Cuídate

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Loraine seguía dando vueltas por la base junto a König buscando a Alejandro para empezar el papeleo de cambio, era necesario que el austriaco regresara a la base para "ayudar a Loraine" con algunas cosas que se habían sumado, aunque era sospechoso que no haya nadie sustituyendo el puesto del General todavía, por lo que necesitaba regresar a la base de inmediato, pero encontrar al mexicano fue algo casi imposible.

La pareja daba vueltas en la base para poder dar con él, llegando hasta el bloque de (T/N) donde se pudo ver a la pareja saliendo de la habitación de la menor, era demasiado obvio lo que había pasado allí dentro, König los miraba con un pequeño destello de furia en su mirada, pero debía disimular bien delante de Loraine, luego el se encargaría de la situación con la menor, a solas.

– Coronel Vargas – decía Loraine – qué bueno que lo encontramos, necesito que me ayude con el cambio de... – Alejandro la interrumpió antes de que la escocesa pueda terminar de decir algo más.

– No – una simple respuesta que tenía mucha energía, Alejandro no dejaría que Loraine se llevara a König por el momento, era peligroso dejar al Coronel con esa mujer. La pelirroja simplemente miraba con fastidio a la pareja frente a ella, el mexicano no iba a dejar que la mujer lo intimidara, ni siquiera el austriaco podía intimidarlo, una mujer así de estúpida no sería la gran cosa – no puedes llevarte al Coronel por el momento, debe terminar su periodo de entrenamiento y no hay nada que digas que pueda cambiar mi opinión.

Loraine se alejó de ellos de forma eufórica, la respuesta del hombre la había molestado demasiado como para seguir frente a él viendo su rostro, (T/N) solo miraba como el ambiente se tensaba entre los presentes, König debía seguir fingiendo devoción a la mujer, por lo que la siguió en su camino a ningún lugar.

– Prohíbo la salida de la Coronel Suplente Mackenzie Loraine, no dejen que esa mujer salga de aquí – habló Alejandro por radio, la misión había empezado – mi chula – dijo mirando a (T/N), esa mujer es peligrosa, no salgas de mi oficina, dejaré un par de soldados cuidándote, cuida a mi pequeña, cuídate tú – la voz del mexicano era suave, se podía notar que tenía miedo – te tengo una pregunta cuando regrese, espero mi sí – la menor lo miraba con sus ojos brillantes.

Caminaron hasta la oficina del mayor para poder dar inicio a lo demás, era necesario guardar la vida de las dos mujeres más importantes en la vida del mexicano, Valeria fue una de la encargadas de cuidar a la muchacha por la habilidad de la morena en combate, era más importante que cualquier otra cosa en el mundo que fuera protegida por alguien de confianza, por lo que entró en la oficina con ella sin que nadie sepa, afuera de la oficina quedaron dos soldados más, era muy importante que creyeran que solo se trataba de proteger a (T/N).

La misión empezó, Loraine arreglaba las cosas de la mejor manera, dispuesta a irse sin el austriaco, pero eso no sería nada sencillo, ella no esperaba que los demás pudieran presentarse como un obstáculo a su misión de dirigir KorTac. Ella caminaba a paso firme hacia el helipuerto encontrándose que el helicóptero no estaba allí, algunos soldados salieron de sus escondites, apuntando directamente a la cabeza de la mujer, Alejandro apareció unos minutos después. La mujer miró al mexicano con el ceño fruncido, estaba atrapada sin salida, o eso era lo que los demás creían.

Dio la orden a través de su radio para que el helicóptero de emergencia se acercara por ella, habló un par de veces sin obtener respuesta hasta que escuchó el revoloteo de las hélices en el aire, riendo victoriosa y apuntando hacia la cabeza de Alejandro – no creas que puedes detenerme – dijo la mujer mientras se acercaba – tengo más gente de mi lado de lo que crees.

La mujer disparó sin pensarlo dos veces, el cuerpo de Alejandro cayó al suelo de inmediato por el impacto de bala, el helicóptero bajaba lentamente, los soldados alrededor se quedaron en shock sin moverse de sus lugares. Cuando el helicóptero por fin bajó por completo, la pelirroja se disponía a subirse viendo a König al lado del piloto, la mujer sonrió al verlo y su sonrisa se borró al momento en que escuchó – ¡ahora! – los soldados se abalanzaron rápidamente contra la mujer desarmándola y deteniéndola en el momento, un grupo de soldados se hicieron cargo del cuerpo de Alejandro que seguía tirado en el suelo inconsciente.

Nuestro Destino - König x Fem ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora