Capítulo 14.

224 34 9
                                    

Eliza POV.


Tus labios descansan delicadamente sobre los míos. Es de mañana. No quiero abrir los ojos...Todavía estamos abrazadas. ¿Dormimos así?

Por lo general, no puedes conciliar el sueño a menos que estés perfectamente cómoda. Espero no haberte obligado a permanecer despierta.

Tu beso presiona mis labios. La delicadeza y el respeto con el que me tratas me hacen sentir tan importante para ti...Tu cálido aliento en mi rostro es reconfortante.

Sigues besándome suavemente; ¿acaso tratas de despertarme? Me da un poco de vergüenza, que me hayas visto llorar más de una vez. Me odio cuando muestro mis debilidades, pero tú, no me permites ocultar nada...Tu cuerpo se presiona más contra el mío, tu mano acaricia la parte baja de mi espalda y luego se desliza sobre mi trasero. Lo acaricias, lo tocas, dejando escalofríos por todo mi cuerpo.

Tus besos se vuelven más atrevidos en mi boca...Un suave mordisco atrapa mi labio inferior...Me encanta cuando me haces saber que quieres más de nosotras...

 Me hace sentir hermosa saber que tu atracción hacia míes más fuerte que tu timidez.

Tu lengua sigue sobre el contorno de mis labios...Suavemente...Lentamente...Se me escapa un suspiro, tal vez un gemido...Siento que sonríes con aires de suficiencia. Sigues hechizándome, Alycia...No pares...

Siento el fuerte instinto de intervenir, pero me obligo a quedarme quieta y a mantener los ojos cerrados. Tu cuerpo abrazado al mío comienza a moverse lenta, sinuosamente, sensualmente...

Me matas cuando intentas seducirme. No podré resistirme así por mucho tiempo, pero me encanta jugar contigo...Y parece que quieres seguir el juego...Ahora tus besos quieren más, ya no preguntan "...¿puedo? " Y tus manos...Madre mía, tus manos...Todo ser humano debería ser tocado así al hacer el amor...

Gimo de nuevo en tu boca. Mi concierto da vueltas como si estuviera borracho en un concierto de mi banda favorita y empieza la canción que más me gusta...Mi reacción es violenta y descontrolada. Me subo encima de ti, sujetando tus manos por encima de tu cabeza.

Mis pechos tocan tus labios. No era esperado, pero ahora reduzco mis movimientos para mirarte. Suspiras y siento todo tu sufrimiento. Vuelvo más abajo para besarte. Reconozco el fuego que arde en lo profundo de tus ojos: es el mismo que me consume...

¿Cómo se apaga el sol o se seca un océano? Es imposible, así como es imposible ignorar nuestra profunda conexión...Eres mía. Cuando hacemos el amor eres mía completamente. Y mi cuerpo parece conocer el tuyo como si fuera parte de mí también. Quiero darte todo el placer que te da un poco de vergüenza pedirme...

Tus manos se liberan y se aferran a mi espalda, mientras yo ya no puedo hacerlo lenta y delicadamente. Me siento desesperada...Esta debilidad que siento por ti me devasta.

Pronto te irás, pronto me olvidarás...Besarás otros labios, que no serán los míos...Acariciarás otra piel que no será la mía. Y yo...Solo puedo ser una miserable, una idiota que no tuvo el coraje de detenerte, una miserable que tuvo miedo, una miserable que te buscará en vano dentro de otras personas.

Tus uñas me aprietan en el momento del máximo placer, extendiéndolo como una ola por todo mi ser. Contengo la respiración durante un largo tiempo. Dejo que este mar nos atraviese violentamente hasta la última gota. Me desplomo exhausta sobre ti, con mi cabeza apoyada en tu pecho. Escucho tu dificultad para respirar y tu corazón latiendo frenéticamente sin parar.

Siempre te he dicho que se deben cometer errores de los que puedas afrontar las consecuencias. No creo que pueda volver a soportar el peso de mi corazón roto.

3:30  (CLEXA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora