Un sol de verano, era la descripción que me daban, cálida como el sol de verano, divertida como el verano... tan brillanté como el verano, que tan divertido es una época llena de calor infernal, mosquitos por doquier y sudar a mares.
Pero entendía a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A los quince años aprendía a conducir, y desde ese momento e tenido un historial semi limpio apesar de las malas reseñas que he tenido sobre mi conducir, o sea si un pequeño raspón al coche de un profesor pero nada más.
Ante todos estos años nunca en mi vida había chocado hasta hoy.
—Hola papi —llegué abrazándolo— te he dicho que eres el mejor padre del mundo.
—¿Qué le hiciste a tu hermano? —levantó la ceja.
—Está vez nada —asenti— nada que recuerde.
—Si aún no —dijo Dedri ya con la pijama puesta.
—Entonces —insistió mi papá
—Puede que chocará el coche —le sonríe torpe— pero tranquilo solo se daño un poco la defensa
—¡¿Qué tu que?! Espera porque me sorprende ya sabía que iba a pasar alguna vez —suspiró— me asombra que sea hasta ahora
—Auch —me queje— y para tu tranquilidad estoy bien.
Mi papá negó riendo para abrazarme
—Bueno eso te enseñará a que no puedes saltarte las luces rojas —me regañó papá.
—O el límite de velocidad —añadió Dedri
—O las señales de alto —agregó papá
—Si bueno en realidad fue al salir del hospital... y fue a un coche estacionado —conté avergonzado
Los dos se miraron para empezar a reírse, tomé la espátula de la cocina para mirar a mi hermano
—Era broma —dijo asustado
—Te amo papi —sonreí para perseguir al enano
Terminó con las nalgitas rojas y yo con un castigo de dos semanas.
Fui a ver a mi amiga que en efecto estaba arrullando al bebé meciéndolo de un lado al otro.
—Duerme bien bebito —dijo dejándolo en su cuna para arroparlo
