Capítulo 18.

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Eliza POV.

No espero nada bueno de este día. Esta mañana, al levantarme de la cama, respiré hondo y me armé de valor...

Mi único consuelo es que son solo veinticuatro horas: tengo que dejarlas pasar. Una después de la otra. A veces, nadar en la dirección correcta de la corriente es la única solución. Incluso para alguien como yo.

Estamos en la habitación de Lexa preparándonos para la escena del beso. Trajiste un par de amigos al set... Tal vez, por eso anoche... me dejaste sola... Estoy tan acostumbrada a que las dos nos busquemos, que cuando no lo hacemos todo parece tan imperfecto...

Tu amiga, quien al parecer se llama Maia, no hace más que mirarme. Casi nada ni nadie puede ponerme nerviosa, pero ella está haciendo lo incorrecto en el momento equivocado.

Te observo, mientras hablas con el maquillador que le está dando los últimos retoque a tu rostro. ¿Realmente le hablaste de nosotras? No deberías decirles aquello que nadie más puede entender... ¿En verdad fuiste tan descuidada? ¿Somos algo que ya no es solo nuestro? Me abrazo como si me hubiera golpeado una ráfaga de viento frío.

Sigo repasando mis diálogos en mi mente, pero mi rostro se contrae en una mueca. No hay nada que me moleste más que no poder defenderme... Yo soy de peleas, de gritos de frente, en la cara, para las mesas volcadas. Por favor, dime que no me traicionaste... que no nos traicionaste para tener un poco de consuelo.

El director nos pregunta si estamos listas para comenzar. Ambas respondemos con el mismo gesto. Me miras distraídamente antes de desaparecer por la esquina de la habitación. Tampoco en ti hay relajación. Me pregunto cómo nos afectó tan profundamente el terrible trabajo realizado con la  historia de Lexa. Actuamos como si en realidad estuviéramos procesando la desaparición de alguien. Es absurdo.

Comienza a grabarse la escena. Pretendo buscarte en la habitación. Clarke avanza con el miedo de no encontrarte y... Y de no poder despedirse... Entonces, de repente, apareces. Tus manos en tu cabello, el símbolo de Lexa en medio de tu frente, tu expresión desconsolada... Podría quedarme horas y horas admirándote sin que mis ojos jamás quedaran satisfechos.

El juego de luces en tu rostro no tiene piedad de mi y hace que tu belleza sea aún más etérea. Me preguntas cuándo me voy. Tu voz suave e incierta vibra dentro de mí, como lo haría un violín en manos de un artista melancólico. Y tus ojos... Tus ojos tienen el dolor de Lexa en ellos.

Se me seca la boca justo cuando es mi turno de hablar. "Ahora", respondo. Puedo lograr no arruinar esta escena. Tengo que hacerlo. Me acerco. "Lo siento...", te digo. Mi voz es baja y profunda, pero no puede aspirar a la delicadeza que toca la tuya. Siento que estoy fuera de mi cuerpo. No quisiera ser Clarke ahora, no quisiera tener que decir adiós...

Tu voz vuelve como una caricia a mis oídos. "No lo hagas. Tienes que volver con tu gente. Por eso yo..." Siento una lágrima en el fondo de mi corazón. Aunque conozco tu forma de expresarte, no hay una átomo en mí que no se sorprenda ante esas palabras suspendidas. Mi mente se remonta a cuando me susurraste "Te amo". Me siento nuevamente abrumada por esta emoción violenta. Ahora no, aquí no... Me ruego a mi misma no sentirme agobiada, pero me es muy difícil controlarme.

Continúas: "Porque así eres tú..." Sé que no terminaste de decir esas dos palabras, porque no estaban en el guión... Pero mi cerebro solo escuchó esas dos palabras: procesó y tradujo un amable y sincero "Te amo". ¿Cómo es posible esto?

Me pierdo de la realidad por un momento, pero luego aparto los pensamientos y regreso a mi personaje: "Tal vez algún día tú y yo no le debamos nada más a nuestra gente..." Y tú, tienes tus ojos brillantes y esa media sonrisa. Me devuelves de nuevo a la desesperación total. Me recuerda que no puedo resistirme si eres tú quien intenta escalar mis barreras.

3:30  (CLEXA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora