(17) king's lading

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CAPITULO DIECISIETE

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CAPITULO DIECISIETE

" King's Lading "


El sonido metálico de los utensilios chocando contra los platos de comida y las copas de vino era lo único que se oía en ese abrumador silencio que acompañaba la hora del desayuno.

La Hightower menor miró cautelosamente las expresiones de su padre y la princesa dragón, estos a penas podían verse, y cuando lo hacían, tan solo unos segundos, sus miradas estaban cargadas de odio y desprecio.

Harwin y ella se miraron con complicidad, totalmente confundidos con la situación entre el Lord de Antigua y la princesa dragón.

—Oí que...—la Hightower menor se aclaró la garganta en un intento de desviar su atención a ella, para contar por completo con la incomodidad en el ambiente— Daemon abandonó Oldtown esta mañana.

—Por fin una buena noticia —murmuró Ormund mirando de reojo a Naerys, quién apretó los dientes y desvío la mirada— un problema menos.

Harwin lo observó confuso.

—Padre —musitó su primogénita entre dientes, apuntando con la cabeza a su prometido. El Lord Hightower solo puso los ojos en blanco.

—Es lo que todos deberían oír, el príncipe Daemon Targaryen es un dolor de cabeza constante —replicó levantando un poco la voz a modo de provocar a la Targaryen.

Naerys solo bajó la cabeza y comenzó a jugar con la comida en su plato, removiendolo con el tenedor en su mano.

—El único dolor de cabeza aquí eres tú —susurró ella, casi inaudible.

—¿Disculpa? —cuestionó Ormund ladeando la cabeza.

—El único dolor de cabeza aquí eres tú —repitió en voz alta, levantando la cabeza con un tono imponente.

—Tal vez si no fueras tan impulsiva y caótica, no tendría motivos para serlo —espetó poniéndose de pie a la par que ella.

—Pues abstente a las consecuencias, debiste de saber con quién estabas comprometiéndote —exclamó golpeando la mesa— los Targaryen somos complicados y no cualquiera puede lidiar con la sangre de dragón.

—Tú madre tampoco se negó a aceptar la propuesta cuando lo hizo —le recordó moviendo a un lado la silla para poder acercarse a ella.

—¡Es verdad, de ser por mí nunca hubiera aceptado este maldito compromiso! —gritó dándole cara, mientras del otro lado de la mesa, Harwin abrazaba a su prometida, ambos con una expresión indescriptible en el rostro. Nunca hubieran imaginado que sus discusiones sobrepasaran los límites— ¡un Hightower como tú es lo más despreciable que pude conocer!

—¡Los de tu dinastía también lo son! —exclamó, escupiendo sobre su rostro. Harwin tuvo que dejar de lado a Syera para poder defender a Naerys en caso de que se saliera de control— ¡creen que son superiores solo por tener control sobre esas bestias asquerosas a las que llaman dragones! ¡volar sobre ellas no es nada, ustedes sin ellas tampoco lo son!

LEGACY ೃೀ daemon targaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora