El castigo

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Alondra estaba asustada por el llanto de Paola, lo cual era sorprendente para ella, como también por las últimas palabras de Geraldine. Esta puso a su hija menor en el sofá, donde revisó su cabeza para ver si tenía heridas. Para la buena fortuna de Paola, no tenía heridas ni nada que hiciera sospechar algo similar.

Menos mal estás bien - dijo Geraldine muy aliviada

Perdón Paola - dijo Alondra, quien todavía estaba muy asustada

Geraldine se levantó y fue hacia Alondra, a la cual levantó.

Paolita no puede haberse intentado para sin que tú hicieras algo - dijo Geraldine

¿Cómo sabes eso? - exclamó Alondra muy asustada

Geraldine cargó a Alondra hasta la mesa del comedor. Aquí, sacó una silla y le bajó el pañal.

Sucia bebé - dijo Geraldine - vas a ser castigada

Geraldine, con su mano, comenzó a nalguear a su hija. Alondra, quien tenía su trasero totalmente lleno de popo, sintió mucho dolor ante la primera nalgada.

AHHHHHHHHHHHHH - gritó Alondra al sentir la mano de su madre

TOMA, NIÑA MALA - gritó Geraldine

Geraldine continuó golpeando a su hija varias veces. Alondra no paraba de gritar por el dolor. La fuerza de su madre era increíble. Parecía no cansarse luego de varias nalgadas, ni siquiera cuando fue variando de nalga por cada golpe que le daba a su hija.

MAMI - gritó Alondra - SUÉLTAME

MALA, MALA, MALA - gritó Geraldine muy furiosa

Alondra no dejaba de llorar. Su trasero, aunque todavía con grandes restos de popo pegados a su piel, estaba totalmente rojo producto de la golpiza que la hija mayor de la casa recibía.

MAMI - gritó Alondra - SUÉLTAME ADÚLTERA

La golpiza duró cerca de 20 minutos. Al terminar, Geraldine puso a Alondra en sus rodillas.

No quiero volver a verte dañar a tu hermana - dijo Geraldine

Perdón mami - dijo Alondra, quien no dejaba de llorar

Tranquila mi amor - dijo Geraldine - solo fue un aviso por tu mal comportamiento

No volverá a pasar - dijo Alondra

Ven - dijo Geraldine, quien cargó a su hija - vamos a lavarte y ponerte un nuevo pañal

Geraldine cargó a Alondra hacia su cuarto, donde limpió su trasero lleno de popo, al mismo tiempo que vertió alcohol sobre sus nalgas para así estas dejaran de estar rojas. Finalmente, le colocó un nuevo pañal. Al ya estar limpia, aunque todavía con llantos, Alondra fue llevada por Geraldine hacia la sala, donde fue colocada en el corral de juegos. Al ser puesta en el suelo, aunque sobre la alfombra, Alondra gritó porque sus nalgas todavía le ardían.

AHHHH - gritó Alondra

Voy a ver a tu hermanita - dijo Geraldine - juega tranquila y no hagas nada malo

Alondra, todavía con lágrimas, miró cómo su madre cargó y se llevó a Paola, quien parecía ya no estar llorando, aunque aún tenía su cara roja y con lágrimas en sus cachetes.

No otra vez - dijo Alondra - ¿por qué?

Alondra, al ser nalgueada, recordó cómo en su infancia su madre le aplicaba el mismo castigo cuando se portaba mal. Por ejemplo, cuando Alondra tenía 8 años, entró a su cuarto para robarle un poco de quitaesmalte y así poder despintar las uñas de sus pies, las cuales se pintó en una pijama con Stacy, sabiendo que esto se lo prohibía su madre. Alondra fue descubierta en el acto y Geraldine, quien pensó al instante que Alondra quería robarle dinero, cargó a su hija hacia la cama y comenzó a nalguear a su hija durante 5 minutos. Alondra sufrió pesadillas con este momento, aunque nunca llegó a orinarse del miedo, dado que, más que terror, en realidad tenía resentimiento contra su madre. Esto aumentó cuando Paola fue atrapada también robándole a su madre, pero, en vez de ser nalgueada, fue simplemente regañada. Ello, a su vez, también aumentó su resentimiento contra su hermana.

UN MUNDO ABDL A TRAVÉS DEL ESPEJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora