Trampa

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1 mes atrás...

El coronel tenía entre sus manos la caja que le daría a (T/N) cuando la viera, su corazón se encogía poco a poco mientras la guardaba en un baúl que estaba en la bodega de su oficina. Al salir de ahí, una recluta lo esperaba en el lugar con una nueva ficha de ingreso y detrás de ella una pelirroja que sonreía contenta.

La mujer era alta, por lo menos medía 1,90, se veía claramente que era escocesa, las pecas llegaban de su rostro a su cuello y probablemente tenía más alrededor de su cuerpo. Sus ojos verdes aceituna y su piel blanca relucían en la lúgubre oficina del mayor, ella posó su mirada en el hombre mientras sonreía coqueta. König la miraba sin expresión en su rostro, pidiéndole a la otra recluta que se vaya, una corta conversación llena de preguntas acerca de las habilidades de la menor fue lo único que se presenció. En su intento inútil de coquetear con el Coronel, la mujer decide retirarse derrotada después de ofrecerle una sonrisa pícara con insinuaciones de por medio que fueron ferozmente ignoradas.

König se sentó en su escritorio, sacando su cadena de placas y dejando a la vista el pequeño corazón que antes pertenecía a (T/N), suspiró una vez más antes de sacarse la cadena y deshacerse del pequeño dije, guardándolo en el mismo lugar donde había dejado la caja anteriormente.

Los días pasaban lento para el hombre, la pelirroja seguía insistiendo en coquetear con él sin importarle lo que los otros soldados decían de ella. La belleza natural de la mujer era deslumbrante, habían muchos soldados que le regalaban cosas, le dejaban flores en su habitación y uno que otro regalo un poco más costoso para demostrar poder adquisitivo, algunos llegaban muy lejos, pero ella solo tenía ojos para ese hombre que ni siquiera la miraba, todos se alejaban cuando escuchaban su voz chillona, su risa nasal poco atractiva y lo ruidosa que ella podía llegar a ser, era simplemente insoportable.

La noche se acercó rápidamente y el Coronel ya estaba bastante ebrio, se encontraba descansando recostado en su sofá mientras se ahogaba en sus pensamientos. La pelirroja acechaba al mayor sin descanso, esperando el momento adecuado para involucrarse con él a como dé lugar, hasta que su tan esperado día llegó.

Ella entró a la oficina del Coronel encontrándolo en su peor momento, el olor a trago emanaba de sus poros como un perfume natural, König ya se había quedado profundamente dormido por tanto alcohol. La mujer aprovechó la situación para desvestir al mayor, la poca diferencia de altura y la fuerza que poseía la menor fueron un gran apoyo para lograr su cometido, finalmente se deshizo de su ropa y se acostó al lado de él, abrazándolo para quedarse dormida después de unos minutos.

El sol iluminaba pobremente la oficina del Coronel causando que este se despertara enseguida, la presencia de la pelirroja que yacía desnuda al lado de él lo sacó de su mundo. La mirada aterrada del hombre por lo que podía haber sucedido la noche anterior lo hizo reaccionar de forma violenta, alejándose de la mujer enérgicamente haciendo que esta despertara.

– Buenos días – dijo la mujer mientras se acercaba lentamente a los labios del mayor, quien rápidamente se hizo hacia atrás antes de que pudiera alcanzarlo – ¡ow! pero si ayer me besabas con mucha pasión... ¿qué pasó? – Dijo la mujer como una queja. König frunció el ceño ante esa voz chillona sin emitir ningún ruido de su parte.

– Vístete, no seas ridícula – respondió con su voz ronca.

Los intentos fallidos de la mujer por quedarse con él como fuera eran agobiantes para el mayor, su cuerpo se tensaba cada vez que ella se le acercaba y ella ya se había encargado de decirle a todo el mundo que ellos dos habían tenido una "larga noche de pasión" en su oficina. Si había algo que König detestaba con su vida, eran ese tipo de mujeres.

Nuestro Destino - König x Fem ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora