C.I.T.A

26 5 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Conocí a Devon cuando éramos solo unos mocosos de kínder que peleábamos por ver quien era el mejor en todo, clases, deportes, que puedo decir en TODO, pero fue hasta cuarto grado cuando en un castigo nos quedamos encerrados en el gimnasio de la es...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Conocí a Devon cuando éramos solo unos mocosos de kínder que peleábamos por ver quien era el mejor en todo, clases, deportes, que puedo decir en TODO, pero fue hasta cuarto grado cuando en un castigo nos quedamos encerrados en el gimnasio de la escuela, cualquier niño podría haberse saltado la ventana o gritado por ayuda... nosotros nos besamos.

Nuestra rivalidad era más que un amor no expresado en la mente de unos niñitos inocentes, pero en cuanto lo descubrimos hemos estado juntos, cosa que claro no le agradó a Mer... era una niña muy posesiva.

Antes de lo de mi hermanito me la vivía con él, si no era en fiesta era en su casa o en salida de tres a cualquier restaurante, por lo que entendía su molestia, tal vez estaba siendo un poco injusta con el.

—Hola mami —dije sentándome a su lado mientras veía su novela latina y tejía un suéter, ya tenía alma de abuela

—Ya te dije que si te compraré la máquina de coser pero espera a que sea el pago de las gallinas —me regañó por interrumpirla

—Eres la mejor del mundo —la abracé— pero en realidad es otra cosa, crees que el viernes puedas pasar por Dedri a la escuela

Mi mamá me miró bajando su tejido algo confundida

—Yo sé que me necesitas en casa con los niños pero hace mucho que no salgo con Devon y bueno a estado un poco abandonado y...

—Cariño cariño —me detuvo— claro que puedes, es una realidad que con la situación actual te necesito apoyándome con los niños pero también mereces tu espacio.

Sonreí para abrazar con fuerza a mi mamá.

—Aún así debo recordarte que estás muy joven para tener relaciones sexuales —insistió

—Iugh no quiero hablar de eso contigo —negué asqueada

Mamá solo negó para besar mi frente.

—Anda ayúdame acostar a tus hermanos, todavía me queda media hora de mi novela —sonrió riendo

—Calro que si —me adelanté.

Fui a ver al bebé que en efecto estaba dormido, con el culito levantado al aire abrazando su peluche, lo más tierno que podía ser, lo cubrí con una cobija aunque sabía que en un instante se la quitaría.

Un golpe de ¿Suerte? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora