demonio.

Tomioka: (en susurros) No caeré en tus engaños, Muzan. Mi camino es el de un cazador, no el de un traidor.

Con determinación en sus ojos, Giyu Tomioka continuó su camino, rechazando la oscura oferta y aferrándose a su propósito de proteger a la humanidad y vengar a sus camaradas de una manera que no comprometiera su integridad. La sombra de Muzan, sin embargo, continuó acechando en la distancia, esperando el momento propicio para sembrar la discordia y la destrucción entre los cazadores de demonios.

El oscuro callejón estaba sumido en un silencio tenso cuando Muzan Kibutsuji ofreció su trato a Giyu Tomioka. Sin titubear, el Pilar del Agua, aunque cauteloso, decidió aceptar la oferta del demonio, sintiendo que esta era su única oportunidad de venganza.

Tomioka: (firme) Está bien, Muzan. Acepto tu trato. Dame el poder para vengar a mis camaradas.

La sonrisa malévola de Muzan se amplió al escuchar la aceptación de Tomioka. El demonio extendió su mano y, con un gesto sutil, marcó la frente de Tomioka con una marca oscura que brillaba con un fulgor sobrenatural.

Muzan: (con satisfacción) Has tomado la decisión correcta, Tomioka. Ahora, siente el poder que fluye en tu interior.

Una oleada de energía oscura envolvió a Tomioka, transformándolo en un ser más allá de lo humano. Sus sentidos se agudizaron, y un aura demoníaca emanaba de su ser recién potenciado.

Tomioka: (sintiendo el poder) Es impresionante.

Muzan: (riendo) Ahora eres más fuerte que nunca. Ve y cumple tu venganza. No dejes que nada te detenga.

Con estas palabras, Muzan desapareció en las sombras, dejando a Tomioka solo en el callejón. El Pilar del Agua, ahora imbuido con un poder oscuro, se sintió invencible y lleno de determinación para buscar la venganza que anhelaba.

Tomioka se encaminó hacia el horizonte, sus pensamientos centrados en Douma y Shinobu, los objetivos de su ira recién adquirida. La oscuridad de su nueva fuerza reflejaba la sombra que se cernía sobre su alma, pero la promesa de venganza superaba cualquier rastro de duda.

Mientras Tomioka avanzaba, el oscuro trato con Muzan trascendía más allá de las sombras del callejón, dejando a los cazadores de demonios en el umbral de una nueva y peligrosa etapa en su lucha contra el mal que amenazaba con consumirlos a todos.

El Pilar Del Hielo Y La Pilar InsectoWhere stories live. Discover now