Again | Ghost

❖ 04: cumpleaños.

❖seis años despues❖

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—¿Ya terminaste de decorar, cariño?— preguntó __________ hacia su hijo mayor, terminando de condimentar las ensaladas para aquella fiesta improvisada que iban a celebrar.

—Sí, ma. Colgué el cartel de feliz cumpleaños e inflé los globos.

—Muy bien, amor.— dijo orgullosa y su hijo sonrió feliz.

—Le gustará mucho a Maddy. Todo es rosa y azul, y el globo de unicornio le va a encantar.

—¿Todavía no llegó?

—No.

—¿Le preguntaste a tu padre cuando llegan?

Matt negó, y su madre no insistió más.

Simon seguía muy presente en sus vidas, en especial en la vida de sus dos hijos menores. Dylan y Madison lo amaban demasiado, siempre esperaban por su llegada y se emocionaban cuando él tenía tiempo libre para estar con ellos.
Intentaba con todas sus fuerzas hablar con el adolescente, sanar aquella relación herida que se había formado por su culpa, pero nada parecía funcionar.

Él había cambiado mucho, y ________ lo sabía, pero había alguien más en su vida.

Con el tiempo (y con ayuda de Matt) las cosas entre ella y Phillip se fueron haciendo cada vez más tensas, pero se trataba de una tensión hermosa, una que llenaba el aire se corazones y hacia sonrojar sus mejillas.

Había dudado mucho si aceptar o no cuando Phillip le preguntó si quería ser su novia.
Por un momento dudó si estaba bien que una mujer como ella, con tres hijos y un ex esposo presente, podía permitirse ser feliz.

Phillip le había demostrado que si podía ser feliz, que podía tener un novio que no la descuidase mientras trabajaba, le había demostrado que podía ser la prioridad de alguien, tener una relación sin dudas ni desconfianzas. Graves había roto con todos sus miedos e inseguridades.

—¡Llegó Phill!— dijo emocionado el muchacho cuando escuchó la puerta, saliendo de la cocina y dejando a su madre sola.
Ella sonrió, lavándose las manos antes de salir detrás de él.

Matt corrió hacia su habitación con algo en sus manos, pero su madre no pudo preguntar más cuando Phillip se dirigió a ella con sus brazos extendidos y la abrazó por la cintura.

—Hola, amor...— susurró suave, dándole un beso lento en sus labios que la dejó sin aliento. Los besos con él eran algo que amaba, mucho más cuando se rompían con un dulce chasquido y esos ojos azules la miraban con amor. —Te extrañé.

—También te extrañé, Phill...— susurró enamorada, peinando el sedoso cabello de su novio con sus dedos en una muestra de su cariño. —¿Qué le diste a Matt?

Él sonrió porque ella nunca dejaba de preocuparse por sus hijos.

—Le traje unos videojuegos de estados unidos porque me dijo que aquí no se conseguían.

—¿Te lo pidió?— preguntó asombrada. —Lo voy a regañar, eres mí novio no su esclavo.

Graves rió un poco sin soltarla. Amaba tenerla en sus brazos. Tener a su más grande tesoro en ellos le hacía sentir que todo estaba bajo control.

—Sabes que lo amo, y él quería esos videojuegos.— susurró divertido sobre el oído de la mujer. —Además pronto seré su padrastro oficialmente y no quiero que se arrepienta de haberme ayudado a acercarme a tí.