La hermana perfecta

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Era sábado por la mañana. Alondra había sido cambiada por su madre. Este cambio fue disfrutado de gran forma por Alondra, quien se había acostumbrado a los cambios de pañales. Luego del cambio, fue dejada en el corral de juegos ubicado en lo que antes ella conocía como la sala de su casa. Paola llegó al rato en los brazos de su mamá, quien puso a sus "bebés" en sus sillas para darles su desayuno.

Puré de zanahoria - dijo Geraldine mientras traía sus tazones de las bebés

¡SÍ! - exclamaron Paola y Alondra, quien aplaudía

Geraldine les dio la primera cucharada a sus bebés, quienes comenzaron a comer con sus manos el puré. Alondra gustó mucho del desayuno. Luego, vino la mejor parte para las dos. Sin que Geraldine exprese palabra alguna, se bajó la parte superior de su vestido. Alondra, al mirar sus tetas, se alegró bastante, dado que venía el ser amamantada.

Geraldine cargó a Alondra, no sin antes quitarle su babero totalmente lleno de puré. Alondra por voluntad propia se acercaba al pezón derecho de su madre. Al tenerlo justo frente a sus ojos, abrió su boca y comenzó a beber con desesperación la leche materna. Alondra adoró ese momento. Geraldine la sacó luego de 5 minutos. Alondra eructó, pero, por medio de su llanto, mostró que quería seguir.

Oh, mi niña - dijo Geraldine - tranquila

Geraldine volvió a darle de mamar a Alondra, quien dejó de llorar y siguió bebiendo, con lo cual se cumplió su capricho. Alondra continuó cerca de 5 minutos más, hasta que se orinó. Geraldine se dió cuenta y retiró a Alondra para cambiarla. Sin embargo, aunque Alondra no lloró al ser sacada, Paola se desesperó, dado que también quería que le den de amamantar.

Tranquila - dijo Geraldine - te toca

Alondra fue colocada en su silla para bebés, con su pañal mojado. Geraldine le dio de amamantar a Paola, quien también bebió con desesperación. A tal grado llegó la forma en que bebía que un poco de leche se salió de su boca y le manchó su cara. Luego de 10 minutos desde que había comenzado, Paola dejó de beber y fue ayudada a eructar. Al terminar, Geraldine levantó a Alondra y la llevó a cambiar, dejando a Paola en el corral de juegos.

Vamos mi niña lista - dijo Geraldine

Vamos mami - dijo Alondra

Geraldine subía las escaleras junto a Alondra en sus brazos. Esta tenía su pañal totalmente amarillo. Aunque la humedad le incomodó un poco al inicio, tal como ocurrió con el popo, ella se fue acostumbrando hasta que le gustó estar con el pañal mojado. Se sentía caliente. La sensación de tener un pañal mojado le hizo sentir cosas que nunca pensó.

Me gusta mucho - dijo Alondra

¿Qué sucede con mi niña? - dijo Geraldine al entrar al cuarto de Alondra

"A" - dijo Alondra

¡Qué linda! - exclamó Geraldine

Geraldine no cambió de pañal a Alondra, aunque si la limpió. Luego, la llevó a su habitación, donde la dejó echada en su cama, para luego irse del cuarto.

¿A dónde habrá ido? - se preguntó Alondra

Alondra esperó unos pocos minutos, dado que al rato llegó Geraldine con Paola en sus brazos.

Hora del baño - dijo Geraldine

¡SÍ! - exclamó Paola

Alondra se preguntaba por qué la trajo a ella si las iba a bañar, cuando ella hacía esto de manera individual. Sin embargo, la respuesta llegó al rato. Geraldine desvistió a sus hijas. Alondra se sintió algo avergonzada, dado que estaba desnuda ante Paola. Aunque trataba de adaptarse a este mundo, algo que estaba haciendo muy bien, ella aún tenía sentimientos de odio por Paola.

UN MUNDO ABDL A TRAVÉS DEL ESPEJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora