Introducción

7 2 0
                                    

Todo comenzó esa mañana, esa fría mañana... Un hospital estatal, una respiración agitada y un mensaje en las noticias. Caos, desesperación y miedo. Todo eso es un mismo momento, todo eso en todos lados.
El caos se adueñó rápidamente del entorno y de las personas... Por suerte ella no se dejó llevar por eso... El se dejó llevar por el pánico.
- ho-hola... Estás en... En casa?? -
Una voz rota solto al hablar por teléfono, una respiración agitada y pesada, tan pesada que el aliento bajaba en el aire. El sonido de respuesta fue casi un canto de salvación para ella, una gota de esperanza para salir de todo este caos.
- estoy en casa... Vas a venir? -
Con clara indiferencia pece a todo lo que pasa, una voz que no demostraba ninguna emoción además de el sonido de fondo de una televisión encendida, ahora sin señal.
- si vas a venir... Ven rápido, no tengo todo el día -
Su tono de voz no cambiaba al hablar, un movimiento de brazo rápido y el teléfono colgó con un pi... En la línea telefonica, dejándola a ella desolada pero con un lugar a donde ir. Una pequeña luz de esperanza en un oscuro vacío infinito.

•~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~•

En ese blanco pasillo luego de esa llamada, que para ella, para emily fue eterna. Las luces de el hospital parpadeaban dentro del pasillo mientras poco a poco se atenuaban para dejar a ella en la más oscura de las penumbras... En ese ambiente esteril el sonido se comenzó a presentar, primero como un par de pasos a la lejania que se sentían como un cosquilleo incómodo en su piel, uno de esos sonidos que hacen que te erizes, uno de esos sonidos que solo pueden expresar una cosa

Peligro

Ella comenzó a moverse, primero con un paso acelerado en dirección contraria al sonido, sus pazos se escuchaban en el eco del vacío pasillo, los gritos rebotaban en las delgadas paredes del lugar. La desesperación se adueñaba de la situación, sus pazos se convirtieron en un trote constante mientras que un ligero susurro se escuchaba en el aire y acariciaba las orejas de la ella, una voz tenue y humana de alguien oculto entre las penumbras del lugar.
Los sonidos de pazos detrás de ella pararon rotundamente... Y en segundos una de esas cosas se hizo ver.
Era... Una sábana negra que ocultaba a una persona. Una sábana con dos agujeros para los ojos, sostenidos a la cara del extraño por unas gafas redondas. Aún así su forma dejaba mucho a la imaginación.
- hola..? -
Dijo ella nerviosa, tenía miedo a ser atacada, su voz no se rompía de milagro y sus emociones la abrumaban, tan abrumada que sus ojos estaban llorosos y sus manos temblaban de forma constante.
El extraño solo asintió con la cabeza y con un tono de voz igual de nervioso, en susurros tenues y ahogados, llenos de timidez en cada palabra logro peonunciar.
- pe... Perdón por asustarla señorita... -
Su voz quebradiza y sus ojos lagrimeando y mojando la sabana con los despojos de sus lágrimas... Parecía que esta persona estaba genuinamente rota, su tono de voz, su forma de hablar y su sensibilidad. No era alguien estable y lo expresó con la primera impresión.
Una sonrisa vacía fue lo único que pudo expresar ella antes de hacer una pequeña seña para que le siga, en una situación de caos no se puede confiar en nadie... Pero en este caso... Ella pensó que podría hacer una pequeña excepción, será fácil explicarle a su compañero... ¿No?

Ambos salieron de el hospital, atraves de ese largo pasillo, un hospital sin pintar y monótono, tan monotono como un lunes en la mañana. Ella solo veia el lugar con nostalgia e intentaba ocultar sus ganas de romper en llanto mientras los gritos se escuchaban por las calles y los huesos rotos inundaban las carreteras pintando de escarlata las aceras mientras un hedor a óxido se adueñaba poco a poco del aire.
En esa tranquila salida... O lo que se podía llamar tranquila en esos momentos, la pareja de desconocidos escucho algo, pisadas que retumbaban en sus timpanos como una alarma, a lo que solo podían dignarse a escapar.
La huida comenzo. La sabana comenzó a correr junto a ella sin voltear hacia atras. Algo los acechaba, algo estaba detrás de ellos y esa mirada atravesaba su pecho, el pecho de ambos a la vez pero no al mismo tiempo.
- mierda, mierda, mierda -
Pensaba para si misma mientras corría, viendo cómo era superada poco a poco por el desconocido de la sabana, quedando atrás mientras notaba como el chico se colocaba salvó y ella... Se terminaba de condenar por su ineptitud.

•~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~•

Alli estaba yo, huyendo de una bestia de la que no podía correr por siempre, sintiendo como era abandonada por alguien que no conocía y comenzando a llorar rápidamente sin saber todavía que era lo que me perseguia. Aunque en esos momentos ya no me importaba, en esos momentos solo me dolía el no poder llegar a dónde el.
Lo próximo que escuche fue un fuerte golpe en el suelo que causo que me levantará en el aire, el viento hizo que mi pelo se levantará y que cayera al suelo sentada mientras esa cosa que lo dió... Me observaba fijamente.
Ahora... Ahora no puedo describirla... Lo olvide... Lo último que recuerdo es que desperté en la casa de el, de Joseph. El de la sabana fue el que me recibió al despertar, sobre un sofá humedo y desilucionado, ahora sin una sabana pero cubierto con una capucha cerrada y vendas en la cara. "Te sientes bien?" Me preguntó con ese tono de voz quebradizo.
Joseph estaba cerrando una gran puerta metálica sobre una escalera hacia arriba, el corrió hacia mi preocupado y me dió un fuerte abrazo, un abrazo del que... No quería salir, un abrazo que me hizo sentir viva después de todo, el vendado no nos podía ver y yo pude notar algo... A joseph le faltaba un ojo.
Y allí fue cuando todo empezó, viviendo bajo tierra en un refugio Anti bombas, joseph salía a diario a esperar a sus familiares... Ellos nunca llegaron, el encapuchado nunca salió, casi nunca hablaba pero tenía un aura calida aún que no lo conocíamos de nada y yo.. yo solo quería mantenerme viva mientras observaba como mi amigo decaia poco a poco en la miseria, deprimiendose cada día más al notar que nadie llegaba. Yo era su única compañía a hora... Y supongo que el también era la única mía

•~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~•

Espere por días, espere por meses y nadie llegaba, sin un ojo ahora solo estaba esperando para pudrirme vivo, además de a emily no tenía a nadie, creo que ese extraño era alguien. Pero realmente nunca lo conocí del todo, solo me sabía a mal dejarlo afuera, el me ayudó a salvarla... Aún que no recuerdo mucho de lo que paso.
Iba de camino al hospital para buscarla al ver que no llegaba, encontré a ese chico de vendas temblando tras una esquina y la vi a ella tirada en el piso, su sangre corría por el suelo y una de esas cosas se acercaba a ella, corri hacia esa cosa y... Todo se volvió blanco. Cuando desperte estaba tirado en la calle sin un ojo... Lo extraño es que esa cosa ya no estaba.
Eso fue todo, la vida... la vida en el refugio no era sencilla, dividir comida, el hambre era muy fuerte aveces, pero todo era por mantenernos a salvo.
Al principio solo nos íbamos a quedar una noche, pero esa noche se convirtió en día, luego en meses y finalmente nuestras provisiones en casa acabaron...

Aún me arrepiento de que nadie me hubiese avisado que esa expedición iba a ser la ultima.

•~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~•

Así comenzó todo para este pequeño grupo que sobrevivió como pudo y vivió sus últimos diez días en una eterna travesía por un refugio, en ese pequeño grupo en el cuál todos habian perdido algo y dieron todo de si por lograr su objetivo... Ese pequeño grupo que ahora está muerto... Pero pese a eso su historia no será olvidada, sabes que están muertos? Lo sabes.
Lo que no sabes es como murieron, lo que no sabes son sus vivencias en esos diez días, la gente que conocieron, la historia del mundo, el por qué ocurrió y el como termina. Eso es lo que no sabes de esta historia y ese es el incentivo para leerla

10 días antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora