Te extraño

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17 años después...

Anna estaba frente a la tumba de (T/N) con un pequeño ramo de flores, König detrás de ella acompañándola, hoy cumplía 17 años de haber partido. Anna estaba con su uniforme militar bien puesto. El tiempo en KorTac le ayudó a decidir a qué se quería dedicar. La ciudad se había empezado a ver como era antes de la guerra, antes de todo.

El General había encontrado tiempo después de la muerte de la Sargento un par de aliados de Loraine, causando la muerte de la joven por órdenes directas del nuevo jefe del grupo de rebeldes, a todos los detuvieron en el momento en que se enteraron, condenándolos enseguida a morir. Anna estaba satisfecha al enterarse que no dejaron que la muerte de su madre se haya quedado en el limbo.

– Ya puedes descansar en paz, mamá – decía la joven dejando el ramo de flores en la tumba de la mujer – hoy me uní a KorTac, me está yendo bien – continuó con un par de lágrimas en su rostro – papá ascendió a General ayer, se lo ve muy guapo con todas esas medallas de honor. König abrazaba a Anna con calidez, él ya había podido superar su muerte, aunque su corazón se había cerrado para siempre.

Se dirigieron a la ciudad para dar un paseo, las personas que estaban allí saludaban a los soldados de forma cálida, Anna era bien conocida por la gente, ella salía casi todos los fines de semana a revisar que todos estén bien. Alejandro y Valeria la acompañaban casi siempre, protegiéndola de todo lo que pudiera pasarle. La consentían y le regalaban cosas siempre, nunca le faltó nada, incluso Valeria adoptó su presencia como una figura materna para ella, aconsejándola y contándole historias de (T/N), respondía sus dudas, la calmaba cuando las ganas de abrazar a su madre eran más fuertes que ella misma.

La muerte de la mujer fue superada poco a poco, pero jamás pudieron llenar el vacío de su ausencia, las reclutas entraban y salían de las bases, pero ninguna de ellas podían siquiera llegar al mismo nivel de profesionalismo o habilidades que ella.

Alejandro fue ascendido a General poco tiempo después, Valeria tomó el puesto de Coronel el mismo día. Los días pasaban con rapidez, Anna era una de las mejores soldados que había pisado KorTac enorgulleciendo a su padre y a mí, estoy junto a ellos en su cena de celebración, aunque no me ven ni me escuchan, pero ver a mi niña convertirse en una mujer responsable, fuerte y valiente me llena.

La brisa suave acaricia las hojas de los árboles que rodean el nuevo departamento en el que viven König y Anna, es un hermoso lugar, verlos así me hace dar cuenta que ya no tengo que cuidar de ella, puedo irme en paz después de todo. La cena terminó después de un momento, Valeria y Alejandro se fueron a su base para poder trabajar el día siguiente, König levantó la mesa con la ayuda de Anna. Ambos se fueron a dormir un rato después.

König tomaba entre sus manos un portaretrato con la foto del día de nuestra boda, me sentí un poco triste al ver la melancolía en su rostro, tenía muchas ganas de despedirme de ellos antes de partir finalmente, él se quedó dormido un momento después, aproveché para poder despedirme de él.

König estaba parado entre flores y mariposas que revoloteaban alrededor de todo lo que había en el lugar, él se volteó al sentirme quedando cara a cara, sonreí cuando pude notar que él podía verme, corrió hacia mí tirándome al suelo con él cubriendo con su espalda el golpe. Lo besé suavemente sin decir una sola palabra, solo estábamos ahí, viéndonos, sonriendo. Él sabía lo que eso significaba, me abrazó con fuerza cuando notó que el cielo se volvía cada vez más brillante, las lágrimas salían de mi rostro pero estaba feliz, tenía que despedirme de Anna también, por lo que lo besé una última vez y me alejé del lugar.

König despertó con lágrimas en sus ojos, las secó y tomó un poco de agua del vaso que ponía siempre en su mesita de noche, él sabía bien que era solo un sueño, pero ninguno había sido como ese, supo de inmediato que era la despedida final, sonrió y entendió que definitivamente ya no me volvería a ver.

Anna estaba dormida en su recámara, me quedé un momento al lado de ella, sobé su cabello con delicadeza y le dí un beso en la frente – mi dulce niña, sé fuerte y valiente. Yo siempre te voy a proteger – me levanté para poder salir del lugar.

Al día siguiente...

König desayunaba con Anna frente a él para dar inicio al día – ayer soñé con mamá – dijo la joven – yo también – respondió el austriaco con melancolía en su voz – se estaba despidiendo – terminó de decir.

Algunas lágrimas aparecieron en el rostro de Anna, miró hacia la ventana para ver la naturaleza que rodeaba el lugar, el aroma a Plumeria llegó a su nariz haciendo que se tranquilizara, terminó su desayuno junto al mayor para dirigirse a la ciudad. Planeaban ir de viaje con Alejandro y Valeria tomándose sus vacaciones. Los preparativos llegaron a su fin para poder dirigirse a su destino: la playa.

Viajaron por un par de horas, llegaron al lugar y se dirigieron al hotel que habían reservado unos días antes, al llegar vieron a una mujer que tenía por lo menos unos cinco o seis años más que Anna, König se quedó en shock cuando la vió.

– ¿Abigail? – dijo acercándose a la joven. La mujer retrocedió frunciendo el ceño, Anna fue detrás de él para detenerlo. Abril miró a Anna con confusión, su rostro le era familiar. El mundo es tan grande y tan pequeño.

– Abigail era mi madre ¿la conoces? – Anna miraba con confusión a König.

– Sí, trabajamos juntos un tiempo, lo siento – la joven soldado se alegró al conocer más gente que conocía a su mamá. Aunque tiempo después, cuando Abril todavía era una niña se enteró de la verdad sobre ella – espero que mi mamá no te haya causado ningún daño – dijo Abril.

La conversación se profundizó luego de un momento, Abril había recordado a (T/N) al ver bien los rasgos de Anna, era como ver a la misma persona – lamento mucho su pérdida – respondió al enterarse de la muerte de la mujer.

Durante la estancia en la playa Anna pasó mucho tiempo con Abril, convirtiéndose en buenas conocidas. El tiempo se encargó de convertirlas en mejores amigas. König se reía con ironía al ver toda la situación que su hija con (T/N) y la hija de Abigail habían creado, Alejandro se enteró de la historia completa junto a Valeria, quien lo acompañaba cuando König contó su parte de la historia, ambos con canguil y botanas para poder escuchar con atención la historia.

Tiempo después...

"Te extraño, (T/N). Tu ausencia ha marcado mi corazón como nadie lo ha hecho,

aún pienso que si hubiera actuado más rápido podrías estar aquí conmigo.He pasado mis días tratando de darles un sentido desde que no estás,
gracias por ser parte de mi vida y enseñarme a amar.

Pronto iré contigo y podremos vivir nuestra historia de amor, pero esta vez, te prometo que lo haré mejor.

Te amo."

Anna estaba parada frente a todos recibiendo con honor su nuevo título de Sargento primero, König la miraba con orgullo, Alejandro fue para ver el nombramiento de la menor haciendo que llorara en el momento en el que la nombraron como la mejor de su categoría, francotiradora. Valeria le había llevado un "regalo pequeño".

– Felicidades, morra – decía Valeria una vez terminó la ceremonia – te traje este pequeño regalito – dijo entregándole una pequeña cajita, Alejandro aclaró su garganta – bueno... Alejandro y yo te trajimos este pequeño regalito.

Anna abrió la caja viendo las llaves de un Mercedes, sonreía de oreja a oreja abrazando al par, cabe recalcar que Anna aún le decía papá a Alejandro, König nunca se enojó por eso así que se volvió una costumbre. Anna tomó las llaves para irse corriendo al vehículo, siendo perseguida por los demás, se puso unas gafas y sostenía el sobre de dinero de su primer cumpleaños, sí, lo guardó muy bien.

El momento quedó inmortalizado en una foto idéntica a la del primer año de Anna, porque sí, también salían König y Alejandro peleando en el fondo de esta.

Nuestro Destino - König x Fem ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora