Disonancia

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Dyann Rouge salió de la barrera y llegó hasta la calle, conocía muy bien el camino.
Subir por la barda  y llegar al techo de la fabrica fue cosa de un salto. Choso estaba esperando, como siempre las sesiones de pasión desenfrenada entre ambos.
Después de pasarla bien y quedarse abrazados conversaban sobre la vida, Dyann jamás pensó que una maldición sería uno de sus refugios seguros :
el primero sería Violeta, la mujer que le ayudó cuando era vendido como esclavo y le cuidó, entrenó y enseñó muchísimas cosas útiles. Cuando ella murió y quedo solo, no tenía motivos para vivir y ninguna meta en particular.
Empezó a trabajar como caza recompensas y el dinero se convirtió en una motivación solida.
Poco después entendió que hacerse fuerte era un  requisito para tener mas poder.

aprendió a usar el poder maldito y  su técnica de sangre,lo descubrió en uno de los tantos combates a los que fue sometido de niño en las luchas organizadas por los esclavistas.

Jamás pensó que ver maldiciones o espíritus malditos eran cosas que otras personas no podían hacer, fue un poco chocante a decir verdad.

Cuando cumplió 15 uno de los Hechiceros que trabajaban con mercenarios se fijó en el potencial que tenia el pelirrojo.

- ¿ Convertirse en hechicero? - preguntó cuando el Hechicero le ofreció ser uno de ellos. - ¿Y yo por qué carajos arriesgaría mi vida protegiendo a los débiles?
!No me hagas reír ! El mundo se rige por el poder y el poder es comprado con dinero.

Cuando supo que podría ser entrenado y refinar sus técnicas y ademas recibir un pago por esto, accedió de inmediato.
Fue trasladado a Tokyo donde estuvo un par de meses sorteando el idioma y aprendiendo algunas cosas con su tutor a cargo.
Cuando por fin llegó a la escuela de hechicería le informaron que tendría dos compañeros  de piso y juntos conformarían el primer año.
No le gustó la idea a de convivir con algún extraño, solo serian un estorbo en su camino.

La situación empeoró cuando le presentaron a su primer compañero: !Un mocoso mimado!
Dios que ademanes tan irritantes tenía en niño,
Era "un princeso" ¿por que bebía té en semejante calor?  !Ah y esa cara de bobo!
Dyann quería gritar.

Una hora mas tarde llegó la segunda chica... (esto iba de mal en peor) la muchacha era una loba  solitaria y tenia cara de morder al primero que se le acercara, no le hacían gracia que lo fulminen con la mirada sin razón alguna.

De todas maneras no tenía intención de convivir con ninguno de los dos...
el tiempo pasó y Misión tras misión, peleas tras peleas, risas y destrozos, poco a poco ese par de "insufribles"
Seria su segundo refugio seguro y el mas valioso que tenía.

Y el ultimo y el más inverosímil de todos:
Una maldición Hibrida llamada Choso, aquel al que le entregó su cuerpo y sin saberlo su corazón.

Dyann tenia algunos conflictos internos que gritaban por su atención, el principal era la confraternizaron con un enemigo jurado de los hechiceros y la humanidad misma.
hizo caso omiso  y siguió visitando a Choso.
Se vistió y cuando puso la ultima prenda en su lugar una presencia sedienta de sangre inundó el lugar.

Choso y Dyann reaccionaron de inmediato los dos se juntaron las espaldas y bloquearon un sinnúmero de Dagas brillaban como diamantes.

- ¿Hielo?- jadeó sorprendido Dyann conjurando su Guadaña favorita.
El hielo empezó a crear una neblina fría y molesta.
Una tras otra los filos proyectiles cambiaron de dirección y no les quedó otra opción que separarse esquivando. 
La velocidad iba en aumento y estaban usando sus poderes de manipulación de sangre al máximo.
Dyann estaba jadeando al lado de Choso.
Rouge estaba furioso no podía detectar de dónde venia ese poder maldito y algunas dagas hicieron varios cortes en su cuerpo.
Se oyó un rugido y un enorme dragón de hielo atacó rompiendo paredes y arrasando todo a su paso.
Choso uso una gran cantidad de sangre en su ataque y el frío coagulaba el liquido, pronto sus movimientos se vieron restringidos.
Estaban en una batalla de desgaste, atacaban al mismo tiempo.

Pasión x Locura (Goyo Satoru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora