ᵘⁿ 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨, 𝐞𝐥 𝐨𝐫𝐢́𝐠𝐞𝐧.

223 2 0
                                    

Hoy estuvo re tranqui el día, calenté las empanadas para Hernán porque anoche cuando llegue estaba dormido.

Me bañe, me seque y me cambié, me puse un top negro, una pollera cuadrille media cortita y un cinturón negro con cuadraditos dorados, después me puse una campera de cuero que no cerre. Para terminar me puse unos soquetes y unos borcegos negros altos.

-Che Hernán, voy a lo de Jorge, en el horno hay unas empanadas y en la heladera hay una gaseosa. -Lo desperté mencionando lo que tenía para comer.

Acaricié su pelo, últimamente lo único que hacía era ver la tele, jugar con la play, aveces salía para ir con Jorge y se falopeaba con Poxirran.

Me fui de ahí, mirando aveces a los nenes que jugaban, a los que fumaban o tomaban, muchos salían porque hacía calor y pintaba salir. Tenía ganas de unos frescos tererés y unos sanguchitos de jamón y queso.

-Qué onda?- Saludé a un conocido que estaba tomando con otro afuera.

-Bien wacha, vo'? Hace rato no te vemos, pensamos que te boletearon. -Hablo ofreciendome asiento al lado suyo.

-No te preocupes, yo tengo que ir a lo de Jorge. Yo re bien por suerte, antes de ayer llegué de Luján, Jorge me mandó para allá porque dijo que acá era muy peligroso. -Me re incomodaba la mirada de este pibe, me comía con la mirada y la verdad era años más grande que yo.

-Ah mira vos, bueno no te entretengo más, saluda a Jorge de mi parte, dale? Nos vemos. -Terminamos la conversación ahí y yo me fui.

Iba pateando una piedra hasta que pase por la secu, Me quedé ahí mirando, recordando como solo curse primer año y después, con 14 años, Jorge me mandó para Luján hasta que cumplí los 18 y me vine para acá, tenía que terminar la secundaria y me quedaba un año todavía.

-Che, abran! -Pedi golpeando el portón y Anabella me abrió.

-Pasa irlandesa. -Yo hice caso y pase tranqui, saludando a todos.

-Qué onda? Jorge, vos tenés re olvidado al Hernán. -Le señale sentandome al lado de él.

-Y vos te podés meter en algún trabajo, que se yo, no siempre te voy a dar plata por él. -Seguro estaba medio falopeado.

-Sabes que no es mi deber cuidarlo, Jorge, tiene 16 años y pelos en las bolas, que se cuide solo. Si se las mando, que se haga cargo solo, nosotros no vamos a estar siempre y la vieja tampoco. -Agarre un cigarro y lo prendí.

Él se quedó en silencio. Viste, era re tonto, empezaba una pelea pero no la termina él.

-No te quedes callado Jorge, yo tengo razón y lo sabes. Que vaya y se disculpe con el Kiru y ya está. -Solte el humo del cigarro.

Él ni respondió, solo se quedó en silencio mirando la tele y después me paso plata. Y si, yo si me metía a trabajar sería solo para mantenerme a mi, no a Hernán, el se cuida solo.

-Y si es tan valiente para dispararle al otro que se hace el picante, que vaya y lo enfrente, fue.

-Bueno irlandesa, ya está. -Hablo Cochi por primera vez.

Me termine el cigarro tranqui. Yo sabía que por el pelotudo de Jorge y Hernán me podía meter en cosas que yo nada que ver, de paso, Cochi cada vez se alejaba más de Jorge, así que algo iba a pasar.

Me lleve un poco de merca para vender y poder comprar para llenar un poco la heladera, total, a mi no me reclaman. Me fui de ahí al rato, había quedado un silencio re incómodo así que me despedí del Cochi y de la Ana y me fui.

Alta calor hacia, capas que iba a ir a la cancha a tomar un tereré mientras veía a los pibes jugar.

[...]

𝙻𝚘𝚌𝚊 / 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐥𝐨 𝐒𝐚́𝐧𝐜𝐡𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora